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Elecciones en Brasil: Persiste incertidumbre sobre vencedor de segunda vuelta

Los ataques y reproches por supuestos actos de corrupción han sido la tónica de los encuentros de los candidatos a la presidencia en Brasil, Dilma Roussef y Aécio Neves. Este domingo 26 los brasileños decidirán el nombre de quien conducirá los destinos del país en los próximos cuatro años.

Sandra Trafilaf

  Miércoles 22 de octubre 2014 9:40 hrs. 
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Si las encuestas logran reflejar con precisión la intención de voto, según el estudio realizado por MDA, este 26 de octubre gana la actual Presidenta de Brasil. Los analistas concuerdan en destacar que el perfil del candidato socialdemócrata ha concitado el apoyo del empresariado, con una propuesta en el terreno internacional que apunta tanto al libre comercio, como a disminuir el apoyo y la asistencia a países en desarrollo.

Mirado desde América Latina es complejo explicar el vínculo de Neves con los grupos económicos de Sao Paulo. Militante de esa socialdemocracia que alguna vez se enfrentó a la derecha más conservadora en Brasil, hoy es apoyado por los dueños de medios de comunicación y grandes empresarios que ven en él la posibilidad de liberalizar las políticas restrictivas que impuso Rousseff para destinar más recursos a los sectores más pauperizados.

El analista internacional del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda precisó que Aécio Neves es un candidato que pertenece a un partido político que tiene cierta relevancia en las últimas décadas, aludiendo a los dos presidentes que logró levantar la socialdemocracia, Fernando Collor de Mello, destituido por corrupción en diciembre de 1992, y Fernando Henrique Cardoso.

Gilberto Aranda explicó el perfil que tiene Aécio Neves y su propuesta liberal en el plano económico: “Lo que ha sido la propuesta histórica de su conglomerado político, muy fielmente representado por su ex presidente Fernando Henrique Cardoso respecto a fortalecer la salida de Brasil en temas económicos, procurar un libre comercio sostenido o de alguna manera una mayor liberalización de los factores productivos de Brasil, en ese sentido no apostar tan fuertemente por lo que ha sido, por ejemplo, la política brasileña de ayuda y asistencia a países en desarrollo”.

Por su parte, Dilma Rousseff es una continuadora de las políticas impulsadas por el ex Presidente del PT Lula Da Silva, y en el ámbito de las relaciones internacionales ha mostrado cierta cautela para convertirse en una protagonista, sobre todo en el escenario latinoamericano, explica el experto.

Por todos estos antecedentes, sostuvo que es complejo aventurar un resultado para la segunda vuelta,: No hay un terreno muy nítido, sobre todo considerando que el PT controla los municipios más poderosos del país, dijo.

El sociólogo e investigador del Centro de Estudios para la Igualdad y la Democracia (CEID), Daniel Gimenez planteó que la candidatura del contendor socialdemócrata debe ser puesta en el contexto del ex Presidente Fernando Cardoso, que fue un fiel defensor del libre mercado, de las privatizaciones y de disminuir el rol del Estado.

“Fundamentalmente Cardoso ha sido un Presidente muy militante del consenso de Washington, por lo tanto, muy amigo del libre mercado de las privatizaciones del Estado mínimo, el protagonismo privado en la actividad económica. No hay una mayor contradicción entre las orientaciones ideológicas actuales de la socialdemocracia brasilera, con los intereses del gran capital brasilero y transnacional”, indicó.

Daniel Giménez aseguró que es muy difícil que el voto de Neves logre penetrar al electorado cautivo de Dilma Roussef. La afinidad con las políticas desreguladoras y desmanteladoras del Estado desarrollista que implementó la socialdemocracia y que afectaron principalmente a los sectores urbanos y rurales más pobres, hacen difícil que se concrete este escenario.

Con una población total que alcanza a los 190 millones de habitantes, y una ligera ventaja de la candidata oficialista, ciertamente es complejo aventurar si los empresarios concentrados mayoritariamente en Sao Paulo, podrían dar una sorpresa, suponen los analistas.

Sin embargo, asegura que Neves tiene a su favor el poder de los medios, el apoyo financiero de los grandes empresarios y de la clase media. Dilma Rousseff, por su lado, cuenta con el voto duro de una población pobre y, eventualmente, podría contar con la adhesión de una porción de la izquierda que apoyó a la ex la candidata ecologista Mariana Silva.

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