Con veintiún votos asegurados de los veintitrés necesarios para aprobar la reforma al sistema binominal, los senadores de la Nueva Mayoría esperan poder contar con el visto bueno de los parlamentarios independientes en la discusión que comenzaría este martes o miércoles en la Cámara Alta.
Si bien la idea de legislar contaría con el apoyo necesario, el problema surge en la discusión en particular de la iniciativa. Este lunes, el presidente del PC y vocero de la Nueva Mayoría, Guillermo Teillier, anunció que “no hay acuerdo con RN. No resultaron las conversaciones”, por lo que la discusión en la Sala comenzaría con nuevos acercamientos.
Con este dato, el voto de los independientes, Pedro Araya, Antonio Horvart, Alejandro Guillier y Carlos Bianchi se vuelve fundamental para aprobar el documento.
Sin embargo, los alcances y consecuencias que ésta tendría sobre los pequeños movimientos políticos dificultan el apoyo de estos sectores. Así lo aseguraron incluso representantes del bloque oficialista.
Desde el Movimiento Amplio Social (MAS), Alejandro Navarro sostuvo que existe preocupación por la subsistencia de los partidos pequeños que hoy conviven al interior de la Nueva Mayoría: “Todos queremos terminar con el sistema binominal y, por tanto, vamos a votar en general a favor de la iniciativa, pero vamos a discutir sus efectos prácticos y, particularmente, evitar que este proyecto de fin al binominal sea el fin a la Nueva Mayoría y que, en definitiva, elimine a los partidos de reciente constitución como el MAS”.
Los independientes mantienen una postura similar, así lo confirmó el senador Carlos Bianchi, quien considera que el proyecto, tal como está, deja en una mala posición a los parlamentarios sin militancia política, lo que condicionaría su voto: “Yo espero que el ministro del Interior se allane a abrir el debate, sino yo no lo voy a votar en lo particular”, declaró el senador. “No voy a votar en contra de lo que represento y no sé qué van a hacer los partidos más pequeños, los amigos del MAS, los amigos radicales u otros movimientos o partidos nacientes regionales”, agregó insistiendo que el proyecto solo fortalece a los dos grandes bloques políticos (Nueva Mayoría y Alianza).
Como solución a este escenario Bianchi sostiene la necesidad de tener un sistema uninominal donde las mayorías sean las que ganen, proyecto que presentó y que no fue tomado en cuenta por La Moneda, según aseguró.
Desde el palacio de Gobierno aún no manifiestan una posición por la preocupación emanada desde estos sectores. Contrario a ello, el Ministro del Interior continúa haciendo lo posible por llegar a un acuerdo con Renovación Nacional, reuniones a las que también invitó a la UDI.
Mientras en la Democracia Cristiana se sumaron al llamado para que Renovación Nacional se pliegue al acuerdo. El senador Patricio Walker públicamente solicitó al partido de Monckeberg votar a favor del proyecto de ley. Incluso agregó que para lograr este voto, la falange está dispuesta a sacrificar puntos de vista particulares para dar una mayor legitimidad a la discusión.
Pese a ello, los votos de RN aún no están confirmados. Según se informó en las últimas jornadas, las tensiones internas impiden tener total claridad con el tema. De no concretarse, el Gobierno empieza a jugar con la calculadora y ver si desde la UDI se podrían acercar posiciones. Los independientes y los partidos con menor representación, por su parte, siguen manifestando sus diferencias con un proyecto que los podría llevar a desaparecer.
Con veintiún votos asegurados de los veintitrés necesarios para aprobar la reforma al sistema binominal, los senadores de la Nueva Mayoría esperan poder contar con el visto bueno de los parlamentarios independientes en la discusión que comenzaría este martes o miércoles en la Cámara Alta.
Si bien la idea de legislar contaría con el apoyo necesario, el problema surge en la discusión en particular de la iniciativa. Este lunes, el presidente del PC y vocero de la Nueva Mayoría, Guillermo Teillier, anunció que “no hay acuerdo con RN. No resultaron las conversaciones”, por lo que la discusión en la Sala comenzaría con nuevos acercamientos.
Con este dato, el voto de los independientes, Pedro Araya, Antonio Horvart, Alejandro Guillier y Carlos Bianchi se vuelve fundamental para aprobar el documento.
Sin embargo, los alcances y consecuencias que ésta tendría sobre los pequeños movimientos políticos dificultan el apoyo de estos sectores. Así lo aseguraron incluso representantes del bloque oficialista.
Desde el Movimiento Amplio Social (MAS), Alejandro Navarro sostuvo que existe preocupación por la subsistencia de los partidos pequeños que hoy conviven al interior de la Nueva Mayoría: “Todos queremos terminar con el sistema binominal y, por tanto, vamos a votar en general a favor de la iniciativa, pero vamos a discutir sus efectos prácticos y, particularmente, evitar que este proyecto de fin al binominal sea el fin a la Nueva Mayoría y que, en definitiva, elimine a los partidos de reciente constitución como el MAS”.
Los independientes mantienen una postura similar, así lo confirmó el senador Carlos Bianchi, quien considera que el proyecto, tal como está, deja en una mala posición a los parlamentarios sin militancia política, lo que condicionaría su voto: “Yo espero que el ministro del Interior se allane a abrir el debate, sino yo no lo voy a votar en lo particular”, declaró el senador. “No voy a votar en contra de lo que represento y no sé qué van a hacer los partidos más pequeños, los amigos del MAS, los amigos radicales u otros movimientos o partidos nacientes regionales”, agregó insistiendo que el proyecto solo fortalece a los dos grandes bloques políticos (Nueva Mayoría y Alianza).
Como solución a este escenario Bianchi sostiene la necesidad de tener un sistema uninominal donde las mayorías sean las que ganen, proyecto que presentó y que no fue tomado en cuenta por La Moneda, según aseguró.
Desde el palacio de Gobierno aún no manifiestan una posición por la preocupación emanada desde estos sectores. Contrario a ello, el Ministro del Interior continúa haciendo lo posible por llegar a un acuerdo con Renovación Nacional, reuniones a las que también invitó a la UDI.
Mientras en la Democracia Cristiana se sumaron al llamado para que Renovación Nacional se pliegue al acuerdo. El senador Patricio Walker públicamente solicitó al partido de Monckeberg votar a favor del proyecto de ley. Incluso agregó que para lograr este voto, la falange está dispuesta a sacrificar puntos de vista particulares para dar una mayor legitimidad a la discusión.
Pese a ello, los votos de RN aún no están confirmados. Según se informó en las últimas jornadas, las tensiones internas impiden tener total claridad con el tema. De no concretarse, el Gobierno empieza a jugar con la calculadora y ver si desde la UDI se podrían acercar posiciones. Los independientes y los partidos con menor representación, por su parte, siguen manifestando sus diferencias con un proyecto que los podría llevar a desaparecer.
Con veintiún votos asegurados de los veintitrés necesarios para aprobar la reforma al sistema binominal, los senadores de la Nueva Mayoría esperan poder contar con el visto bueno de los parlamentarios independientes en la discusión que comenzaría este martes o miércoles en la Cámara Alta.
Si bien la idea de legislar contaría con el apoyo necesario, el problema surge en la discusión en particular de la iniciativa. Este lunes, el presidente del PC y vocero de la Nueva Mayoría, Guillermo Teillier, anunció que “no hay acuerdo con RN. No resultaron las conversaciones”, por lo que la discusión en la Sala comenzaría con nuevos acercamientos.
Con este dato, el voto de los independientes, Pedro Araya, Antonio Horvart, Alejandro Guillier y Carlos Bianchi se vuelve fundamental para aprobar el documento.
Sin embargo, los alcances y consecuencias que ésta tendría sobre los pequeños movimientos políticos dificultan el apoyo de estos sectores. Así lo aseguraron incluso representantes del bloque oficialista.
Desde el Movimiento Amplio Social (MAS), Alejandro Navarro sostuvo que existe preocupación por la subsistencia de los partidos pequeños que hoy conviven al interior de la Nueva Mayoría: “Todos queremos terminar con el sistema binominal y, por tanto, vamos a votar en general a favor de la iniciativa, pero vamos a discutir sus efectos prácticos y, particularmente, evitar que este proyecto de fin al binominal sea el fin a la Nueva Mayoría y que, en definitiva, elimine a los partidos de reciente constitución como el MAS”.
Los independientes mantienen una postura similar, así lo confirmó el senador Carlos Bianchi, quien considera que el proyecto, tal como está, deja en una mala posición a los parlamentarios sin militancia política, lo que condicionaría su voto: “Yo espero que el ministro del Interior se allane a abrir el debate, sino yo no lo voy a votar en lo particular”, declaró el senador. “No voy a votar en contra de lo que represento y no sé qué van a hacer los partidos más pequeños, los amigos del MAS, los amigos radicales u otros movimientos o partidos nacientes regionales”, agregó insistiendo que el proyecto solo fortalece a los dos grandes bloques políticos (Nueva Mayoría y Alianza).
Como solución a este escenario Bianchi sostiene la necesidad de tener un sistema uninominal donde las mayorías sean las que ganen, proyecto que presentó y que no fue tomado en cuenta por La Moneda, según aseguró.
Desde el palacio de Gobierno aún no manifiestan una posición por la preocupación emanada desde estos sectores. Contrario a ello, el Ministro del Interior continúa haciendo lo posible por llegar a un acuerdo con Renovación Nacional, reuniones a las que también invitó a la UDI.
Mientras en la Democracia Cristiana se sumaron al llamado para que Renovación Nacional se pliegue al acuerdo. El senador Patricio Walker públicamente solicitó al partido de Monckeberg votar a favor del proyecto de ley. Incluso agregó que para lograr este voto, la falange está dispuesta a sacrificar puntos de vista particulares para dar una mayor legitimidad a la discusión.
Pese a ello, los votos de RN aún no están confirmados. Según se informó en las últimas jornadas, las tensiones internas impiden tener total claridad con el tema. De no concretarse, el Gobierno empieza a jugar con la calculadora y ver si desde la UDI se podrían acercar posiciones. Los independientes y los partidos con menor representación, por su parte, siguen manifestando sus diferencias con un proyecto que los podría llevar a desaparecer.
