Ser artista en Chile: La eterna precariedad laboral y desprotección social

Desolador, así fueron calificados los resultados del estudio “El escenario del trabajo cultural en Chile”, organizado por el Proyecto Trama, que revela las precarias condiciones laborales, sociales y de salud que viven los trabajadores dedicados a la cultura. La publicación, viene a confirmar un hecho histórico, pero agrega cifras dejando en claro la urgencia de un ministerio que resuelva los conflictos y carencias.

Desolador, así fueron calificados los resultados del estudio “El escenario del trabajo cultural en Chile”, organizado por el Proyecto Trama, que revela las precarias condiciones laborales, sociales y de salud que viven los trabajadores dedicados a la cultura. La publicación, viene a confirmar un hecho histórico, pero agrega cifras dejando en claro la urgencia de un ministerio que resuelva los conflictos y carencias.

“El escenario del trabajo cultural en Chile”, es un estudio organizado por el Proyecto Trama, que impulsa el Observatorio de Políticas Culturales (OPC) junto al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), la Unión Europea y otras instituciones ligadas al rubro; que confirmó un hecho conocido por todos: los trabajadores dedicados a la cultura  viven precariedad, desprotección social,  y se ven afectados por insuficiencia de políticas públicas que colaboren en su formación y desarrollo.

Los antecedentes, reflejan la realidad de cuatro mil artistas relacionados a las artes visuales (23,2%) y escénicas (21,7%), literatura (6,5%), música (19,1%), audiovisual y gestión cultural (19,7%); técnicos e intermediarios ligados al arte y la cultura (9,8%), pertenecientes a las regiones de Antofagasta, Maule, Valparaíso y Metropolitana.

Dentro de las regiones estudiadas, la centralización es un tema que nuevamente se topa con la realidad país. La Metropolitana concentra un mayor número de trabajadores con un 60%. Antecedente que no sorprende considerando que es aquí donde hay un mayor número de oportunidades para estudiar y desarrollarse laboralmente.

Luego le sigue la región de Valparaíso donde viven 22% de los encuestados, la región del Maule que representa un 10,5% y la de Antofagasta 7,5%.

Trabajo: Un camino arduo

Las cifras a lo largo del estudio manifiestan complicaciones en diversos ámbitos, sin embargo lo primero que aparece llamativo son los datos relacionados al trabajo.

Dentro de ellos se pueden observar que un 88,3% no tiene contrato o boleta, versus el 9,6% que posee un contrato a plazo fijo, mientras que un 56,6% de los trabajadores lo hace de forma independiente o por cuenta propia. A su vez, entre el 45% y el 50% de los trabajadores de la cultura se dedican exclusivamente a su labor artística y logran mantenerse con ella.

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Fuente: “El escenario del trabajo cultural en Chile”, OPC.

Estas cifras siguen y suman, ya que un 7,2% se declara cesante o desocupado, porcentaje mayor respecto del nivel de cesantía en el país, que corresponde a un 6,3% según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

En relación al nivel educacional, si bien un 61,7% tiene un nivel de educación universitaria, un 15,1% es técnico profesional y un 15,7% posee posgrado; no existen remuneraciones acordes al nivel de formación, es más, el área con mayor porcentaje de desempleados es literatura y gestión cultural con 9,3%, seguido por audiovisual (8,6%) y artes visuales (8,3%).

Al respecto, la coordinadora de Investigación del OPC y coautora del estudio, Julieta Brodsky, indicó que “es preocupante que los trabajadores, siendo altamente capacitados, encuentren dificultades para mantenerse en sus trabajos y sostenerse económicamente. La estabilidad del sector nos parece alarmante, ya que es enorme la inseguridad que viven”.

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En ese sentido, la experta agregó que lo más urgente es tomar conciencia del significado de la actividad cultural. “Aquí lo que hace falta es, por un lado un empoderamiento del sector cultural, y me parece que hay una sociedad que está pensando desde la lógica del mercado y la libre competencia, que no da espacio a que la cultura sea un tema importante, una prioridad, y que realmente haya una intensión de generar un desarrollo cultural integral y potente en el país”, aseveró.

Por su parte la subdirectora del CNCA, Lilia Concha, indicó que “la precariedad habla de un problema sistémico bastante grave. Estamos en un país en donde no se reconoce a la cultura como una necesidad fundamental de desarrollo, por lo tanto aquellos que se dedican profesionalmente al arte son trabajadores y merecen y necesitan niveles remuneraciones, protección social y desarrollo de políticas públicas en lo que se refiere a empleabilidad y formación para postular a proyectos”.

Ni salud, ni jubilación

El gremio de actores vive una paradoja. En la actualidad hay un mayor número de  producción artística y de música, de escenarios culturales y películas. Sin embargo, gran parte del sector, como se ha podido observar, vive en condiciones desmejoradas. Esta situación afecta no solo a nivel laboral, respecto de sus derechos, sino que tiene un alcance a futuro.

La salud es uno de los temas que generan desaliento. Un 37,2% de los trabajadores no está afiliado a ningún tipo de previsión para la jubilación, lo que condice con el alto porcentaje de trabajo de tipo informal e independiente con un 48,5%.

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Fuente: “El escenario del trabajo cultural en Chile”, OPC.

Al respecto, el presidente de la Unión de Artistas, Edgardo Bruna, indicó que es necesario un trabajo en conjunto de los diversos organismos. “El tema no lo va a solucionar solamente el Estado, aquí tiene que concurrir mucha gente, muchos actores y distintos aparatos del Estado. Para el tema de salud tiene que haber un sistema que se adecúe a la realidad de los artistas, porque las condiciones y características de trabajo son distintas, uno vive de su producción, como la gente de las artes de la representación”, señaló.

edgardo-brunaSi bien, el actor cree que se han impulsado políticas públicas relacionadas a la institucionalidad y la efectividad de las leyes, sigue siendo grande la tarea, ya que es muy fuerte el desconocimiento de los artistas hacia sus derechos, lo que refleja una realidad de país. “Es tan pavoroso el estudio, que no sabemos por dónde empezar”, finalizó.

La urgencia de un ministerio

Edgardo Bruna, manifestó que una de las acciones que se debe implementar es el aumento en el presupuesto para cultura. “El 0,4% es bajísimo y no es acorde a los niveles de los países de la OECD, en donde el mínimo es de 3% para esta materia”, enfatizó.

Ante los resultados la subdirectora planteó la necesidad de crear un ministerio que englobe objetivos y logre mejoras en el sistema.

“Hoy tenemos dos instituciones (CNCA y Dibam) que son importantes y que contribuyen a políticas púbicas. Éstas deben integrarse bajo la nueva institucionalidad del ministerio de Cultura, que al robustecerse nos permite diseñar políticas y por lo tanto obtener un aumento presupuestario que no se ha obtenido hasta ahora. Recordar que siendo Consejo somos parte de la partida presupuestaria del ministerio de Educación”, planteó.

Dada esta urgencia, queda en evidencia que es importante aumentar los niveles de formación, desde las entidades de cultura, para la postulación de proyectos.

Los niveles de conocimiento respecto de la participación y gestión de éstos son bajo, lo que genera problemas en las herramientas para postular a fondos concursables, generar recursos y potenciar el trabajo colectivo.

Los grados de entendimiento por rol son reducidos. Ni artistas, técnicos e intermediarios alcanzan a superar el 1,5% de un nivel alto de conocimiento, de hecho los mayores porcentajes se concentran en nivel bajo para los artistas (54,7%) y técnicos (52,1%).

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Fuente: “El escenario del trabajo cultural en Chile”, OPC.

A su vez, a un gran porcentaje le cuesta encontrar espacios de desarrollo artísticos dependiendo de su área, lo que tampoco es alentador.

Finalmente, la pregunta queda hecha, ¿por dónde empezar? La investigación realizada por el Proyecto Trama deja en evidencia que el problema de la cultura es parte de un tema global, ya que no sólo radica en el sector cultural. La solución se espera llegue cuando se integren las áreas de salud y trabajo, basadas en políticas públicas, que fomenten leyes sectoriales, derechos y mantengan relaciones contractuales en norma.

Que además, se preocupe de la descentralización, del fomento a la cultura en las regiones y promueva una red nacional. Se espera que el ministerio de Cultura sea vinculante y pueda generar los cambios que tanto urgen.

Foto principal: Obra de teatro “Tsunami…gran ola en el puerto”, montaje logrado gracias a los fondos concursables que posee la Universidad De Playa Ancha (CREART), dirigida por la académica de la carrera de teatro de la Universidad de Chile y de la Universidad de Playa Ancha Jenny Pino M.





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