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Alejandro Zambra: “Escribir es salir del plan de redacción, es un dispositivo de libertad”

En esta entrevista el escritor camina por el centro de Santiago mientras habla de su experiencia como profesor, sus nuevos proyectos y "Facsímil", la novela que acaba de publicar e incita a los lectores a responder como se hacía en la Prueba de Aptitud Académica. "Me interesan los libros que obligan a tomar decisiones", dice.

Damaris Torres C.

  Sábado 20 de diciembre 2014 12:38 hrs. 
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La conversación comienza en la calle Merced, cerca de la recién remodelada Plaza de Armas. En aquel lugar, el escritor Alejandro Zambra asegura que es necesaria una reforma a la educación y que “los profesores conquisten el lugar que merecen en esta sociedad”.

Lo anterior a propósito de Facsímil, el libro de ejercicios que acaba de publicar con editorial Hueders y que emula la Prueba Aptitud Académica (PAA), que Zambra rindió en 1993 para entrar a la universidad. “Quería escribir sobre ese tiempo, sobre la sensación de que la prueba era crucial, que nos estaban preparando para rendirla y acerca de los nervios”, cuenta.

“Al comienzo fue una especie de novela que no me gustó, pero de pronto comencé a parodiar los ejercicios y entonces dije por qué no hacerlo así, como la Prueba”, agrega.

El texto comienza con las preguntas sobre términos excluidos, en las que se debe marcar la opción que no tiene relación ni con el enunciado ni con las demás palabras. Por ejemplo:

Facsímil
A) Copia
B) Imitación
C) Simulacro
D) Ensayo
E) Trampa

Luego prosigue con plan de redacción, uso de ilativos, eliminación de oraciones y comprensión de lectura. Todo bajo la pluma de un escritor que, además de rendir el mentado test, también hizo clases en colegios particulares y preuniversitarios después de egresar de Literatura en la Universidad de Chile. “Las clases en preuniversitarios tuvieron harto que ver con el libro, ya que ahí me di cuenta de cómo nos preparan para responder estas pruebas”, explica.

A eso se suma la experiencia pedagógica que tuvo como profesor de un instituto vespertino para adultos que, paradojalmente, duró un mes y medio “porque lo cerraron gracias a que alguien se quedó con el dinero”, se lamenta. “Ahí tenía 23 años y los alumnos por lo menos 30, por lo que fue puro aprendizaje de ambas partes”, cuenta Zambra, quien además dedica uno de los textos a la formación que entrega el Instituto Nacional, el mismo colegio en el que estudió.

En las historias se pueden encontrar personajes como Manuel Contreras y los candidatos de la pasada elección presidencial. También están las relaciones amorosas y de padres e hijos, entre muchas otras que van dando cuenta de la contingencia nacional a través de preguntas que incitan al lector a responder. “Me interesan los libros que obligan a tomar decisiones, por eso prefiero textos que intentan desautoritarizar y ser más dialogantes. Un libro que se ríe de sí mismo”, indica.

________ las mil reformas que le han hecho, la Constitución de 1980 es una mierda.

A) Con
B) Debido a
C) A pesar de
D) Gracias a
E) No obstante

Si desautorizar es la palabra, el formato PAA no representa esa lógica. Es eso, justamente, lo que Alejandro Zambra expone: “En el fondo tiene que ver con estas estructuras autoritarias, con estas respuestas únicas con las que nos quedamos desde la dictadura, por eso pienso que tiene sentido cuestionarse y desprogramarse. Escribir es como salirse del plan de redacción, es un dispositivo de libertad”.

Sesgo cultural

Pero de libertad nada, lo que más impresionó al autor fue lo elitista de la Prueba. “Ahora que revisé los facsímiles de la época me di cuenta que eran puras palabras raras las que se usaban, a las que probablemente no tenían acceso todas las personas”. Sin duda, “ahí había un sesgo, entonces además de medir habilidades, medía el nivel cultural que traían los estudiantes, pero no desarrollaba un pensamiento ni un proceso de aprendizaje real”, explica Zambra, un rehabilitado de la búsqueda de palabras extrañas: “Fue en mi infancia”, asegura riendo.

Ahora el autor está escribiendo dos libros, uno de los cuales trata sobre la obsesión de las bibliotecas personales. Ninguno tiene fecha de publicación. También redactó el guión de una película que harán los cineastas Alicia Scherson y Cristián Jiménez acerca del Mis documentos, cuento que le dio nombre al libro que lanzó en 2013. “Trabajar en la cinta ha sido un proceso de mucho aprendizaje”, tal como debiera ocurrir en la escuela y en las universidades, sostiene quien hace doce años realiza clases en la Universidad Diego Portales. En ese momento finaliza la conversación sobre Facsimil, justo frente al Instituto Nacional.

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