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Rector Vivaldi: “Todas las universidades estatales tienen que ser gratuitas”

En entrevista con el Divisadero, el Rector Ennio Vivaldi se refirió a la gratuidad de la educación superior pública. Además, consultado sobre el interés de la Universidad de Chile por apadrinar a la U. de Aysén, señaló que "si la U. de Chile queda totalmente marginada de esta universidad, sería triste pero no pasaría de eso", descartando un interés económico de la Casa de Bello en el proyecto.

Diario Uchile

  Jueves 22 de enero 2015 17:56 hrs. 
Ennio Vivaldi

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De visita en Coyhaique para inaugurar las Escuelas de Temporada, el Rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, se dio tiempo para conversar con El Divisadero acerca del futuro de las universidades estatales en el país y la formación de una casa de estudios para la región de Aysén.

Vivaldi, de profesión médico cirujano, asumió en 2014 la rectoría de la Casa de Bello y desde esa posición ha sido un constante crítico del sistema que impera en la organización de las universidades denominadas “estatales”. Tiene 5.859 seguidores en Twitter, desde donde principalmente comparte entrevistas, charlas, reuniones y actividades asociadas a la Universidad de Chile, pero desde donde también, en más de una ocasión, ha entregado su opinión personal sobre educación superior, algo que según él está marcada por “una mentalidad generada por décadas de cada uno buscando su propio interés”.

En nuestro país se ha hablado mucho sobre descentralización en el último año, ¿cómo puede la Universidad de Chile aportar a esa ansiada descentralización?

“La Universidad de Chile tiene un concepto de nación, por lo tanto, a pesar de que en 1980 se le cercenan las sedes, la universidad sigue siendo representativa del conjunto del país. Creo que es muy significativo que una universidad a la cual se le quitan todas las sedes y se le quitan las pedagogías siga siendo llamada Universidad ‘de Chile’. Eso solo puede ser entendido en el contexto de lo que representa en la historia la Universidad de Chile. Es un reflejo de que no es una universidad más, no es comparable con las otras universidades en términos de su misión y de su rol en la historia del país, que determina el presente de toda universidad. Yo creo que es una universidad en la que uno puede tener la total confianza de que no tiene un ánimo competitivo ni con las universidades existentes ni con las por venir. Es una garantía de un cuidado por el país.

”Sin embargo, hay una idea de universidad que no tiene nada que ver con la idea de competencia o subsidio a la demanda ni cosas por el estilo. Primariamente, es un compromiso con el país en su conjunto. Hoy hay conciencia de muchos problemas que antes eran ignorados y que una universidad nacional como la nuestra los asume y los promueve. Estoy hablando del desarrollo regional, las particularidades de las regiones, su economía, su gente, su historia política. En otro orden cosas, temas como las etnias, que fue negado por mucho tiempo en Chile y hoy es un tema relevante y la universidad está presente ahí, en la regionalización y en muchos otros componentes que son nuevos”.

Usted ha sido muy crítico con la realidad que viven las universidades estatales, que no reciben financiamiento del Estado para sobrevivir,  acá es un debate que preocupa mucho, pues la nueva universidad regional de Aysén debería afrontar un escenario distinto…  ¿Se ha avanzado para enmendar el camino?

“Las universidades estatales deberían recibir fondos del Estado para formar profesionales  y deberían concursar a fondos para hacer investigación a nivel nacional e internacional. Eso, sin lugar a dudas, es el ánimo de este programa de gobierno. Yo critico que, tanto de parte del gobierno como de parte del mundo de las universidades, no hay esa noción de respetar a cada universidad en sus particularidades. Creo que es muy importante que haya un concepto de universidad estatal. Así como nosotros respetamos universidades regionales, autónomas, católicas y apoyamos que esa forma de concebir una universidad sea viable, nosotros también pedimos que haya el mismo respeto por el concepto de universidad estatal. En alguna medida, creo que lo que ocurrió en la discusión de estas leyes ahora en el Congreso, fue una voluntad de negar, con un espíritu más bien de competencia, como una concepción muy curiosa, que no era que las universidades estatales volvieran a ser estatales, sino que no tuvieran ventajas pensándolas como competidoras. Esa mentalidad que terminó imponiéndose es la que hay que revertir. He enfatizado aspectos que en ninguna parte del mundo nadie en su sano juicio pudiera considerar que son compatibles con el concepto elemental de universidad estatal. Nadie creería que una universidad estatal les cobra a sus estudiantes sumas de dinero comparables a universidades privadas. Menos que la Universidad de Chile, que es mucho más cotizada, cobra menos que universidades privadas que son muchos menos cotizadas, lo que es raro si lo vemos desde la lógica del libremercadismo. El hecho de que los estudiantes paguen a una universidad pública no lo entiende nadie. Por otro lado, hay que subirles el sueldo a nuestros profesores y hay que hacerlo de acuerdo al reajuste del sector público y eso tampoco lo puede creer nadie. Nosotros tenemos que alzar los aranceles todos los años para poder pagar los reajustes.

”La infraestructura de las universidades estatales depende por entero de ellas. Si tienes que hacer una ampliación o algo así, tienes que construir tú un edificio, para lo cual tienes tú que generar los recursos. Y una vez que lo has construido, por definición, ese edificio le pertenece al Estado. Pero cuando lo tienes que mantener, el Estado no te da un peso”.

¿Se abren nuevas posibilidades para las universidades estatales, con estas dos nuevas casas de estudio que nacen desde el Estado y que deberían ser financiadas por el Estado entregando educación gratuita?

“Todas las universidades estatales tienen que ser gratuitas. Por supuesto que sería medio ridículo comenzar a cobrar en las universidades nuevas si la idea es que estas pasen a ser gratuitas en muy poco tiempo. Claramente, no tiene ningún sentido”.

Pero en un inicio, el proyecto contemplaba una universidad pagada por los alumnos….

“Debieron haber habido señales de parte del gobierno con respecto a temas como los aranceles de los estudiantes, las remuneraciones. Debió haber señales que indicaran una preocupación por las universidades estatales. Me parece que lo que se haga respecto de acelerar el proceso para que estas universidades sean gratuitas, bienvenido sea. Si esta es una oportunidad, porque están siendo creadas de nuevo, sería fantástico.

Se sabe que existe interés por parte de la Universidad de Chile de convertirse en tutora de la Universidad de Aysén, ¿cómo podría aportar la U en ese proceso de formación?

“Nosotros fuimos llamados para colaborar en este proceso, tanto de la autoridad central como de la autoridad local. Resulta obvio que la creación de una universidad estatal debiera pedir la colaboración de las universidades estatales. Para la Universidad de Chile, ante esa situación, es su deber hacer lo que le pidan que haga. Dentro de eso lo que hemos hecho es ofrecer proyectos de cómo garantizar que esta no va a ser una universidad pequeña que encuentra los avatares de la competencia, sino que de la partida tenga una concepción que garantice su éxito, tanto como elemento de formación de recurso humano o nuevos profesionales –y ahí hemos hecho diversas propuestas de cómo podríamos ayudar- como también hacer ver que en el área de investigación hay grandes perspectivas. Incluso sería muy fácil conseguir el apoyo internacional para muchas iniciativas que aquí puedan desarrollarse. En el curso de las conversaciones que hemos tenido, hemos hecho sugerencias y propuestas de ese tipo, más que eso no.

”El rol que quieran que juguemos lo vamos a jugar. Estamos disponibles y estamos deseosos de hacer propuestas. Pero son decisiones que competen a la autoridad regional y a la autoridad nacional en educación. No es un tema en el cual nosotros tengamos ninguna vocación de Gengis Kan ni de conquistar nada, como a veces intencionadamente se trata de hacer parecer”.

¿Qué propuestas se han puesto sobre la mesa?

“Hay que ver cuáles son los intereses de los estudiantes de acá. Cuando uno habla de innovar uno piensa que podríamos tener cursos a distancia –que deberían hacer todas las universidades estatales-,  podría tener un programa indeferenciado (una especie de bachillerato) que permita al estudiante interiorizarse mejor en el quehacer en las disciplinas de la universidad y después trasladarse o quedarse acá en una carrera profesional específica. Ninguna de estas cosas, lo digo con toda sinceridad, no hay cosas en las que diga: ‘A la Universidad de Chile le conviene, ni le interesa tal cosa’, son ideas que se han puesto”.

Actualmente la discusión está en el tema de las carreras que se van a ofrecer. Sabemos que O’Higgins se decantó por una oferta más bien tradicional, pero acá el discurso siempre ha sido la innovación. ¿Es la innovación el futuro de la región?

“Eso no me compete a mí decirlo. Esa es una decisión de Aysén. Lo que me compete es entregar argumentos para cada una de las alternativas y lo hemos hecho. Si nos piden que demos distintos sets de posibles proyectos, los vamos a dar. Creo que hay oportunidad que hemos sugerido y que es única, y que tiene una ventana temporal hoy y hay que aprovecharla para despegar con muy buena investigación científica, con un lugar de convocatoria nacional y estamos disponibles para eso. Lo que les convenga más depende de ustedes y del Ministerio de Educación”.

Sin embargo, los jóvenes de Aysén también han mostrado interés por carreras tradicionales, ¿cómo consensuar?

“Hay carreras que uno puede montar acá, porque hay infraestructura. Si nos piden eso hacemos eso. Nosotros vamos a hacer lo que nos pidan. Somos una universidad nacional del Estado y estamos para colaborar. En investigación, acá va a haber una capacidad de comunicaciones que va a cambiar totalmente el potencial para que investigadores vengan a trabajar acá y que se arme un sustrato único en el mundo que puede ser muy atractivo”.

¿Qué pasa si la Universidad de Chile no es designada como tutora de la Universidad de Aysén?

“Si la Universidad de Chile queda totalmente marginada de esta universidad, sería triste pero no pasaría de eso. No estamos comprometidos en un interés nuestro económico. Hay una voluntad de estar presente en la nación, representando los intereses del conjunto del país”.

Entrevista: Francisco Mardones Pino para el Divisadero

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