Mientras esta mañana, la presidenta Michel Bachelet y el ex mandatario Sebastián Piñera, dedicaban sentidas palabras para conmemorar el terremoto y maremoto del 27 de febrero de 2010, aún hay familias que no pueden regresar a sus hogares y en otros casos, si lo han hecho, se han encontrado con la sorpresa de que la calidad de las obras ha sido deficiente.
Muy bien decía la Presidenta que una de las lecciones que deja la reconstrucción es que no se trata solamente de “viviendas”, sino “fundamentalmente una reconstrucción integral pensando en las personas y sus vidas”, un punto crítico que fue advertido por Walter Imilan y Stefano Micheletti, en entrevistas anteriores realizadas por este medio y que avizoran que consecuencias como la segregación se empezarán a notar pronto.
Pero al parecer ni las viviendas reconstruidas han logrado superar la brecha de las “lecciones”. En el Diario de la Universidad de Chile conversamos con representantes de cuatro barrios emblemáticos de Santiago: la Villa Olímpica, el barrio Yungay, la Villa Canadá y la Villa Portales. De estas cuatro zonas, que se vieron afectadas por el terremoto, solo una presenta avances satisfactorios mientras que otra, a pesar de su valor patrimonial, ni siquiera entró al programa de reconstrucción.
Villa Portales
“A 5 años del terremoto en Villa Portales sigue habiendo un proceso de reconstrucción que creemos se va a extender por dos años más”, dice Mariel Sagredo, dirigente del Comité de Defensa de la Villa Portales con tono de evidente cansancio.
En la Villa compuesta por 19 blocks se empezaron a reconstruir 5 edificios que agrupan a un total de 660 departamentos donde, según explica la dirigenta, la Municipalidad no dio abasto con los proyectos y ya existen trizaduras en los muros.
“El Ministerio de Vivienda le entregó 7 mil 741 millones a la municipalidad de Estación Central que efectuó la licitación para las obras y obligaron a la gente a salir de sus hogares con el apoyo de un subsidio de 100 mil pesos para irse a arrendar. Eran viviendas de más de 100 metros cuadrados, y cuando vuelves después de este largo período, la casa está en pésimas condiciones. Hay gente que llegó a su departamento y se le inundó, las paredes le filtraban de una manera terrible”.
La dirigenta dice que entre un 30 a 40 por ciento de los vecinos ya regresó y empezaron a hacer listado de las fallas. Agrega no entender cómo la misma inmobiliaria (Fernández Wood) que se encarga de la reconstrucción de la Villa Portales, no es capaz de tener la misma prolijidad que en sus otros proyectos “del barrio alto” y señala que les entregaron los departamentos con el piso sucio y rayado, con puertas que no cierran bien, los baños tapados y reemplazando con tabiquería donde antes habían muros de concreto.
“Estos departamentos fueron construidos con otros estándares. Es un atropello, es pasar a llevar tus derechos de propietario. Cuando tu tenías muro de concreto y ahora te ponen tabiquería, escuchas a tu vecino”.
Las deficiencias tanto del proceso como de la calidad de lo reconstruido fue comprobado por el Colegio de Arquitectos y divulgado mediante un boletín creado por los mismos vecinos de la Villa.
En este texto el Colegio explica que existe falta de fiscalización por parte de los Inspectores Técnicos de Obra (ITO); que el proceso de desalojo se hizo entre amenazas para los habitantes del sector.
Barrio Yungay
Si en la Villa Portales ha fallado la calidad del proceso de reconstrucción, en el Barrio Yungay no alcanzó ni para ser considerado dentro del mismo. El principal reclamo de los habitantes de este sector es la nula ayuda que recibieron luego del 27F, por lo que la reconstrucción ha sido por parte de la organización de los propietarios.
Rosario Carvajal, coordinadora de Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay y presidenta de la Asociación Chilena de Barrios y Zona Patrimoniales, relata que luego del terremoto se trabajó con cerca de mil voluntarios, que incluía a gente de la Fech y de la comisión de Patrimonio del Colegio de Arquitectos, evaluando cerca de 450 inmuebles (solo viviendas) de los que 90 se encontraba en una situación grave.
“El Municipio apareció una semana después y no ayudó ni con un vaso de agua”, acusó.
Uno de los problemas históricos que tienen en el barrio, dice Rosario, es que no ingresan los subsidios patrimoniales debido a que por estar emplazados en un casco histórico los valores de suelo son muy altos y las fichas sociales “no dan” para acceder a los beneficios.
Actualmente la dirigenta acusa que las inmobiliarias están tratando de demoler todo lo que pueden aprovechándose de la especulación post terremoto.
“En plena zona típica el consejo de Monumentos Nacionales cursó permisos de demolición, o sea, acá hubo procesos de especulación inmobiliaria aprovechándose de la crisis del terremoto. Esto lo hicieron desde Paz Froimovich hasta otras menos conocidas. La última que se nos metió acá, fue Ce inmobiliaria. Hay como 5 proyectos dentro de la zona típica. O sea, en vez de generarse una política de regeneración se está produciendo un proceso de gentrificación. Muchos vecinos como no han tenido la posibilidad de recuperar sus casas terminan vendiendo”, dice.
A pesar de que el año pasado se hizo una caminata por los puntos críticos, donde se acompañaron de las autoridades (asesor de la Ministra y el Seremi) no hubo continuidad del tema, explica Carvajal. Recordando que para el terremoto de 1985 tampoco hubo reconstrucción y advirtió que la basílica del Salvador perteneciente al Arzobispado de Santiago va a cumplir 30 años de abandono.
“Paula Forte no hizo seguimiento al tema, ni la asesoría del Minvu, ni el Seremi de Vivienda de la región Metropolitana. La respuesta del Ministerio ha sido que como está en marcha un nuevo ministerio de Cultura y Patrimonio, tenemos reclamar allá. Es como el compra huevos, nadie se hace cargo de este tema”, sentenció.
En la actualidad los esfuerzos de los vecinos, están focalizados en generar una política pública preventiva, con nuevos instrumentos, y así estar preparados para el próximo terremoto.
Villa Olímpica
Al igual que en la Villa Portales, en la Villa Olímpica el principal problema ha sido la calidad de la reconstrucción, esta vez en manos de la Municipalidad de Ñuñoa. Tusy Urra coordinadora nacional del Movimiento por la Reconstrucción Justa y secretaria de la Junta de Vecinos en la Villa Olímpica afirma que aún queda mucho por reconstruir.
“Los techos, obras que fueron ejecutadas el 2010, por la Municipalidad de Ñuñoa quedaron mal hechos, entonces se volvieron a solicitar recursos al Minvu para recién partir con esa etapa. Las políticas actuales de vivienda no solucionan estos problemas graves de reconstrucción, tanto en la emergencia como en la reconstrucción y la calidad, porque se trabajan bajo subsidios y estos son muy limitados. Derechamente no cumple con las necesidades básicas de una reconstrucción efectiva”.
Las fallas en la reconstrucción de esta zona también quedaron registradas por distintas instituciones como el Colegio de Arquitectos o el Informe técnico para la Villa Olimpica elaborado por la Fundación de Viviendas HPH Chile dando cuenta de que “las viviendas, presentan fallas de terminación como, filtraciones, desniveles de losas y radieres, puertas descuadradas y desaplomadas, irregularidades bajo cubrepisos, detalles de terminación de sellos para ventanas y artefactos sanitarios, pinturas sopladas por humedad como también ventanales trabados.
Villa Canadá
De los barrios consultados el único que tuvo cierta satisfacción fue la villa Canadá, que en un principio, en 2013, presentaba serios problemas de comunicación entre las acciones de demolición de los departamentos y sus propietarios que en algunos casos ni siquiera tenían conocimiento de lo que iba a pasar con sus hogares. Según una investigación realizada por Ciper, en ese entonces “la tarea de demolición se efectuó sin esperar que todos los afectados tuvieran su decreto expropiatorio y sin siquiera haber consignado el dinero en tribunales”.
Aunque luego de cinco años aún no vuelven a sus casas, los edificios ya están terminados y a la espera de ser entregados. Pero la historia no dejo de ser distinta a la de otras villas cuenta Miriam Vargas del Comité para la Reconstrucción de Villa Canadá.
“Para llegar a lo que estamos ahora fueron tres constructoras. La última, Castor S.A, que incluso tuvo que demoler algunos edificios porque estaban mal hechos. Ahora estamos batallando con la documentación, porque la burocracia nunca se termina en este país. Aprendimos de cero si aquí uno no grita, patalea y alza la voz no sacas nada. Estamos felices porque creemos que logramos algo que nunca más el Serviu volverá a construir”, relató.