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Ocurre ante nuestros ojos

Columna de opinión por André Jouffé
Viernes 27 de marzo 2015 19:20 hrs.


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A bordo de los aviones uno lee cualquier cosa desde el fin de la distribución gratuita de periódicos.

En épocas pasadas, en Europa obsequiaban el International Herald Tribune, diario impreso símultáneamente en Paris, Nueva York, Londres y Tokio, disfrutaban de interesantes noticias curiosas

Por ejemplo que cuando falla la presión de aire en la cabina del aparato y caen esas famosas mascarillas cuyo instructivo de uso es obligatorio antes de cada despegue, el remezón es fuerte, se congelan los vidrios, pero lo que casi nadie sabe es que la duración de ese aire puro es de sólo quince minutos. Después a asfixiarse se ha dicho. En otras palabras, el piloto debe de hacerlo rápido, para hacer descender su nave a una altura que no mate al pasajero.

Otra noticia inolvidable de lectura del IHT, que quienes comienzan a perder el cabello por la tonsura tienen mas posibilidades de sufrir un ataque al corazón que aquellos que lo pierden por las sienes.

Gran preocupación para mí desde, entonces pues ya a los 20 vi cómo mi cabello abandonaba el estadio del casco. Pero por lo menos he llegado hasta los 68 y sin tonsura, porque ni para ese sector me sobran cabellos.

En la sección de asuntos estrafalarios, que Ernest Hemingway calculaba que el hombre tenía un máximo de cinco mil eyaculaciones en su vida. Probablemente se suicidó porque había alcanzado esa cifra.

Su nieta Margaux, que estuvo en Chile en los años ochenta lo describió, a Ernest, como un padre muy tirano de ahí el carácter débil del padre de las dos hermanas actrices una de las cuales, Margaux, falleció de sobredosis.

Lo contrario es Woody Allen, ya casi octogenario quien pese a las acusaciones de abuso sexual con sus hijas adoptivas, muchos piensan que es tirano en casa. Pero todos sus hijos hacían lo que se les antojaba con el actor, director y humorista. Nada que sea un mandón o por el estilo. Sin embargo, es Soon Yi, su hija adoptiva con quien vive hace casi veinte años pese a las iras de Mia Farrow, la que manda el buque. Su término favorito para tratar a Allen es “marica”. La razón es la extrema cobardía de Allen. Cuando lo subieron a una góndola en Venecia gritaba ante cada olita como si se hubiese hundido el Titanic.

En una de esas revistas del corazón, leíamos que Mario Vargas Llosa hasta unos veinte años solo combinaba los sweaters con el color de sus ojos. Vanidoso el hombre. Sabido es que el peruano no puede ingresar a Republica Dominicana, pues en su historia sobre uno de los tiranos describió escenas íntimas muy subidas de tono, pero mantuvo el nombre de las victimas. Ahora son abuelitas o están muertas, pero fuer una gran falta de ética lo que realizó pues las familias sobrevivientes no encontraron el colaboracionismo con Trujillo como algo digno de honor.

Para cerrar, una de las líneas aéreas nuestras es tan cicatera en su plan de reducción de costos, que obliga al personal recién ingresado a usar el biforme del antecesor renunciado o despedido. Asimismo que esos pequeños maletines tienen las ruedas a menudo torcidas y el personal debe pasearse en los aeropuertos ante los pasajeros con trajes no hechos a la medida y equipaje de Perejil.

Esa misma aérea que solía tener puros aviones viejos, en un vuelo Concepción-Santiago, el periodista Francisco Martorell le reclamó que el asiento de las butacas llegaba a tocar el suelo también por el uso y lo desvencijada que estaban. Paulmann, que iba sentado atrás, dueño de la empresa, le respondió: Mire la crisis del petróleo nos obliga a ahorrar así que esos detalles carecen de importancia”.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.