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La discapacidad dividida

Columna de opinión por Carolina Pérez
Lunes 13 de abril 2015 9:57 hrs.


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Durante muchísimos años me he preguntado qué podemos hacer las personas en situación de discapacidad para cambiar esta realidad.Por ejemplo: la falta de oportunidades en lo laboral, la inclusión y la oportunidad de educación para las personas con necesidades educativas especiales, el respeto por la diferencia (en todas las áreas del ser humano), el dejar de hablar de minorías, la falta de accesibilidad (el concepto de accesibilidad en general)…

Si históricamente la discapacidad ha sido un tema de asistencialismo (claramente la responsabilidad de todo esto lo tiene en gran parte el espectáculo televisivo de la teletón), ¿qué podemos hacer para obligar al Estado de Chile a que se haga cargo de lo ratificado en el año 2008 ante la Organización de las Naciones Unidas? Simplemente, actuando.

Pero, la discapacidad está dividida.

He participado de muchísimos foros, conversaciones, seminarios, simposios, cuentas públicas, etc. Y veo como las organizaciones de personas en situación de discapacidad luchan entre ellas, se pelean de manera incansable para que el nombre de su organización se ha destacado públicamente, comienzan a levantar la voz poco a poco sin otro objetivo que demostrar que su organización tiene la razón. Finalmente, es una lucha de poderes. Una de las palabras que más se escucha dentro del colectivo de la discapacidad es… Discriminación.

¿Cómo vamos a trabajar sobre la discriminación, si la discriminación más grande que existe es dentro de los mismos colectivos, agrupaciones, corporaciones y fundaciones? Es un doble discurso. La única manera de ejercer un cambio a nivel colectivo es comenzando por un cambio personal. ¿Cómo podemos exigir derrotar la discriminación si entre nosotros mismos la ejercemos?.

¿Cómo podemos anhelar victorias públicas si ni siquiera hemos hecho las personales?.

¿Con qué derecho desvalorizamos al otro, entendiendo que su necesidades no son las mismas que las propias?.

Por favor señoras y señores, he visto cómo las distintas organizaciones que trabajan para y por el síndrome de Down no se pueden ver entre sí, al igual que con los colectivos de autismo, los intérpretes de lengua de señas, los mismos sordos de los distintos lugares del país, y así muchísimos otros de todas las áreas de la discapacidad.

Una de las grandes herramientas que entrega el autoconocimiento, es precisamente aprender y tener la capacidad de reflexionar, analizar y ver desde otros espacios, que la única manera de crecimiento del ser humano es trabajando en conjunto.

Si ustedes creen que la responsabilidad de todo la tiene el Estado de Chile, están profundamente equivocados.

Con un colectivo dividido, con un país dividido, con una lucha de poderes absurda, jamás vamos a lograr un cambio que tiene que ser desde la base de la pirámide, y esa base de la pirámide la construimos nosotros mismos, los ciudadanos.

Terminemos con la discriminación entre nosotros mismos, los colectivos de la discapacidad son tremendamente segregadores.

Aprendamos a trabajar en conjunto y para todos, me refiero para estos 17 millones de personas que pisamos esta tierra.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.