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Año XVI, 28 de marzo de 2024


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Fernando Atria manifiesta su disconformidad con la comisión Engel

El abogado constitucionalista y académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, Fernando Atria, especificó que la Comisión Asesora Presidencial es parte del problema de deslegitimación institucional. “Ya que el parlamento no sirve porque está deslegitimado, inventemos un “parlamentito”.”, criticó.

Diario Uchile

  Miércoles 15 de abril 2015 12:23 hrs. 
atria collage

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En el marco de los polémicos casos Caval, Penta y SQM, el abogado constitucionalista, Fernando Atria, conversó en el programa El Tema del día de Radio de Universidad de Chile sobre la relación entre política, dinero y ciudadanía.

En ese sentido, consultado por la vinculación entre la crisis política y la necesidad de una nueva constitución, el abogado declaró que se requiere enfrentar un proceso de deslegitimación institucional.

“Las formas institucionales de la política actualmente están cada vez más desacreditadas, creo que eso venía de antes, no obstante ahora se ha acelerado notoriamente. Esto significa que es necesario entregar una solución y producir un momento legítimo. Es difícil pensar que ese momento no esté vinculado a la demanda de una nueva constitución.”, expuso Atria.

En consecuencia, Atria criticó la idea de que el problema se remedie convocando a una comisión, como la presidida por el economista Eduardo Engel. Para él,  ésta representa una contradicción en su legitimidad, radicada en la independencia académica de sus miembros.

“Ya que el Parlamento no sirve porque está deslegitimado, inventemos un “parlamentito”. No se entiende cuál es la lógica con que se realiza la responsabilidad política”, concluyó el abogado.

El abogado sostuvo que la Comisión tiene un efecto institucional que impide a los ciudadanos atribuir responsabilidades políticas al modo en que cada sector está enfrentando la crisis.

Atria concluyó que lo normal es que haya una relación opaca entre el dinero y la política, pero en el país se ha entendido la convivencia política en un sentido fundamentalmente fáctico. “El que tiene poder que lo use”, sin posibilidad de que sea frenado.

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