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Graciela Iturbide: “El arte no tiene pasaporte”

En el marco de la exhibición Blanco y Negro: Lo cotidiano bajo el lente de Graciela Iturbide del Centro Cultural Gabriela Mistral, la fotógrafa mexicana compartió detalles de su obra y de cómo llegó a fotografiar distintas comunidades indígenas e incluso, objetos del baño de Frida Kahlo.

Abril Becerra

  Miércoles 27 de mayo 2015 17:19 hrs. 
graciela_iturbide_Selfportrait

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Desde muy pequeña Graciela se interesó por la fotografía. Todo empezó cuando, a muy corta edad, comenzó a robarse las fotografías familiares que su padre coleccionaba. “Éramos 13 y habían muchísimas imágenes que robar”, cuenta.

“Yo quería ser escritora, pero me casé muy joven y no podría dedicarle el tiempo necesario a la escritura, así que cuando mi hija falleció escuché en la radio que había un curso de cine y yo me inscribí y  fui a un curso que daba Manuel Álvarez Bravo. Así comencé en la fotografía”, comenta.

Graciela Ituribe es una de las fotógrafas más destacadas de Latinoamérica. Ha sido reconocida con más de quince galardones, entre ellos, el premio Hasselblad y ha expuesto en diversas galerías en Paris y Londres.

Su trabajo guarda una fuerte relación con temáticas ligadas a lo cotidiano, los sueños, las aves e incluso la muerte.

Pájaros en la carretera

Pájaros en la carretera

“Mi fotografía es una autobiografía porque yo voy fotografiando e interpretando lo que veo. Yo  siempre digo, mi cámara es un pretexto para conocer la vida. No pretendo decirle a la gente esto es así. Sólo busco dar imágenes para que los demás  las tomen e interpreten de nuevo”, dice.

La fotografía de Iturbide recorre distintos aspectos latinoamericanos producto de su contacto con comunidades indígenas en México.  Sin embargo, la artista explicó que para ella “el arte no tiene pasaporte”.

“El arte no tiene nación, yo no fotografío comunidades indígenas para hacer uso de de los retratos, la fotografía es muy subjetiva y sólo representa el mundo que yo veo”, explica.

Según Fabienne Bradú, experta en la obra de la mexicana, “la obra de Iturbide tiene un fuerte sentido poético. Al final, el objeto que ella fotografía pasa a segundo plano. Lo importante es la manera en que ella retrata, el punto de vista que utiliza. Se trata de una técnica que está profundamente marcada por la poesía”.

Graciela y la fotografía

Una de las primeras fotografías que realizó Iturbide fueron una serie de retratos de los indígenas de Sonora México.

Allí, capturó uno de sus cuadros favoritos: La Mujer Ángel. “Ni siquiera me percaté de que había sacado la fotografía”, comenta.

La Mujer Ángel

La Mujer Ángel

De esta forma, Iturbide inició un trabajo ligado al retrato indigenista, llegando incluso a documentar ritos y ceremonias de la población de Juchicán, una ciudad ubicada al sureste de Oaxaca.

De esta experiencia Ituribe obtuvo una foto que la marcó: Nuestra señora de las iguanas. Este retrato muestra a una mujer con iguanas en la cabeza, imagen ícono de Juchitán que con el tiempo  se transformó en un emblema del sector.

Nuestra señora de las iguanas

Nuestra señora de las iguanas

“Erigieron una estatua de esta fotografía”, cuenta Iturbide. “Finalmente la fotografía tomó su propio curso y eso es lo que busco también, que la gente vuelva a interpretar lo que yo capturé”, dice.

Blanco y Negro: Lo cotidiano bajo el lente de Graciela Iturbide

La exposición El Lente de Graciela Iturbide fue curada por Crisitina Alemparte, con la colaboración del Consejo de la Cultura y las Artes, la Embajada de México y la Fundación Gonzalo Rojas.

En ella se exhiben 90 fotografías que pertenecen a las series Naturata, El baño de Frida Kahlo, Autorretratos, Juchitán, Pájaros y Fiesta y Muerte, entre otros trabajos de la mexicana.    

La exposición estará abierta al público hasta el 12 de julio en la Sala Artes Visuales del Centro Cultural Gabriela Mistral y la entrada es liberada.

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