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Irán: Mil voces para una experiencia maravillosa

Pablo Jofré

  Lunes 15 de junio 2015 11:36 hrs. 
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Venir desde el sur del mundo, específicamente desde Latinoamérica y aterrizar en la República islámica de Irán implica recorrer medio mundo. Cruzar el Atlántico, el Mediterráneo y adentrarse en la cuna de la civilización y asombrarse frente a una cultura milenaria pero, sobre todo comprender y reafirmar que la vida tiene más de una mirada.

Invitado por la Radio Voz Exterior de la República Islámica de Irán, tras ser honrado con el Primer Premio del Concurso Fayr año 2015 con un relato sobre los 36 años del triunfo de la Revolución Iraní, aterrice en Teherán con el interés de conocer, de primera fuente, a un país tan incomprendido como enigmático (para sociedades como las nuestras) donde prima la desinformación, derivada de los medios de comunicación occidentales, que suelen presentar a la nación persa como un país atrasado, que vive una especie de oscuridad medieval, aislado, sin avances, un país donde el fundamentalismo y el terrorismo campea

Aquellos que creemos que la mejor forma de combatir la ignorancia es salir del encapsulamiento comunicacional, del discurso unipolar y conocer de primera fuente, el tener la oportunidad de conversar con hombres y mujeres de Irán, incluyendo en ellos a quienes han venido de los más diversos rincones del mundo y han tomado como su segunda patria a Irán es una oportunidad inigualable.

Mis primeros días en Teherán han sido una experiencia deliciosa: gente amigable, generosa, sonriente, distinta,  pero eso jamás ha sido un impedimento para reconocer en el otro un ser humano con su riqueza, su cultura, su historia y una forma de ver el mundo que a partir de esa diferencia enriquece tu propio ser. No me quedaré, en estas letras, en la absurda y arcaica discusión de las vestimentas, que si usa un pañuelo, un chador o cualquier otra excusa prejuiciosa,  cuando a quien tengo enfrente sonríe, le brillan los ojos, pregunta y responde con el mismo interés de este visitante ávido de llenarse de “iranismo”. Para mí los olores, sabores, la diversidad, el caminar, mirar, adentrarse en un mundo que físicamente me era ajeno reviste mayor importancia que la formalidad que pretende hacer aparecer al otro como limitado o carente de derechos.

Y esa amistad la he vivido en la calle, en el cuartel de bomberos donde un grupo de estos hombres interesados por Chile, por su gente, informados y con quienes terminamos  jugando voleibol, hablando de las similitudes y diferencias y donde se aprecia al extranjero porque les da una mirada distinta y responden ante ello con curiosidad, respeto y agradecimiento. O con aquellos amigos que bajo el calor abrasador de Teherán me invitan a un complejo de piscinas abierto todo el año con instalaciones espectaculares. Es lo que no se ve desde los buses de turistas, lo que está en la vida cotidiana del iraní, en sus mercados, negocios, en sus bazares, en el surtido extraordinario de frutas, verduras, artesanías y una industria iraní propia y orgullosa de su producción de automóviles, electrodomésticos, muebles, ropa e incluso artefactos de guerra que le permiten consolidar  su papel de potencia regional

Una de mis primeras actividades fue visitar las instalaciones de la organización de la Radio y Televisión de Irán, que debe ser uno de los complejos comunicacionales más grandes del mundo. Voz e imagen de Irán al mundo en lenguas tan diversas como el urdu, azerí, árabe, español, inglés, kurdo, turco y todos aquellos que reciben las transmisiones destinadas a dar una visión distinta al que estamos acostumbrados los latinoamericanos de las grandes cadenas internacionales que permitan, desde la política, la cultura, las noticias, documentales, reportajes, entrevistas, adentrarse en este Irán que desea dar la batalla  ideológica y comunicacional, tan importante y necesaria cuando algunos pretenden hegemonizar lo que se dice, se transmite y se entiende.

Ese tipo de conducta,  tan común en Estados Unidos y sus aliados occidentales o sus aprendices con gobiernos, debe ser combatida. Luchar contra ella permite modificar ese  desprecio a la capacidad de los pueblos de recibir algo más que las migajas informativas de grandes cadenas televisivas, medios impresos o medios radiofónicos. Encontrar a la organización de la radio y televisión de Irán en esta tarea permite contar con un aliado fundamental, para aquellos que creemos en múltiples y diversas voces.

Al Alaam,  Sahar I y II, Al Kausar, Press Tv, Hispantv, Servicio Exterior de IRIB son algunas de las divisiones dentro de la Organización de la Radio Y Televisión Iraní que muestran la decisión de salir al mundo con voluntad política, con decisión y la fuerza de enfrentar la unipolaridad. Conocer a profesionales de la talla de un grupo numeroso de mujeres que trabaja en la sección de la Redacción Española de la Voz Exterior de la República Islámica de Irán es una muestra clara que aquí en Irán las mujeres tienen mucho que decir y hacer por el progreso, no sólo de su propio pueblo sino también llegar con su voz, sus escritos y labores profesionales a esa parte del mundo donde las ondas de radio televisión Iraní llega para ser parte de esa multiplicidad de voces, tan necesarias en momentos que nuestros países enfrentan complejos problemas económicos, políticos y sociales.

Lo anterior, en un marco donde la globalización se entiende como la expresión de una única voz, de un único poder global. Contra con organizaciones como la Voz Exterior de Irán da fuerzas para contender contra esas fuerzas. La Organización de la Radio y Televisión iraní se suma así a las voces de Telesur en Latinoamérica en su versión en español, en inglés y en portugués. Agradezco enormemente la oportunidad de conocer a la gente y la tierra de nación persa, milenaria, rica en múltiples aportes a la humanidad y que hoy suma a su enorme arsenal y acervo, esta vertiente de entregar su voz al mundo.

Estas semanas que llevo de visita en Irán, gracias al premio otorgado por la Radio Vox Exterior  de la República  Islámica de Irán, tras ganar este concurso internacional sobre ensayos periodísticos me ha ido dando otra perspectiva, mucho más  enriquecedora de lo que este país es y de aquello que otros, fuera de Irán,  pretenden hacer ver. Con esto me refiero en específico a los mitos y prejuicios que existen sobre la nación persa, a partir de la manipulación política, mediática y cultural. Sobre todo cuando Irán está en el centro del debate por dos hechos fundamentales: la lucha llevada a cabo contra Daesh (Estado Islámico de Irak y el Levante) donde el papel del gobierno de Teherán ha resultado esencial para luchar contra esta organización terrorista y los diálogos nucleares llevados a cabo entre la nación persa y el denominado G 5 + 1 que es hablar de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania.

No hay mejor experiencia que la mente abierta y el amor por lo nuevo, sobre todo si ello significa adentrarse en una cultura que remonta sus orígenes a la génesis de la historia de la humanidad. No hay experiencia más valiosa que darse cuenta del papel de la mujer iraní en los más diversos ámbitos de la vida pública y salir de esta mirada respecto al uso o no de un pañuelo que cubra sus cabellos,  cuando lo que está en juego es la relevancia de su presencia en la marcha del país. La constatación que el poder femenino va más allá de su forma de vestir y que me ha hecho recordar  aquel bello poema de Roque Dalton y parafrasear aquellas palabras donde habla de la mujer como categoría política y que le permite, a partir de esta constatación, dejar de ser mujer en si para convertirse en mujer para si y constituirse como mujer a partir de su humanidad y no a partir de la ropa que vista.

Irán es más que un país situado en el cruce entre Oriente Medio y Asia Central, es más que la Revolución que derroco a una Monarquía de cientos de años, más que  república islámica, que un país con una historia milenaria, mucho más que un país que desarrolla soberanamente un programa nuclear que tanto temor suele ocasionar en aquellos países que han hegemonizado el poder del planeta. Irán es, ante todo, un país rico, diverso, amable, gentil, con seres humanos de una enorme sensibilidad, con sus manos y mentes abiertas a quien quiera conocerlos. Es un país de contrastes geográficos, de un mundo por descubrir de 80 millones de seres humanos que exigen con soberanía y dignidad su lugar preponderante en el mundo, no solo porque lo merecen, sino porque se lo han ganado. Un mundo donde el sentido de la estética se vive en cada construcción, donde la sonrisa se regala al calor de la mano que se posa en el corazón y se escucha la palabra salam.

Así lo he vivido en Teherán, en sus parques, en sus calles o en su intenso tránsito (un caos ordenado como lo he solido definir) en su negocios donde el salaam es la palabra de saludo habitual, cortes y generosa para atenderte,  aunque no domines muchas palabras en este idioma farsi tan distinto al castellano pero que suena a nuestros oídos en forma musical. El Farsi suena como música en mis oídos, con una tonalidad que invita a escucharlo, a tratar de comprender, a solicitar que te digan que significa tal o cual concepto, atender con entusiasmo a un saludo inicial que se extiende más allá de un Buenos días y se preocupa por la familia, tus hijos, tu trabajo, como ha estado el día, el deseo que sea lleno de éxito. ¡qué alegría sentir el interés de niños, jóvenes y viejos por tu país! De agradecer que te deseen un ¡bienvenido a Irán! Con el corazón en la mano y ver que es una preocupación y un interés genuino.

La experiencia de viajar a Irán ha resultado memorable, como lo es estar en una ciudad de la envergadura de Teherán y sus 13 millones de habitantes. Luego viajar al Mausoleo donde reposan los resto del Imán Khomeini y vivir la experiencia de escuchar al líder religioso de este país, Seyyed Ali Khamenei  frente a una multitud, con miles de asistentes no solo iraníes, sino que delegaciones de la India, El Líbano, Irak, Palestina, Siria y este chileno que fundido junto a otros miles sintió en carne propia el fervor y la pasión que embarga a este pueblo cuando se trata de recordar al que consideran el padre espiritual y político de su revolución. Escuchar a Ali Khamenei permite escuchar de primera fuente que. Irán está decidido a enfrentar a Daesh, pero también a todo aquel que se niegue a reconocer la independencia de este país para enfrentar sus desafíos con independencia, soberanía y dignidad.

Viajar luego a Mashhad y recorrer el complejo del Imán Reza con sus miles de metros cuadrados de la más exquisita arquitectura, observar  el respeto con que miles de visitantes recorrían sus instalaciones, ver a gente de diversas razas y países sobrecoge y eriza la piel, pues hay algo que nos une y eso es ser el humano que somos en Irán, en Chile o en la India ricos, pobres, negros, blancos o mestizos.

Viajar al sur de Irán, a la ciudad de Shiraz y recorrer sus calles, comer en su sitios característicos, descansar en sus jardines y parques frondosos, sufrir el rigor de un calor implacable pero que se soporta pues es tanto lo que hay que mirar, observar e interiorizar que los pies y ojos se niegan a parar de hacer aquello para lo que fueron creados: caminar y mirar, junto al oír y apreciar en toda su magnificencia lo que Shiraz y Persepolis nos tienen que ofrecer sus columnas, dinteles, frisos, estatuas y construcciones de miles de años. Aquí, de golpe, la magnitud de una historia que se remonta a miles de años, nos da una bofetada brutal y aleccionadora. Shiraz y su solaz nos despide con la amistad de sus hombres y mujeres que se prodigan en atenciones a este visitante de Chili, reconocido por los más viejos a partir de nombres como ” Allende, Neruda”, pero también de Zamorano, Sánchez, Vidal por aquellos que no importando fronteras se unen a través de un balón de fútbol.

Volar luego a Isfahan, la perla histórica de la nación persa, allí en medio del país, que se nos abre  con todo su esplendor y su Plaza de Naghsh-i Jahan (en persa ميدان نقش جهان maidaan-e naqsh-e jehaan),  conocida también plaza del imán Jomeini, con su arquitectura que abruma, embelese y aturde frente a tanta belleza. Gozar ese espacio es un privilegio impagable. Que importa el sol, el cansancio frente a horas de caminata si lo que se ofrece a nuestros ojos es lo mejor de la cultura persa! Isfahan y su artesanía hermosa, de un arte que asombra, de su bazar, del regateo frente a la posibilidad de comprar un recuerdo que te haga volver a pasar por el corazón los momentos vividos a 20 mil kilómetros de Chile.

Irán es la expresión que no se puede hablar de aquello que no se sabe. Irán es la muestra que la realidad de un pueblo hermoso es capaz de derribar los mitos y prejuicios de medios de comunicación y campañas destinadas a ocultar el verdadero carácter del pueblo iraní. Irán y su organización de radio y televisión es  dar pruebas firmes que la solidaridad y la lucha por dar a conocer aquello que se oculta es posible. Irán es expresión de cultura, de riqueza arquitectónica, de paisajes hermosos, pero, sobre todo, de seres humanos, hombres y mujeres que elevan la condición de ser humano a lo más alto.

Para este periodista que comenzó su viaje a Irán, sin prejuicios,  pero con la incógnita de saber con qué me encontraría  y que aún le quedan varios días de conocimiento, las expectativas han sido satisfechas grandemente y me iré con la esperanza de saber que  no será la última vez que visite la nación persa y pueda, a partir del aprendizaje de algo de su musical idioma, volver a encontrarme con su pueblo y decirnos salaam. Me quedan aún varios días para seguir adentrando en mi corazón a este país, tal como en su momento lo hice con mis hermanos saharauis que viven, ya sea en los territorios ocupados por Marruecos o en los campamentos de refugiados de Tindouf.

Hoy, tengo el privilegio de estar recorriendo un tremendo país, del cual estoy sacando experiencias, ahondando en detalles, mirando cada rincón, cada gesto que me permita sostener que ha sido un viaje inolvidable, maravilloso y enriquecedor. Ya quedara tiempo para seguir detallando algo más de este país milenario, por ahora detengo estas letras pues me espera  un recorrido por el Bazar de Teherán, escuchar el bello sonido del setar y el ney con la voz maravillosa de un cantante persa.

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