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El mito de la comunidad internacional


Domingo 5 de julio 2015 18:53 hrs.


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Señor Director :

La noción de  comunidad internacional se ha convertido en una noción falaz, engañadora, ilusoria.

En efecto, desde hace algún tiempo esta expresión aparece cada vez más frecuentemente en la prensa y, sobre todo,en el vocabulario de los responsables políticos nacionales o internacionales. Al emplear este concepto se nos quiere hacer creer que es el conjunto de la población del planeta que se pronuncia sobre un problema específico que se refiere generalmente a un conflicto grave de un país o de un grupo de países.

En los hechos, sin embargo, quienes esgrimen esta formulación son las grandes potencias, especialmente occidentales, que buscan así dar una legitimidad a sus acciones que son a menudo agresivas o a sus intervenciones diversas en las que están en juego únicamente sus propios intereses.

Asì, en época reciente se ha querido implicar a la comunidad internacional  en la guerra de agresión que los norteamericanos hicieron a Irak en 1992. Poco más tarde , en 2001, la venganza de los mismos norteamericanos por al atentado de las torres gemelas, los llevó a invadir Afganistán, donde están todavía después de catorce años, y en esta venganza los voceros de la potencia agresiva incluyeron desde luego a la famosa comunidad internacional.

Los ingleses por un lado y  los franceses por el otro , que ya no tienen la fuerza de sus viejos imperios desaparecidos, se valen frecuentemente de la legitimidad moral que les daría una comunidad internacional, que  desde luego no han consultado, para dar  unos  manotazos dolorosos a los pueblos  de sus antiguas colonias( recientemente en Malí, Centroáfrica).

En los hechos si alguien pudiera hablar a nombre de la llamada comunidad internacional serían más bien las Naciones Unidas en la que están representados casi todos los países del mundo. Pero, desengañemonos. La maquinaria onusiana es bastante ineficiente y solo logra funcionar cuando los cinco país que tienen derecho a veto se ponen de acuerdo.

La ONU es tan ineficaz que en el 2003, cuando se estaba creando un consenso para rechazar la segunda invasión de Irak por los EE.UU, con la mentira de las armas de destrucción masiva, este país simplemente le dio un portazo a la organización internacional y llevó a cabo la invasión que, como se sabe, ha convertido a Irak y luego a Siria en una ruina y en un infierno para sus habitantes.

Por otro lado , se llega a menudo a  lo más grotesco cuando se utiliza el concepto de comunidad internacional para comprometer en los hechos a todos los países en la reparación de las calamidades que han generados los antiguos imperios coloniales europeos o las brutales intervenciones imperialistas recientes. Y hasta aquí este tipo de maniobra no por ser grosera se revela menos eficaz.

Esta eficacidad es también el fruto, subráyemolos, del mutismo de cancillerías como las nuestras, es decir de muchos países sudmericanos y de Chile en particular, que por debilidad política, desinterés o, simplemente, envilecimiento servil respecto al gran vecino del norte, no osan siquiera publicar un comunicado para expresar una opinión, sobre todo cuando ésta es divergente.

Sin duda que una cosa va con la otra. Tenemos un Estado que mira con desconfianza a nuestro propio pueblo, un Estado pues que trata de compensar su aislamiento interior granjeándose, con su silencio, las simpatías de los amos de la “comunidad internacional”.

José Cañas C.

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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