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Verónica De Negri: “El Ejército sigue ejerciendo el terrorismo con su pacto de silencio”

La madre de Rodrigo Rojas sostuvo que no se puede hablar de una institución valiente cuando mantiene en la impunidad los crímenes que cometieron durante la Dictadura. “No me hablen de valientes soldados (…) Es doloroso porque son tantos los detenidos desaparecidos y que no tenemos nada todavía”.

Raúl Martínez

  Jueves 23 de julio 2015 20:06 hrs. 
Rojas De Negri

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“El objetivo era castigar, aterrorizar al pueblo chileno”, afirma Verónica De Negri cuando recuerda el día en que su hijo Rodrigo Rojas fue quemado por una patrulla militar junto a Carmen Gloria Quintana en un pasaje en la comuna de Estación Central de Santiago.

El 2 de julio de 1986 era el primer día de una doble jornada de protestas convocada por organizaciones opositoras a la dictadura que encabezaba Augusto Pinochet. El llamado a manifestaciones había comenzado temprano en las poblaciones con los típicos cortes de avenidas y calles para alterar el tránsito de los grupos de trabajadores que, por miedo o por oposición, no se sumaban al movimiento.

A juicio de Verónica De Negri, la acción de la patrulla que comandaba un oficial de Ejército de civil, buscaba provocar pánico en la gente para reprimir las protestas.

“Era hacer castigos ejemplificadores para aterrorizar al país y paralizar. Lo que no les funcionó es que por el lado mío y de mi familia y también de Carmen Gloria no hemos mantenido el silencio y hemos seguido denunciando. O sea, ¿qué tiene que hacer un oficial del Ejército que va en funciones del Ejército en ropa de civil? Eso te está hablando abiertamente que él cumplía otro rol”, sostiene Verónica De Negri, en referencia al entonces teniente Julio Castañer, a quien el ex conscripto Fernando Guzmán sindica como el autor material de haber quemado a Rodrigo Rojas y Carmen Gloria.

Verónica De Negri agrega que hay otros uniformados que deben asumir sus responsabilidades en este hecho. Entre ellos acusa a Pedro Fernández Dittus, otro de los tenientes del operativo, quien en 1991 fue condenado a 600 días de pena remitida por no socorrer a los dos jóvenes mientras eran abrazados por las llamas.

Fernández Dittus fue a quien le propuso el teniente Julio Castañer asesinar a los estudiantes, a lo que contestó que no podía hacerlo porque era católico, actitud que a juicio de la madre de Rodrigo Rojas era igual que dejarlos a su suerte.

“Él debió haber hablado. Si fuera valiente, debió haber hablado en ese momento y haber hablado de las responsabilidades de ambos. Pero él decidió mantener el silencio, por lo cual recibió tremendos beneficios. Entre esos, él está recibiendo una pensión por efectos post traumáticos. ¿Y a la Carmen y a mí qué? ¿A mi hijo Pablo? ¿A mi familia entera? ¿A la familia de Carmen?”, se pregunta Verónica De Negri.

Para la madre de Rodrigo Rojas se debe llegar al fondo de este caso para esclarecer todo el entramado en el que estuvieron involucrados efectivos de una brigada denominada “antisubversiva” del Ejército y también de inteligencia, ya que no se trata de conscriptos que van a disparar o a matar gente sin una orden superior.

“Hasta la fecha se nos sigue diciendo que son los conscriptos, estos pobres locos que se mandan por su cuenta y deciden qué es lo que van a hacer. Pero no nos olvidemos que en las fuerzas armadas las órdenes van de arriba hacia abajo y Pinochet era muy orgulloso de eso. Él decía que aquí no pasaba nada si él no decidía, no nos olvidemos de eso. Además, no nos olvidemos que él se vio directamente involucrado después que Rodrigo muere, hace una conferencia de prensa”, por lo que afirma que hay otras responsabilidades como las del general en retiro Santiago Sinclair que también se deben determinar en este caso.

Para Verónica De Negri, el Ejército debe dar la cara y asumir lo que durante largos años ha eludido, como por ejemplo en la Mesa de Diálogo establecida durante el Gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle y en decenas de investigaciones judiciales de casos de violaciones a los derechos humanos cometidas por efectivos de sus filas, que es decir dónde están los detenidos desaparecidos y quiénes ejecutaron esos crímenes.

“Ellos han ejercido el terror y lo siguen ejerciendo con ese pacto de silencio. En realidad es irrisorio, es irrisorio y doloroso, porque son tantos los detenidos desaparecidos que no tenemos nada todavía de ellos, son tantos los ejecutados que también en muchos casos no han sido fallados, son tantos los casos de torturados, torturados que declararon y no declararon (ante la Comisión Valech). Yo sé que están habiendo algunas aperturas, pero realmente es una indignación, porque el pueblo de Chile les sigue pagando su sueldo”, puntualiza Verónica De Negri, para quien ahora se abre una verdadera posibilidad de justicia en el caso de Rodrigo y Carmen Gloria, después de 29 años de ocurrido el hecho.

 

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