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Año XVI, 29 de marzo de 2024


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Rector Montes: “El Consejo de Rectores es unas de las partes del problema que existe en el país”

En entrevista con Radio Universidad de Chile, el rector de la Universidad Alberto Hurtado, Fernando Montes, cuestionó la idea de que solo las instituciones fuera del Cruch tengan que cumplir ciertos requisitos. “Qué mente medianamente democrática acepta esas medidas.”, preguntó.

Rodrigo Rojas

  Sábado 8 de agosto 2015 9:36 hrs. 
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En caso de que la Universidad Alberto Hurtado, casa de estudio que dirige el rector Fernando Montes, acceda a la gratuidad el próximo año, 35 por ciento de sus alumnos estudiarían sin tener que desembolsar recursos. Así lo especificó un estudio de Educación 2020, que la ubicó dentro de las cuatro instituciones fuera del Cruch, que podrían optar a la gratuidad a partir del 2016, con mayor porcentaje de alumnos vulnerables.

En conversación con Radio Universidad de Chile, Montes se refirió al proyecto de gratuidad, cuestionó la rigidez del Consejo de Rectores y apoyó la crítica al proyecto de educación superior planteada por el rector de la Universidad Diego Portales y columnista de El Mercurio, Carlos Peña.

“Me llama la atención que crucen el criterio del percentil del lugar económico del muchacho con el Consejo de Rectores. Ahí meten una segunda valla que va orientada a las instituciones. (…) Se confunden dos objetivos que son importantes”, sostuvo Montes.

Con los tres requisitos que esbozo el Ministerio de Educación ¿su universidad podrá optar a la gratuidad el próximo año?

Nosotros no tenemos ninguna invitación oficial ni se nos ha comunicado oficialmente ninguna decisión. Personalmente, creo que la universidad Alberto Hurtado cumple con los requisitos.

Primero, porque es una universidad sin fin de lucro, no tenemos sociedades relacionadas y somos muy transparentes. Desde el ángulo de la acreditación, la cumplimos con creces porque tenemos más de cuatro años. El tercer requisito está dicho de manera muy general. En el consejo académico, que es el más importante y que ayuda a la dirección de la universidad, hay representantes con voz y votos de los alumnos.

¿Tiene dudas de cómo se implementaría esta iniciativa?

Lo que yo pregunto, en general, es que nos precisen exactamente cada una de las peticiones. La letra chica es la que finalmente a uno le aclara si está en condiciones o no. Por ejemplo, yo necesito la letra chica para saber cómo se va a medir el arancel de referencia. Porque éste dice que se va a financiar la institución pero he pedido una y otra vez que me expliquen porque nosotros no recibimos aportes directos del Ministerio, como reciben todas las universidades del Consejo de Rectores. El Cruch recibe los aranceles, más aporte directo y en algunos casos son muchos millones de dólares extra. Si nosotros no recibimos nada y nos ponen un arancel que no cubre nuestros gastos sería pegarnos una puñalada por la espalda. Yo supongo que van hacer prudentes, ellos tendrán que calcular cuáles son los costos reales para responder a eso.

Como lo ha manifestado el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, ¿Le parece que el proyecto de educación superior está mal fundamentado?

No sé si diría tanto. Hay distintos objetivos que uno persigue con los proyectos. Este proyecto de manera muy especial quiere contribuir a que haya más equidad en el sistema de modo que un muchacho que tiene escasos recursos pero tiene las cualidades para estudiar en una buena institución no haya tal inequidad que quede fuera del sistema. Entonces tiene una finalidad eminentemente de evitar las discriminaciones y las exclusiones.

Me llama la atención que crucen el criterio del percentil del lugar económico del muchacho con el Consejo de Rectores. Ahí meten una segunda valla que va orientada a las instituciones. En ese sentido tiene razón el rector Peña porque se confunden dos objetivos que son importantes. Es distinto si yo quiero mejorar la calidad de la educación que se va a distribuir a los jóvenes.

Para usted, ¿se debe modificar, en el Congreso, el plan de inicio del proyecto de gratuidad para el 2016?

Hay muchas cosas que tienen que clarificarse. En primer lugar es una lástima que se empiece a hablar de universidades privadas y universidades del Consejo de Rectores, en circunstancias que en el Cruch hay universidades también privadas.

Lo que les pido al Congreso es que si queremos jugar limpio haya una Superintendencia donde existan reglas claras para todos. De modo que haya controles para todos, reglas que sean iguales para todos. Yo no puedo aceptar en una democracia que me digan: las universidades del Cruch pueden tener tres años de acreditación y las otras tienen que tener cuatro.  Qué mente medianamente democrática acepta esas medidas.

Las universidades privadas que optarían a recibir gratuidad a partir del próximo año, ¿cumplen con un rol público?

Cuidado con que nosotros quedemos prisioneros del siglo XIX. La imagen en Estados Unidos, por ejemplo, no es la misma. Las mejores universidades del mundo no son estatales. Harvard no lo es. Por eso que yo exijo normas claras y universales. En eso, que seamos modernos para pensar. Yo defiendo a las universidades estatales. Creo que es necesario que haya un sistema de calidad y que el Estado verdaderamente las financie, pero al mismo tiempo con normas muy claras.

Hoy existen confusiones. Usted puede definir lo público por quien es el dueño. A mí me parece más moderno y actual definirlo por quien ayuda o sirve.

¿Faltó un mayor trabajo prelegislativo con los rectores de las instituciones privadas en torno a este proyecto de ley?

Eso es lo que yo he sentido. Creo que el Consejo de Rectores es unas de las partes del problema que existe en el país. Fue creado en 1954 cuando habían seis universidades en el país. Dos meses después se creó una séptima, la Austral y después, la Universidad del Norte.

Desde los 1954 hasta 1980 había ocho universidades en Chile y se sentaban todas a ver los problemas del país. El Gobierno Militar cerró el Consejo de Rectores, sin embargo es el momento para volver a pensar y responder a una nueva situación universitaria que hay en Chile.

No es correcto que no podamos sentarnos todos a ver los problemas para que haya reglas comunes y controles para todos. No para defender cada uno sus pequeños intereses, sino para mirar el país. Hoy desgraciadamente el Cruch y los privados discuten de cuánto es el arancel, cuánto es la gratuidad y no nos hemos sentado a pensar en la educación y en el sistema educacional chileno. Eso me parece gravísimo. Mientras no se revise el Consejo de Rectores para que podamos sentarnos el rector Peña con el Rector Vivaldi y con el rector Vega y humildemente conmigo, creo que es muy difícil que tengamos una visión de conjunto.

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