BancoEstado: “El bono de término de conflicto precariza la negociación colectiva”

El bono que beneficiará a nueve mil 300 trabajadores de la entidad estatal, además de implicar la renuncia de su presidente, ha generado diversas reacciones, como que la discusión debe centrarse en la negociación colectiva y que el bono termina haciendo banal la acción de los sindicatos.

El bono que beneficiará a nueve mil 300 trabajadores de la entidad estatal, además de implicar la renuncia de su presidente, ha generado diversas reacciones, como que la discusión debe centrarse en la negociación colectiva y que el bono termina haciendo banal la acción de los sindicatos.

La renuncia del presidente de BancoEstado, Guillermo Larraín, sigue generando sorpresa entre los trabajadores y dirigentes sindicales.

Esto, luego que se conociera que los nueve mil 300 trabajadores sindicalizados de la entidad estatal recibieron cada uno un bono de seis millones trescientos mil pesos como parte del término de la negociación colectiva.

A través de una declaración pública, el sindicato de trabajadores de BancoEstado rechaza las críticas, destacando el exitoso proceso de negociación como consecuencia de una labor seria y responsable. “Estos logros son absolutamente coherentes con los excelentes resultados obtenidos por nuestra empresa, durante el ejercicio del año 2014 y primer semestre de 2015”.

Además, advierten con preocupación sobre “el tono intimidatorio de la ‘bajada’ que realizan algunos ejecutivos del banco, a sus distintos estamentos, sobre el proceso de negociación colectiva”, destacando de paso la trascendencia de representar un sindicato único.

El tema de la negociación colectiva es precisamente el punto en el que debiera centrarse la discusión, tal como lo plantea Luis Mesina, presidente de la Confederación de Sindicatos de Trabajadores Bancarios.

Es decir, apuntar a la negociación colectiva que los trabajadores legítimamente llevaron a cabo hace un par de semanas, cuando votaron la huelga el 26 de agosto, y que culminó con la entrega de dicho bono, aspecto que desarrolló en conversación con el programa Semáforo.

“Lo que nos parece grave es que se intente utilizar el bono que legítimamente recibieron los trabajadores del Banco Estado con la renuncia del presidente del Banco, Guillermo Larraín. Efectivamente lo que existe es una presión de parte de las autoridades, que se han visto también presionadas por la oposición, en tanto que se les atribuye que el Estado no estaría siendo lo suficientemente austeros en el manejo de los recursos públicos”

Asimismo, reconoce que llama la atención que exista tanto alboroto por el bono que obtuvieron los trabajadores, en circunstancias que los altos ejecutivos del sistema financiero, incluidos los propios ejecutivos del BancoEstado, tienen remuneraciones que exceden con creces lo que en promedio ganan los trabajadores.

De hecho, aclara que la bonificación en cuestión no es distinta a muchas de las bonificaciones que pagan los grandes bancos en este país, como el Banco de Chile y el Banco Santander.

Desde el Gobierno, en tanto, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, antecesor de Larraín a la cabeza de BancoEstado, reveló que la renuncia fue acordada previamente, basándose en lo sucedido a propósito de la negociación colectiva.

“Básicamente tuvimos una conversación de que ese pago fue más allá del marco presupuestario que habíamos acordado”, a propósito de los anuncios del Gobierno de aplicar una política restrictiva, así como priorizar otras áreas, como educación y salud, considerando que el bono supone un costo de 58 mil millones de pesos.

Por su parte, la ministra del Trabajo, Ximena Rincón, desestimó que la situación de BancoEstado se relacione con las críticas al proyecto de Reforma Laboral que se tramita en el Senado.

“No mezclemos peras con manzanas. Esta situación no se ha dado en un contexto de una reforma aprobada, sino en una reforma que está en discusión”, agregando que “los bonos millonarios los instaló el gobierno anterior, también en BancoEstado. Creo que más bien es eso lo que debiéramos discutir”.

Sin embargo, hay quienes piensan que la discusión debiera darse en otro plano. “No veo con qué base podría sostenerse que sus trabajadores deben comportarse como si fueran funcionarios públicos, que no lo son, de hecho”, explica el abogado José Luis Ugarte, académico de derecho laboral de la UDP, para quien existe una crítica incoherente, pues al BancoEstado se le ha sometido a las reglas del ámbito privado, por lo que opera como un banco más dentro del sistema.

Se trata de personas que laboralmente se rigen por el Código del Trabajo, como cualquier otro trabajador privado, donde sus vinculaciones son a través de contratos de trabajo.

A lo anterior, agrega otro elemento. “El bono de término de conflicto es una mala idea para el mundo de los trabajadores, porque precariza y hace casi banal la negociación colectiva, donde las empresas reemplazan las ideas de mejores condiciones de trabajo y acción sindical en busca de beneficios permanentes por dinero en efectivo”.

“El bono de término de conflicto, que se inventó en la minería del norte, ha sido un elemento disociador de la acción sindical. Aparentemente pareciera que es un éxito, pero si se mira con cuidado, el bono ha sido un factor que ha debilitado la acción sindical más que potenciarla, porque las negociaciones colectivas terminan siendo el monto del bono, olvidando que el objetivo es mejorar las condiciones permanentes de trabajo”, critica.

Según el académico, la negociación colectiva supone una acción más abierta, compleja y sistemática de los trabajadores. Pero en Chile, gracias en buena parte al bono, todo termina siendo dinero, lo que empobrece la negociación, por lo que pasan a segundo plano las condiciones de seguridad, de higiene, las jornadas, los descansos, las condiciones de despido y la subcontratación. “Todo es dinero. El bono y los reajustes”, lamenta el abogado.

Asimismo, concluye con lo que considera otro efecto perverso que representa la figura del bono. “Termina siendo la moneda de cambio de la duración del contrato. El bono es más bajo si es a dos años, más alto si es a tres y mucho más alto si es a cuatro años de duración”.





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