El próximo 15 de noviembre se realizará en la facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) el debate entre el candidato oficialista Daniel Scioli y el líder de la Propuesta Republicana (PRO), Mauricio Macri, donde ambos intentarán conquistar el 22 por ciento de los votos que obtuvo Sergio Massa.
Sin embargo, en los días previos al encuentro y considerando que en las elecciones del pasado 25 de octubre la diferencia fue tan sólo de dos puntos, las declaraciones han tomado un tono bastante agresivo, dejando atrás las propuestas de dos distintos proyectos de país, tal como indicó el periodista argentino, Rafael Araya.
“Se acusa al gobierno de instalar una campaña del miedo con Mauricio Macri, diciendo que su elección eventual sería una vuelta a los 90, al libre mercado más salvaje y al neoliberalismo más firme, y por otro lado, la campaña de Macri está orientada obviamente a desprestigiar los actos de gobierno y decir que acá no se ha hecho nada. Entonces, lejos de un discusión política de una real altura, lo que se está dando es un sinfín de golpes bajos que no auguran un elevamiento del nivel de discusión”, afirmó.
Uno de los principales temas que muestran esos “dos proyectos nacionales” es la economía. Mientras los economistas de Macri llaman a fomentar y abrir la importación, la estrategia de Scioli pone el acento en un programa desarrollista, a través de facilitar créditos del Estado o el ablandamiento impositivo a determinados sectores, para que se pueda seguir potenciando el área industrial productiva.
A esto se suma la intención de convertirse en un heredero del legado kirchnerista en materia social, pero abordando también el debate sobre la inclusión y de una nueva forma de repartir la riqueza, para captar el voto peronista. Sobre esto se refirió Paz Miltet, analista del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile (IEI).
“Desde el mundo oficialista el asunto fundamental ha sido rescatar que, de alguna manera, la permanencia del legado kirchnerista depende de la elección de Daniel Scioli, especialmente si se entiende que hay un componente bastante importante de ciudadanos de Argentina que dependen directa o indirectamente del Estado”, afirmó.
La especialista añadió que a eso se suma la idea de “un cambio con continuidad”, un discurso complejo que ha dejado ver ciertas contradicciones en el sector y que ha generado pocos niveles de entendimiento por parte de la población.
Así, para lograr la victoria el ex Vicepresidente de la República debe conseguir seducir, tanto a la izquierda como a los indecisos que se ubican más bien en el centro, mientras se puede apreciar también un alza del apoyo al alcalde bonaerense.
Para el analista Fernando Estenssoro, académico del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago, de aquí al 22 de noviembre todo puede ocurrir, más aun considerando las señales que han estado dando los ciudadanos argentinos.
“A lo que estaría apostando el votante argentino es terminar con el clima de una política que ha sido muy conflictiva y confrontacional, lo que ha marcado un sello de los últimos años. Por el apoyo que tuvo Macri pareciera que los votantes estarían buscando volver a un clima de una mayo concertación entre los distintos grupos políticos, tanto al interior del propio peronismo, como con la oposición”, afirmó.
En ese sentido, los analistas afirmaron que la contienda debiera centrar el debate en nuevas ideas como alguna propuesta en el área impositiva, por ejemplo, o en materia de modernización del Estado para hacer frente a la burocracia. Además, afirman, poco se ha dicho de asuntos como las relaciones internacionales y la agenda para los próximos años en materia de integración regional, donde Macri ha expresado reparos a las políticas latinoamericanistas del kirchnerismo.