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Diputados critican al Senado por entrampamiento de la Reforma Laboral

La tramitación del proyecto en el Senado se está tornando cada vez más compleja. A las controversias por las indicaciones de la bancada pro-pyme, ahora se suma la posibilidad que las modificaciones del Ejecutivo sean ingresadas a mediados de diciembre, pese a estar comprometida con anterioridad.

Héctor Areyuna y Gonzalo Castillo

  Miércoles 11 de noviembre 2015 21:20 hrs. 
LABORAL

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Los pilares de la Reforma Laboral están en peligro según los sindicalistas del oficialismo, que apuntan a un sector de la DC como responsables de una nueva morigeración de la iniciativa. A esto se suma que la iniciativa está retrasada y no da señales de que acuerdos puedan facilitar una tramitación expedita.

Ignacio y Patricio Walker, Manuel Antonio Matta, Andrés Zaldívar y Jorge Pizarro son apuntados como responsables del retroceso de los avances de la Reforma Laboral.

Más allá de la transversalidad de la llamada bancada pro-pyme, organizaciones sindicales apuntan a los senadores de la DC como los responsables de esta nueva controversia, lo que se suma a la decisión que estaría tomando el Ejecutivo de enviar un paquete de indicaciones al proyecto a mediados de diciembre, lo que retrasaría los plazos originales para la promulgación de esta reforma.

Las desavenencias pasan por los ejes del proyecto, como la titularidad sindical, que se estaría relativizando, al igual que el fin al reemplazo en huelga y el quórum para formar sindicatos, que se buscaría subir de 8 a 25 trabajadores.

Desde la Cámara de Diputados fustigaron al Senado por las dificultades que se han verificado en dicha corporación en el camino legislativo de la Agenda Laboral, considerando, como lo plantea el diputado del Partido Comunista Hugo Gutiérrez, que la iniciativa que salió de la Cámara “es lo mínimo a lo que se podía aspirar para nivelar la cancha.

“Lamentablemente, el Senado pareciera tener una visión distinta sobre lo que la Cámara de Diputados discutió, y ellos, aparentemente, sucumbiendo al encanto del poder empresarial, estarían disponibles a hacerles ciertas modificaciones que van a terminar vulnerando los de los sindicatos”.

El diputado comunista llamó “a cautelar el efectivo a huelga y la titularidad sindical”, ya que en caso contrario, “vamos a seguir como estábamos antes”.

El diputado de la Izquierda Autónoma, Gabriel Boric, sostuvo que le sorprende “que el Gobierno esté, permanentemente expuesto a las presiones retardatarias de la Democracia Cristiana”, quienes abogan por morigerar una reforma que, desde el punto de vista del ex presidente de la FECh, “ya es bastante moderada”, cuestión que daría cuenta de “la incoherencia que existe dentro de la Nueva Mayoría” y que el Gobierno “está entrampado en sus propias contradicciones”.

“Claramente hay sectores de la Democracia Cristiana que les complica esto. Hay que ver cuáles son los intereses que hay detrás, pero hay muchos que están cómodos con el actual sistema, en el que los sindicatos y los trabajadores no tienen mayor injerencia en las decisiones de la empresa, y eso ha quedado demostrado en la tramitación de la reforma. No sólo en la DC sino también en la derecha”.

El conflicto interno se ve incluso desde afuera. El presidente de la Confederación Bancaria, Luis Mesina, aseguró que estas modificaciones que supuestamente benefician a la pequeña empresa, dejarían a un millón y medio de trabajadores sin capacidad de negociación, consolidan el plan laboral de la dictadura, y tienen evidentes responsables.

“Los mismos que fundamentaron antes del golpe militar el apoyo con la derecha para acabar con el régimen constitucional democrático son los mismos que hoy día se empiezan a aliar con el objeto de defender los intereses de los grandes grupos económicos. Es la DC como partido la que impulsa las contramedidas que no  hacen más que legitimar el modelo económico, prolongar un modelo que ha sido tremendamente injusto y prolongar la agonía del pueblo”.

Los sindicalistas vinculados a la Nueva Mayoría también están molestos. La mesa de la CUT busca en el Senado revertir la situación y los distintos frentes de trabajadores de los partidos del oficialismo pidieron no quebrantar el espíritu de la reforma. Arlette Gay del PS, y presidenta del sindicato LAN, se refirió a esta situación.

“Hay una serie de rumores que nos preocupan. En lo que hay escrito, efectivamente, están las indicaciones de la bancada pro-pyme que esencialmente lo que hacen es elevar el quórum para la constitución de los sindicatos, pero las señales que hemos recibido en las dos últimas semanas, apuntan también a otro de los pilares del proyecto, por ejemplo quitar la obligación de negociar con los sindicatos interempresa, empezar a relativizar el tema del reemplazo en huelga, tratando de cambiar la facultades exclusivas de administración de los empresarios”.

La dirigenta terminó por concluir que la reforma perderá su sentido con estas modificaciones: “Lo que nosotros vemos como trabajadores de la Nueva Mayoría es que esta reforma no va a servir para nada. Si se desvirtúan los pilares básicos, que para nosotros es lo mínimo a lo que podemos aspirar, porque este es un proyecto acotado, moderado, no es una gran revolución, estamos poniéndonos a tono con cualquier democracia moderna un poquito avanzada; realmente la reforma laboral no sirve de nada”.

El Gobierno presentaría sus indicaciones el próximo martes, lo que retrata el importante atraso en la iniciativa, y según varios sectores, los desencuentros en la interna del oficialismo son la razón de la demora.

En los pasillos del Senado se cree que la iniciativa terminará de tramitarse en diciembre, sin embargo existe la preocupación de que la falta de acuerdos postergue la iniciativa, incluso para el próximo año.

 

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