Después de una semana de tensiones y críticas, tanto internas como externas, el ejercicio Huracán se desarrolla desde el domingo en la Región de Tarapacá, cerca del límite de Chile con Bolivia, tal como estaba acordado con anterioridad.
El operativo ha despertado la desconfianza de los países vecinos. De hecho, el Presidente Evo Morales advirtió que la práctica castrense busca “intimidar a Bolivia y a Perú”.
Por su lado, el Gobierno señaló que “no es ningún hecho inédito” y que el ejercicio corresponde a una práctica habitual que se desarrolla cada dos años. En esa línea el canciller Heraldo Muñoz afirmó que “Chile no necesita intimidar a nadie”.
Este argumento fue respaldado de forma cerrada en el Parlamento tanto por las comisiones de Defensa como de Relaciones Exteriores. El senador y presidente de la Democracia Cristiana, Jorge Pizarro, sostuvo que en esto “hay que tener una sola opinión” y es que los ejercicios están programados hace tiempo y avisados a Unasur.
Además, indicó que “no hay que confundir los temas y hay que tratar las materias internacionales con más seriedad, de forma en la que se habla desde la ignorancia, o se habla mal no más”.
La voz disidente la puso el senador del Movimiento Amplio Social (MAS), Alejandro Navarro, lo que le valió una fuerte réplica del titular del Interior, Jorge Burgos, quien dijo que el parlamentario “parece estar más cerca de las opiniones del gobierno boliviano que del gobierno del que es parte”, para luego cerrar con un categórico: “Basta ya”.
Sin embargo, el senador mantuvo su postura e insistió en la necesidad de postergar una medida que tildó de “confrontacional” de parte de Chile.
“La Cancillería debe evaluar el aplazar el Ejercicio Huracán 2015, no como una señal de debilidad, sino como una extraordinaria acción diplomática. Eso fue exactamente lo que yo dije, porque hoy mismo, leyendo las portadas de la prensa internacional, queda claro que lo que se está diciendo es que, ante los conflictos Chile realiza ejercicios militarizares. Chile no está dando una respuesta de diálogo”, dijo.
Para el analista internacional Raúl Sohr, la decisión de continuar con los ejercicios militares y el respaldo que éstos tendrán con la visita de la Presidenta, inevitablemente tiene un contenido político agresivo hacia los vecinos.
En ese sentido, se sumó a las críticas al manejo de las relaciones internacionales por parte de la Cancillería: “Es evidente que Chile está bailando de acuerdo a la música que imponen nuestros vecinos, son ellos los que están pauteando. Que el Papa Francisco, la canciller Ángela Merkel de Alemania y el presidente francés, Fracois Hollande, hayan hablado de diálogo, en la práctica, es una derrota”.
Para Sohr uno de los problemas que tenemos es que se ha instituido una doctrina en la cual las relaciones internacionales son potestad de la Presidenta y que se debe tener una “política de Estado”.
Esto, dijo, ha impedido el debate y obligado al mundo político a subordinarse a lo que se entiende como “el interés nacional”, lo que ha debilitado profundamente la postura de Chile, al dejar de lado el intercambio y las posibilidades de incorporar nuevas perspectivas.
Después de una semana de tensiones y críticas, tanto internas como externas, el ejercicio Huracán se desarrolla desde el domingo en la Región de Tarapacá, cerca del límite de Chile con Bolivia, tal como estaba acordado con anterioridad.
El operativo ha despertado la desconfianza de los países vecinos. De hecho, el Presidente Evo Morales advirtió que la práctica castrense busca “intimidar a Bolivia y a Perú”.
Por su lado, el Gobierno señaló que “no es ningún hecho inédito” y que el ejercicio corresponde a una práctica habitual que se desarrolla cada dos años. En esa línea el canciller Heraldo Muñoz afirmó que “Chile no necesita intimidar a nadie”.
Este argumento fue respaldado de forma cerrada en el Parlamento tanto por las comisiones de Defensa como de Relaciones Exteriores. El senador y presidente de la Democracia Cristiana, Jorge Pizarro, sostuvo que en esto “hay que tener una sola opinión” y es que los ejercicios están programados hace tiempo y avisados a Unasur.
Además, indicó que “no hay que confundir los temas y hay que tratar las materias internacionales con más seriedad, de forma en la que se habla desde la ignorancia, o se habla mal no más”.
La voz disidente la puso el senador del Movimiento Amplio Social (MAS), Alejandro Navarro, lo que le valió una fuerte réplica del titular del Interior, Jorge Burgos, quien dijo que el parlamentario “parece estar más cerca de las opiniones del gobierno boliviano que del gobierno del que es parte”, para luego cerrar con un categórico: “Basta ya”.
Sin embargo, el senador mantuvo su postura e insistió en la necesidad de postergar una medida que tildó de “confrontacional” de parte de Chile.
“La Cancillería debe evaluar el aplazar el Ejercicio Huracán 2015, no como una señal de debilidad, sino como una extraordinaria acción diplomática. Eso fue exactamente lo que yo dije, porque hoy mismo, leyendo las portadas de la prensa internacional, queda claro que lo que se está diciendo es que, ante los conflictos Chile realiza ejercicios militarizares. Chile no está dando una respuesta de diálogo”, dijo.
Para el analista internacional Raúl Sohr, la decisión de continuar con los ejercicios militares y el respaldo que éstos tendrán con la visita de la Presidenta, inevitablemente tiene un contenido político agresivo hacia los vecinos.
En ese sentido, se sumó a las críticas al manejo de las relaciones internacionales por parte de la Cancillería: “Es evidente que Chile está bailando de acuerdo a la música que imponen nuestros vecinos, son ellos los que están pauteando. Que el Papa Francisco, la canciller Ángela Merkel de Alemania y el presidente francés, Fracois Hollande, hayan hablado de diálogo, en la práctica, es una derrota”.
Para Sohr uno de los problemas que tenemos es que se ha instituido una doctrina en la cual las relaciones internacionales son potestad de la Presidenta y que se debe tener una “política de Estado”.
Esto, dijo, ha impedido el debate y obligado al mundo político a subordinarse a lo que se entiende como “el interés nacional”, lo que ha debilitado profundamente la postura de Chile, al dejar de lado el intercambio y las posibilidades de incorporar nuevas perspectivas.
Después de una semana de tensiones y críticas, tanto internas como externas, el ejercicio Huracán se desarrolla desde el domingo en la Región de Tarapacá, cerca del límite de Chile con Bolivia, tal como estaba acordado con anterioridad.
El operativo ha despertado la desconfianza de los países vecinos. De hecho, el Presidente Evo Morales advirtió que la práctica castrense busca “intimidar a Bolivia y a Perú”.
Por su lado, el Gobierno señaló que “no es ningún hecho inédito” y que el ejercicio corresponde a una práctica habitual que se desarrolla cada dos años. En esa línea el canciller Heraldo Muñoz afirmó que “Chile no necesita intimidar a nadie”.
Este argumento fue respaldado de forma cerrada en el Parlamento tanto por las comisiones de Defensa como de Relaciones Exteriores. El senador y presidente de la Democracia Cristiana, Jorge Pizarro, sostuvo que en esto “hay que tener una sola opinión” y es que los ejercicios están programados hace tiempo y avisados a Unasur.
Además, indicó que “no hay que confundir los temas y hay que tratar las materias internacionales con más seriedad, de forma en la que se habla desde la ignorancia, o se habla mal no más”.
La voz disidente la puso el senador del Movimiento Amplio Social (MAS), Alejandro Navarro, lo que le valió una fuerte réplica del titular del Interior, Jorge Burgos, quien dijo que el parlamentario “parece estar más cerca de las opiniones del gobierno boliviano que del gobierno del que es parte”, para luego cerrar con un categórico: “Basta ya”.
Sin embargo, el senador mantuvo su postura e insistió en la necesidad de postergar una medida que tildó de “confrontacional” de parte de Chile.
“La Cancillería debe evaluar el aplazar el Ejercicio Huracán 2015, no como una señal de debilidad, sino como una extraordinaria acción diplomática. Eso fue exactamente lo que yo dije, porque hoy mismo, leyendo las portadas de la prensa internacional, queda claro que lo que se está diciendo es que, ante los conflictos Chile realiza ejercicios militarizares. Chile no está dando una respuesta de diálogo”, dijo.
Para el analista internacional Raúl Sohr, la decisión de continuar con los ejercicios militares y el respaldo que éstos tendrán con la visita de la Presidenta, inevitablemente tiene un contenido político agresivo hacia los vecinos.
En ese sentido, se sumó a las críticas al manejo de las relaciones internacionales por parte de la Cancillería: “Es evidente que Chile está bailando de acuerdo a la música que imponen nuestros vecinos, son ellos los que están pauteando. Que el Papa Francisco, la canciller Ángela Merkel de Alemania y el presidente francés, Fracois Hollande, hayan hablado de diálogo, en la práctica, es una derrota”.
Para Sohr uno de los problemas que tenemos es que se ha instituido una doctrina en la cual las relaciones internacionales son potestad de la Presidenta y que se debe tener una “política de Estado”.
Esto, dijo, ha impedido el debate y obligado al mundo político a subordinarse a lo que se entiende como “el interés nacional”, lo que ha debilitado profundamente la postura de Chile, al dejar de lado el intercambio y las posibilidades de incorporar nuevas perspectivas.
