El torneo se prolongó por cinco meses y convocó a más de 900 participantes de colegios católicos y no confesionales, tuvo 20 fechas de competencia en cinco categorías (pre-mini, mini, infantil, cadete y juvenil) de damas y varones. Los finalistas en la categoría clubes son: “Balonmano 7”, “7 metros” y “Club de Balonmano Santa Irene”, todos ellos de La Florida; “De Cuneta”, de Ñuñoa; “Deumayén”, de Peñaflor; y el “Grupo Feuchtmann”, de Santiago.
Por parte de los colegios, los finalistas son: Instituto Hebreo, de Las Condes; Padre Esteban Gumucio Vives, de La Granja; Corina Urbina, de San Felipe; Santo Cura de Ars, de San Miguel, el Liceo José Domingo Cañas, de Quilicura; San Rafael, de Lo Barnechea; Estado de Florida, de Pudahuel; Genoveva Moll Briones, de Puente Alto; Hispano Americano, de Santiago; Liahona Cordillera, de La Florida y Liahona Gran Avenida, de El Bosque; Nuestra Señora de Guadalupe, de La Granja; Rosario Concha, de La Florida; San Juan Diego, de Recoleta y la Escuela Nuestra Señora del Carmen, de Quilicura.
Tercera versión
El torneo de handball de la Vicaría para la Educación se inició el año 2013 con el fin de dar acceso igualitario al deporte a los estudiantes de colegios de todos los sectores, bajo la creencia de que este tipo de actividades complementan el proceso de educación formal y posibilitan una mejor integración a la sociedad, ya que los estudiantes pueden aprender y poner en práctica aquí las habilidades sociales y los valores morales que necesitan, para poder responder adecuadamente a los desafíos que la sociedad presenta.
“Nuestro interés como Vicaría es promover las redes de quiénes están interesados en una educación integral. Y la educación no es integral sin deporte. Es por eso que estamos promoviendo esta actividad ¿Y por qué handball? Porque sin ser el deporte más popular del país, como sería el fútbol, hay deportes alternativos como éste que son fantásticos y permiten la integración de comunidades de distintas zonas de la ciudad, de gente que no se encontraría sino fuera por esta instancia. Con esto claramente estamos recreando lo que quería Jesús, ya que se genera un escenario de eclesialidad en el sentido amplio de la palabra, haciendo confluir a gente de distintos lugares y realidades”, comenta el Vicario de la Educación del Arzobispado de Santiago, Pbro. Tomás Scherz.