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Años sin (con) Luca

Cada año se vuelve a escribir un artículo que revisa la cantidad de años sin Luca Prodan, que nos vuelve a poner a la figura del cantante en primer plano, en una ausencia que nos sigue haciendo creer a algunos que él estaba "al derecho, dado vuelta estás vos".

Vicente Clua

  Miércoles 23 de diciembre 2015 11:55 hrs. 
Luca

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El 20 de diciembre de 1987, Sumo tocó en el estadio del Club Atlético Los Andes junto a Los Violadores. No asistió mucha gente, eran cerca de 500 personas. Quienes los pudieron ver sobre el escenario, evocan a un Luca Prodan flaco y pálido; y también recuerdan que poco antes de interpretar una energética versión de “Fuck you”, el vocalista dijo “ahí va la última”.

Premonitorio o no, el 22 de diciembre Prodan fue encontrado muerto en su casa de calle Alsina 451, en el barrio de Monserrat. El informe de autopsia señaló que había sufrido un paro cardíaco debido a una grave hemorragia interna, producto de una cirrosis hepática fulminante. Con su muerte se cerraba un ciclo clave dentro de la música argentina, posguerra de las Malvinas, donde Sumo jugó un rol clave, desde su particularidad, carisma y diferencia.

De ahí en adelante -y hacia atrás también- hay mucho de mito y bastante de verdad. Quizás también desde ese 22 de diciembre a la fecha, se ha escrito y valorado mucho más que en vida a este para muchos tipo excéntrico, italiano que hablaba con un acento medio raro, que mezclaba en sus canciones el inglés y el castellano y que a través de sus letras, su música y sus presentaciones sobre el escenario, marcaba la diferencia con su gran visceralidad.

Visceralidad que muchas veces se plasmaba también desde esa rara calma que evidenciaba y desde un decir que no tenía remilgos, que ponía luces sobre sus pensamientos para la vida: “Yo no tengo cosas como objetivos o metas para el futuro. Fijáte que hay mucha gente que vive en el pasado, porque tuvo cosas muy buenas. Pero yo no quiero. Si quisiera, podría volver al pasado. Estar con mi familia en Italia, comer a la una y a las ocho de la noche, no tener problemas, ir en yate en el verano y a las montañas en invierno. Pero no lo quiero. Y el futuro no me importa. Sólo me importan las cosas afectivas”.

Cada año se vuelve a escribir un artículo que revisa la cantidad de años sin su presencia, que nos vuelve a poner a la figura del cantante en primer plano, en una ausencia que sigue nutriendo y que nos sigue haciendo creer a algunos que Luca estaba “al derecho, dado vuelta estás vos”.

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