Este jueves se aprobó una ordenanza municipal que permitirá, desde el 1 de marzo, preservar y proteger los humedales urbanos de Valdivia.
La iniciativa surgió desde la propia ciudadanía, la que hace un año inició un proceso de organización con este propósito. Luego de un periodo de intenso trabajo consiguieron que el proyecto avanzara, lo que facilitó las cosas para que fueran ellos mismos quiénes participaran de la redacción del instrumento.
El tema de los humedales urbanos en la Región de los Ríos ha sido de suma importancia, después de que en 2004 ocurriera el emblemático desastre ecológico del Río Cruces, específicamente en el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter. En esa oportunidad la empresa Celulosa Arauco vertió líquidos contaminantes sobre las aguas de la reserva, generando un inmenso impacto en el ecosistema de la zona.
Monserrat Lara, bióloga e integrante de la Organización Salvemos los Humedales Urbanos, explicó que el proyecto encontró en sus orígenes una serie de barreras.
“En un principio y como algo histórico ha existido bastante oposición de parte de la municipalidad (…) ellos siempre fueron de la postura de que al no haber una legislación nacional de mayor importancia que protegiera los humedales, básicamente no eran la instancia que tenía que hacerse cargo de este problema”.
La institucionalización de la mesa comunal de Humedales, la responsabilidad que se les da a los Comités Ecológicos y la facultad de fiscalización sobre las obras que se desarrollen en las zonas aledañas a humedales, son los puntos claves de la regulación.
La iniciativa contempla las sanciones más altas estipuladas para ese tipo de normas, estableciendo multas de hasta por 5 Unidades Tributarias Mensuales. Además, integra la posibilidad de que el propio Estado pueda hacerse parte en una eventual causa penal.
El concejal de Valdivia Rodrigo Cósimo apuntó que “lo significativo y estratégico es que estamos por primera vez vinculando nuestra normativa local con nuestro medio ambiente”.
Además, el miembro del concejo valoró la instancia como una oportunidad para seguir avanzando y como un pie para exigirle a los parlamentarios “que legislen para poder tener más atribuciones en el poder local o para hacer que las otras instituciones utilicen todos sus mecanismos y poner en primera línea las decisiones ambientales”.
Según el informe de la Convención sobre los Humedales Ramsar, se calcula que la extensión mundial de los humedales disminuyó entre un 64 y un 71 por ciento durante los últimos cien años y que su pérdida y degradación es una situación crítica que persiste en diferentes lugares del mundo.
Este jueves se aprobó una ordenanza municipal que permitirá, desde el 1 de marzo, preservar y proteger los humedales urbanos de Valdivia.
La iniciativa surgió desde la propia ciudadanía, la que hace un año inició un proceso de organización con este propósito. Luego de un periodo de intenso trabajo consiguieron que el proyecto avanzara, lo que facilitó las cosas para que fueran ellos mismos quiénes participaran de la redacción del instrumento.
El tema de los humedales urbanos en la Región de los Ríos ha sido de suma importancia, después de que en 2004 ocurriera el emblemático desastre ecológico del Río Cruces, específicamente en el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter. En esa oportunidad la empresa Celulosa Arauco vertió líquidos contaminantes sobre las aguas de la reserva, generando un inmenso impacto en el ecosistema de la zona.
Monserrat Lara, bióloga e integrante de la Organización Salvemos los Humedales Urbanos, explicó que el proyecto encontró en sus orígenes una serie de barreras.
“En un principio y como algo histórico ha existido bastante oposición de parte de la municipalidad (…) ellos siempre fueron de la postura de que al no haber una legislación nacional de mayor importancia que protegiera los humedales, básicamente no eran la instancia que tenía que hacerse cargo de este problema”.
La institucionalización de la mesa comunal de Humedales, la responsabilidad que se les da a los Comités Ecológicos y la facultad de fiscalización sobre las obras que se desarrollen en las zonas aledañas a humedales, son los puntos claves de la regulación.
La iniciativa contempla las sanciones más altas estipuladas para ese tipo de normas, estableciendo multas de hasta por 5 Unidades Tributarias Mensuales. Además, integra la posibilidad de que el propio Estado pueda hacerse parte en una eventual causa penal.
El concejal de Valdivia Rodrigo Cósimo apuntó que “lo significativo y estratégico es que estamos por primera vez vinculando nuestra normativa local con nuestro medio ambiente”.
Además, el miembro del concejo valoró la instancia como una oportunidad para seguir avanzando y como un pie para exigirle a los parlamentarios “que legislen para poder tener más atribuciones en el poder local o para hacer que las otras instituciones utilicen todos sus mecanismos y poner en primera línea las decisiones ambientales”.
Según el informe de la Convención sobre los Humedales Ramsar, se calcula que la extensión mundial de los humedales disminuyó entre un 64 y un 71 por ciento durante los últimos cien años y que su pérdida y degradación es una situación crítica que persiste en diferentes lugares del mundo.
Este jueves se aprobó una ordenanza municipal que permitirá, desde el 1 de marzo, preservar y proteger los humedales urbanos de Valdivia.
La iniciativa surgió desde la propia ciudadanía, la que hace un año inició un proceso de organización con este propósito. Luego de un periodo de intenso trabajo consiguieron que el proyecto avanzara, lo que facilitó las cosas para que fueran ellos mismos quiénes participaran de la redacción del instrumento.
El tema de los humedales urbanos en la Región de los Ríos ha sido de suma importancia, después de que en 2004 ocurriera el emblemático desastre ecológico del Río Cruces, específicamente en el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter. En esa oportunidad la empresa Celulosa Arauco vertió líquidos contaminantes sobre las aguas de la reserva, generando un inmenso impacto en el ecosistema de la zona.
Monserrat Lara, bióloga e integrante de la Organización Salvemos los Humedales Urbanos, explicó que el proyecto encontró en sus orígenes una serie de barreras.
“En un principio y como algo histórico ha existido bastante oposición de parte de la municipalidad (…) ellos siempre fueron de la postura de que al no haber una legislación nacional de mayor importancia que protegiera los humedales, básicamente no eran la instancia que tenía que hacerse cargo de este problema”.
La institucionalización de la mesa comunal de Humedales, la responsabilidad que se les da a los Comités Ecológicos y la facultad de fiscalización sobre las obras que se desarrollen en las zonas aledañas a humedales, son los puntos claves de la regulación.
La iniciativa contempla las sanciones más altas estipuladas para ese tipo de normas, estableciendo multas de hasta por 5 Unidades Tributarias Mensuales. Además, integra la posibilidad de que el propio Estado pueda hacerse parte en una eventual causa penal.
El concejal de Valdivia Rodrigo Cósimo apuntó que “lo significativo y estratégico es que estamos por primera vez vinculando nuestra normativa local con nuestro medio ambiente”.
Además, el miembro del concejo valoró la instancia como una oportunidad para seguir avanzando y como un pie para exigirle a los parlamentarios “que legislen para poder tener más atribuciones en el poder local o para hacer que las otras instituciones utilicen todos sus mecanismos y poner en primera línea las decisiones ambientales”.
Según el informe de la Convención sobre los Humedales Ramsar, se calcula que la extensión mundial de los humedales disminuyó entre un 64 y un 71 por ciento durante los últimos cien años y que su pérdida y degradación es una situación crítica que persiste en diferentes lugares del mundo.
