Alemania: Hamburgo le declara la guerra al plástico
Ni café en cápsulas ni botellas de agua en plástico. La segunda ciudad de Alemania apuesta por un modelo verde que implica a los funcionarios y tiene un gran impacto económico. El consenso político entre partidos ha sido clave para realizar la transición sostenible
RFI
Martes 16 de febrero 2016 12:24 hrs.
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La administración de la segunda ciudad de Alemania ha decidido declarar la guerra a los envases de plástico. Hamburgo dejará de comprar cápsulas de café y agua embotellada, medida que forma parte de un extenso plan aprobado para suprimir la compra pública de productos hechos de plástico con un ciclo de vida corto.
La llamada “guía de compra verde”, un documento de 150 páginas, orientará al consistorio de la mayor ciudad portuaria del país hacia una serie de normas sostenibles que afectarán a la adquisición de distintos tipos de productos, desde higiénicos a material de oficina pasando por iluminación o recepciones. Con la guía en la mano y a partir de ahora, los servicios de limpieza no usarán ningún producto con cloro, el gobierno cederá bicicletas a los funcionarios o promocionará suscripciones al transporte público y cuando el personal administrativo quiera beber agua, deberá rellenar sus propios vasos en una extensa red de fuentes habilitadas. La imagen del servicio de catering entregando pequeñas botellas de agua a los invitados también ha pasado a la historia.
“Todo este procedimiento ha tenido un amplio consenso entre los partidos” ha explicado Jan Dube, portavoz de la ciudad en materia medioambiental, que ha precisado que las líneas de la guía están destinadas a no provocar un sobrecoste. Hamburgo hace cuentas y apuesta por la ecología: el ahorro energético en consumo (las medidas afectan a sistemas de iluminación y compra de equipos) servirán para compensar eventuales adquisiciones ecológicas a medio y largo plazo.
Con casi dos millones de habitantes, la ciudad es la más rica del país y cada año destina unos 250 millones de euros a la compra de material administrativo. La medida tendrá por tanto un amplio alcance. El modelo verde permitirá ahorrar a la ciudad 52 millones de litros de agua y 285 toneladas de dióxido de carbono emitido.
La excepcionalidad de Hamburgo es tradición. La ecología en Alemania es un valor identitario y como ejemplo, el metro de la ciudad cuenta con contenedores para reciclar cuatro tipos de desecho por colores desde hace más de 15 años.
La administración de la segunda ciudad de Alemania ha decidido declarar la guerra a los envases de plástico. Hamburgo dejará de comprar cápsulas de café y agua embotellada, medida que forma parte de un extenso plan aprobado para suprimir la compra pública de productos hechos de plástico con un ciclo de vida corto.
La llamada “guía de compra verde”, un documento de 150 páginas, orientará al consistorio de la mayor ciudad portuaria del país hacia una serie de normas sostenibles que afectarán a la adquisición de distintos tipos de productos, desde higiénicos a material de oficina pasando por iluminación o recepciones. Con la guía en la mano y a partir de ahora, los servicios de limpieza no usarán ningún producto con cloro, el gobierno cederá bicicletas a los funcionarios o promocionará suscripciones al transporte público y cuando el personal administrativo quiera beber agua, deberá rellenar sus propios vasos en una extensa red de fuentes habilitadas. La imagen del servicio de catering entregando pequeñas botellas de agua a los invitados también ha pasado a la historia.
“Todo este procedimiento ha tenido un amplio consenso entre los partidos” ha explicado Jan Dube, portavoz de la ciudad en materia medioambiental, que ha precisado que las líneas de la guía están destinadas a no provocar un sobrecoste. Hamburgo hace cuentas y apuesta por la ecología: el ahorro energético en consumo (las medidas afectan a sistemas de iluminación y compra de equipos) servirán para compensar eventuales adquisiciones ecológicas a medio y largo plazo.
Con casi dos millones de habitantes, la ciudad es la más rica del país y cada año destina unos 250 millones de euros a la compra de material administrativo. La medida tendrá por tanto un amplio alcance. El modelo verde permitirá ahorrar a la ciudad 52 millones de litros de agua y 285 toneladas de dióxido de carbono emitido.
La excepcionalidad de Hamburgo es tradición. La ecología en Alemania es un valor identitario y como ejemplo, el metro de la ciudad cuenta con contenedores para reciclar cuatro tipos de desecho por colores desde hace más de 15 años.
La administración de la segunda ciudad de Alemania ha decidido declarar la guerra a los envases de plástico. Hamburgo dejará de comprar cápsulas de café y agua embotellada, medida que forma parte de un extenso plan aprobado para suprimir la compra pública de productos hechos de plástico con un ciclo de vida corto.
La llamada “guía de compra verde”, un documento de 150 páginas, orientará al consistorio de la mayor ciudad portuaria del país hacia una serie de normas sostenibles que afectarán a la adquisición de distintos tipos de productos, desde higiénicos a material de oficina pasando por iluminación o recepciones. Con la guía en la mano y a partir de ahora, los servicios de limpieza no usarán ningún producto con cloro, el gobierno cederá bicicletas a los funcionarios o promocionará suscripciones al transporte público y cuando el personal administrativo quiera beber agua, deberá rellenar sus propios vasos en una extensa red de fuentes habilitadas. La imagen del servicio de catering entregando pequeñas botellas de agua a los invitados también ha pasado a la historia.
“Todo este procedimiento ha tenido un amplio consenso entre los partidos” ha explicado Jan Dube, portavoz de la ciudad en materia medioambiental, que ha precisado que las líneas de la guía están destinadas a no provocar un sobrecoste. Hamburgo hace cuentas y apuesta por la ecología: el ahorro energético en consumo (las medidas afectan a sistemas de iluminación y compra de equipos) servirán para compensar eventuales adquisiciones ecológicas a medio y largo plazo.
Con casi dos millones de habitantes, la ciudad es la más rica del país y cada año destina unos 250 millones de euros a la compra de material administrativo. La medida tendrá por tanto un amplio alcance. El modelo verde permitirá ahorrar a la ciudad 52 millones de litros de agua y 285 toneladas de dióxido de carbono emitido.
La excepcionalidad de Hamburgo es tradición. La ecología en Alemania es un valor identitario y como ejemplo, el metro de la ciudad cuenta con contenedores para reciclar cuatro tipos de desecho por colores desde hace más de 15 años.
Con casi dos millones de habitantes, la ciudad es la más rica del país y cada año destina unos 250 millones de euros a la compra de material administrativo. La medida tendrá por tanto un amplio alcance. El modelo verde permitirá ahorrar a la ciudad 52 millones de litros de agua y 285 toneladas de dióxido de carbono emitido.