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Muere Umberto Eco, “el hombre que lo sabía todo”

El filósofo, semiótico y experto en comunicación social falleció a los 84 años en Milán. En Italia se lo recuerda como un gran intelectual, parte de la historia cultural del país. El mundo lamenta la partida del agudo escritor de textos como "El nombre de la rosa".

Paula Campos

  Sábado 20 de febrero 2016 6:49 hrs. 
ECO

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“Muere Umberto Eco, el hombre que lo sabía todo”, con ese titular el diario italiano La Reppublica anunciaba la muerte del escritor, filósofo y semiólogo de 84 años de edad.

Poseedor de una pluma lúcida y una mente crítica, el italiano era respetado a nivel mundial. Autor de obras reconocidas mundialmente como El nombre de la rosa (1980), El péndulo de Foucault (1988) o El Cementerio de Praga (2010), nunca perdió la curiosidad, preguntas que le permitieron opinar sobre los más diversos temas del mundo.

En su última novela, Numero Cero, se dedicó a revisar la historia de la Italia actual y exponer las razones que, a su juicio, la convirtieron en la nación desorientada que es hoy. Ahí habló del caso Tangentópolis, de Silvio Berlusconi y de los medios de comunicación.

Luego que la familia informara del deceso del pensador, la prensa de su país no dudó en dedicarle las más sentidas palabras de homenaje y agradecimiento. Todo lo miró, lo analizó y lo escribió Eco, por ello insistieron que “recorrer la vida y la carrera de Umberto Eco, también significa reconstruir un pedazo importante de nuestra historia cultural”.

Los premios no le faltaron, principalmente luego de volverse mundialmente conocido con El nombre de la rosa, novela que vendió millones de copias en todo el mundo. Incluso, fue ambientada en la pantalla grande.

También brilló en su vida académica, la que se inició en Turín en 1954. Ese año se doctoró en filosofía, pero también incursionó en la Radio y Televisión Italiana (RAI). De ahí en adelante dictó clases en su misma casa formadora, también en Milán, incluso en Bologna donde creó la Escuela Superior de Estudios Humanísticos, además fundó la Asociación Nacional de Semiótica.

Por ello, el mundo no se resta en elogios para el italiano. El presidente de la región de la Toscana, Enrico Rossi, lo resumió en haber tenido la posibilidad de “estar ante un intelectual comprometido, sobre todo contra la vulgaridad de la política”.

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