Laboratorios de Canadá y Dinamarca iniciaron nuevos análisis de fragmentos óseos del poeta Pablo Neruda, en el marco de la investigación judicial que busca determinar las causas de su muerte.
Según informó este miércoles el Programa de Derechos Humanos del ministerio del Interior, los análisis se realizan en el Centro de ADN Antiguo de la Universidad de McMaster en Hamilton, Ontario (Canadá), y en el Departamento de Medicina Forense de la Universidad de Copenhague, Dinamarca.
Las muestras llegaron en la primera semana de febrero a ambos laboratorios y serán periciadas por encargo del juez Mario Carroza, quien encabeza la investigación y recientemente ordenó que las restantes osamentas sean devueltas a la tumba del poeta, en su casa de Isla Negra.
Específicamente, los especialistas buscan extraer, purificar y enriquecer el ADN del estafilococo dorado, bacteria resistente a los antibióticos y no asociada al cáncer que padecía el escritor, que fue encontrada en mayo de 2015 en análisis desarrollados en España.
Al descubrir su ADN, se espera profundizar en el conocimiento de este agente bacteriano y saber cuál podría ser su primer origen. De esta manera, se podría determinar si estaba presente en el cuerpo de Pablo Neruda antes de su llegada a la clínica Santa María o si ingresó a su cuerpo mientras permanecía internado.
“Estamos en busca de la presencia de bacterias patógenas específicas, que pueden haber sido en última instancia responsables de la muerte del señor Neruda por bacteremia”, dijo el genetista Hendrick Poinar, director del Centro de ADN Antiguo de la Universidad de McMaster.
“Se espera que eventualmente pueda establecerse si esta bacteria fue deliberadamente inoculada en el cuerpo en vida de Neruda y si le causó la muerte”, agregó Rodrigo Lledó, jefe del Área Jurídica del Programa de Derechos Humanos del ministerio del Interior, entidad que se hizo parte de la querella que busca esclarecer la muerte del poeta. “Sabemos que Neruda estaba enfermo de cáncer, pero podría no haber sido esa la causa de muerte. En los análisis previos se encontraron muchas bacterias, la mayoría asociadas a infecciones urinarias propias de un cáncer de próstata, pero también apareció esta bacteria que no tiene explicación para estar allí”, dijo.
Los exámenes se dan en el marco de una investigación que se inició luego que el Partido Comunista presentara, en 2011, una querella por homicidio calificado, basándose en el testimonio del ex chofer del poeta, Manuel Araya.
Dos años más tarde y luego de la exhumación de los restos, un panel de expertos determinó que no se podía concluir que hubiera agentes químicos involucrados en la muerte del Premio Nobel. En 2014, sin embargo, el juez Mario Carroza ordenó hacer nuevos exámenes y en octubre del año pasado un segundo panel de especialistas programó las nuevas pericias.
Según Rodrigo Lledó, “si se confirmara que hubo intervención de terceros, necesitaríamos buscar responsabilidades. La mayoría de los que eventualmente intervinieron en esos momentos están fallecidos, pero hay personas que todavía no lo han hecho. Sin embargo, mo hay que precipitarse, hay que esperar a tener certeza sobre lo que realmente ocurrió”.
Aunque no existe una fecha determinada, se espera que los análisis den resultado dentro de este año, para luego ser informados directamente al juez Mario Carroza.