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Director de “Historia de un Oso”: “La industria no debe depender de fondos”

A dos semanas de haber recibido el Oscar, Garbiel Osorio reconoce que la producción del cortometraje no fue fácil. Para ello, debieron postular a un fondo y realizar trabajos extras. Ante ello, señala que Chile debe abrirse a otros modelos televisivos, de manera tal que se fomente la industria local.

Abril Becerra

  Domingo 13 de marzo 2016 13:38 hrs. 
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Por estos días 80 solicitudes de entrevistas colapsan los correos  del equipo de Punkrobot, productora que dio vida a la primera realización chilena premiada con un Óscar: Historia de un Oso.

Gabriel Osorio director de la cinta, comenta que luego del galardón y el recibimiento en La Moneda, el equipo debió tomarse unos días para deponer el ajetreo.

“Recibir el premio generó un cambio muy importante. Ahora tenemos la agenda copada completamente y no solamente por entrevistas, sino que por reuniones y otros proyectos”, dice.

La respuesta del público a Historia de un Oso fue inmediata. A un día de su reconocimiento el cortometraje fue exhibido en colegios e incluso, en pleno centro de Santiago. A esto se sumó la emisión que realizó TVN, evento que de inmediato hizo que el raiting de la señal subiera considerablemente.

Sin embargo, Gabriel Osorio reconoce que sin el Oscar, difícilmente el corto habría generado tanto interés. Esto pese a su participación previa en festivales clase A en Estados Unidos y en ShortList Film Festival.

Hoy el director sostiene que no todo fue fácil, conmemora aquellos días en donde Historia del Oso se llamaba La maleta y da paso a un duro análisis: la lucha de las productoras por sacar adelante sus proyectos.

 ¿Qué tan difícil fue realizar Historia de un Oso, considerado que ustedes recibieron apoyo de un Fondart promovido por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes?

De todas maneras esto fue bastante difícil, pese a lo agradecidos que estamos hoy. Desde un principio quisimos hacer un cortometraje de calidad, con estándares internacionales que nos permitieran presentar en el extranjero. Entonces, esto fue complejo porque nos ganamos un fondo audiovisual que durante el proceso, se nos acabó. Ahí tuvimos que ver un financiamiento independiente, es decir, realizamos otros trabajos que nos permitieron generar un presupuesto para mantener un equipo trabajando en el cortometraje. Lo que hay que pensar es que la animación es un proceso bastante lento que requiere de hartas personas y se necesita de un capital para poder remunerar este trabajo que dura entre uno y dos años.

Una crítica casi consensuada es que las producciones dependen mucho de los fondos que entrega el CNCA o el CNTV, ¿te parecen justos estos cuestionamientos?

Aquí lo que hace falta es promover incentivos desde la legislación, por que la industria no debería sólo depender de fondos. Deberíamos pensar en Argentina o Brasil, donde las productoras están obligadas a emitir contenidos nacionales. Chile está muy atrás en esto. O sea, nosotros estamos haciendo un llamado para que se discutan leyes que hagan que la industria sea realmente competitiva, porque de lo contrario vamos a continuar luchando por terminar los proyectos, por cumplirle al CNCA y no por realizar buenas producciones.

En Brasil existe una cuota mínima de programas nacionales. Incluso a los canales extranjeros  se les obliga a invertir en contenido nacional, como Cartoon Network que tiene que generar contenido para poder estar allí. Yo entiendo que eso tiene que ver con el tamaño de esas regiones, pero creo que en Chile también podríamos empezar a pensar en qué leyes se podrían hacer para estimular la producción de contenido local.

Con el Oscar ustedes abrieron un interés respecto de la animación nacional, pero en el fondo ¿cuán consolidada está hoy esta industria?

En Chile la animación profesionalizada está hace poco tiempo. Estoy hablando de hace unos 15 años. No tiene tanta trayectoria como el cine o la televisión. Entonces, es entendible que la gente y desde los medios no conozcan tanto la industria, pero siento que este premio es un buen incentivo para que no sólo la gente empiece a ver animaciones nacionales, sino que también para que los canales se interesen en estos trabajos. Hay muchas obras, o sea, la animación chilena no sólo es Historia de un Oso.

Este fin de semana el cortometraje fue exhibido en TVN. Pensando en esto,  ¿cómo podría incluirse la animación a la televisión local?

De diversas maneras. La emisión de TVN es un primer antecedente, quizás más adelante se podría pensar en una recopilación de cortometrajes para mostrar más animaciones chilenas. Ahora sin el Oscar eso habría sido difícil, pese a que  antes de ganar el premio, ya en conversaciones con TVN.

¿Cuánto ha cambiado la valoración del cortometraje como género?

Esto es muy interesante, porque ahora existe una revaloración del cortometraje, incluso de los trabajos más cortos de uno o dos minutos. Esto es algo que tiene que ver con las nuevas plataformas, con la nueva manera de ver el contenido audiovisual. O sea, hace 20 años las únicas plataformas eran el cine o la televisión, ahora hay cortos que se pueden ver en el celular, de un momento a otro. La gente está abierta a ver otro tipo de contenido, más corto, sobre todo los niños, que les gusta ver animaciones. Eso es algo que yo he conversado con otros productores. En su opinión hace 10 años no había este interés que hay por los cortos, en cambio actualmente se pueden estrenar cortometrajes en cines y distribuirlos. Hay un interés que ha permitido que esto se transforme en un negocio rentable.

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