Este miércoles diversas organizaciones sociales llegaron hasta la gobernación de Puerto Montt para pronunciarse por las condiciones sanitarias que afectan a la región de Los Lagos producto de la crisis salmonera.
De acuerdo a lo señalado por las agrupaciones, durante las últimas semanas los peces muertos al interior de las embarcaciones han producido importantes hedores en la zona. A esto se ha sumado la intoxicación de los trabajadores pesqueros que durante una semana mantuvieron una carga de salmones muertos en su nave.
Según el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), los salmones muertos a bordo de las embarcaciones superan las 1.500 toneladas, de las que 800 no pueden utilizarse para convertirse en harina de pescado.
Luis Ruiz, dirigente del Comité de Defensa del Borde Costero de Puerto Montt, explicó que parte de los peces en descomposición han sido arrojados en vertederos. Sin embargo, señaló que aún existen dudas respecto de cómo las industrias se están deshaciendo de sus cargas. “Hay mucha incertidumbre con el tema. Por ahora la información que tenemos es que el 80 por ciento fue procesado y otro, fue tirado en vertedero, pero no tenemos seguridad de eso”, dijo.
“Estamos preocupados por los impactos ambientales que pueda tener en la zona. La información oficial dice que el 20 por ciento de la producción ha sido afectada y que alrededor de mil personas quedaron desempleadas, pero esto podría afectarse más. Hay muchas dudas, sobre todo, porque no hemos tenido respuestas concretas de cómo el Gobierno va a solucionar esto”, añadió.
La crisis del salmón ha planteado otro conflicto para las pequeñas y medianas embarcaciones, las que no pueden llegar a las 75 millas náuticas que exige la ley para arrojar los peces muertos.
En este contexto, José Pacheco, presidente de la CUT Llanquihue señaló que para los trabajadores de la zona esta crisis ha sido peor que la de 2008, donde las producciones salmoneras decayeron en más de un 70 por ciento. “Esta crisis tiene una mayor magnitud que la de 2008. Los mecanismos de control que deberían estar operando no dieron alerta de esto cuando en diciembre del año pasado se detectaron las algas y ahora, a meses de esto, no hemos tenido una respuesta para los trabajadores y para quienes habitamos la zona”, dijo.
“Aquí hay una emergencia de magnitud, por lo tanto, el llamado que nosotros hacemos es que se adopten las medidas urgentes y que se entreguen los recursos para que la mitigación se haga a la brevedad. Esto está generando problemas para los buzos, por la contaminación del aire y del agua, por lo tanto, hay un riesgo muy grande para los trabajadores, así como también para los transportistas que están llevando los deshechos a los vertederos”, añadió.
En tanto, Sernapesca no ha sido indiferente respecto de la situación medio ambiental. Esto ya que ayer le dio un plazo de 24 horas a las empresas salmoneras para que informen sobre cómo desecharán los salmones muertos.