La conflictiva situación que se vive en la Región de La Araucanía permanentemente genera opiniones, muchas veces con marcadas posiciones respecto de temas como la militarizada ocupación de las Fuerzas Especiales de Carabineros, los constantes allanamientos a las comunidades mapuches, así como el postergado problema del despojo de tierras.
En ese contexto, este jueves, el obispo de Villarrica, Francisco Stegmeier, denuncia a través de una entrevista en El Mercurio el terror que sienten las víctimas por la violencia en la zona, además de acusar lo que considera un ataque a la libertad de culto, a propósito de un ataque incendiario contra una iglesia católica en la comuna de Vilcún.
“El problema que tiene la Iglesia Católica en las diócesis de Temuco y Villarrica es que sus obispos están plenamente identificados con los sectores latifundistas. Hay conflictos con estos señores feudales, como había antiguamente. Existen muchos de ellos en los alrededores de Temuco”.
De esta manera respondió el ex religioso jesuita Luis García-Huidobro, radicado en la provincia de Arauco y destacado defensor de la causa mapuche, en conversación con la primera edición de Radio Análisis.
“Este señor Francisco Stegmeier –agrega– es de los mismos Steigmeier que protegieron al líder de Colonia Dignidad, Paul Schäfer, cuando estuvo clandestino acusado por abusos sexuales. Para que vean de qué tipo de gente estamos hablando”.
En ese sentido, advierte que “estamos hablando de los pequeños resabios de latifundistas ultrapinochetistas que van quedando en este país, y que están ahí, en conflicto con el pueblo mapuche”, Por ello, su preocupación es que parte de la Iglesia se esté identificando precisamente con esos sectores.
Como una manera de ejemplificar lo que ocurre en la zona, García-Huidobro se refiere a la salida del párroco de Ercilla, Francisco Millán, correspondiente a la diócesis de Temuco. “La sensación que quedó cuando lo sacaron, es porque se estaba acercando demasiado a los sectores mapuches. Él comenzó a comprender el trasfondo de las reivindicaciones del pueblo mapuche”.
Las críticas también apuntan a las acciones que ha ejercido el obispo Francisco Stegmeier, a propósito, por ejemplo, de un desalojo que ordenó hace un par de semanas. “Mapuches en un espacio legítimamente recuperado, que pertenece a su pueblo, el obispo los manda a desalojar. Esas son las acciones de parte de la Iglesia Católica que son antimapuches”.
En cuanto a la presencia de jesuitas en la zona, congregación a la que perteneció hasta 2014, no duda en afirmar que “la verdad es que con los jesuitas el movimiento mapuche no tiene ningún problema. Nunca he escuchado a alguien que diga que hay que sacarlos de la zona. Todo lo contrario”.
Incluso detalla que han participado en las visitas de inspección que se han hecho a los fundos militarizados, han participado en las denuncias por tortura. Y por supuesto que El Mercurio no publica nada de eso e inventa igual que en dictadura”.
Y agrega: “En el último mes han habido dos situaciones graves de tortura, como lo que uno ha escuchado que se hacía en la dictadura. Desnudan a la gente, le hacen ademán de violación, le queman los vehículos, los rocían con bencina. Estamos hablando de funcionarios policiales que hacen eso”.
También advierte que la Iglesia Católica, en general, ha estado apoyando y visitando a familias mapuches, algo muy distinto, como plantea, a lo que ocurre en Villarrica, donde la pastoral mapuche es silenciada.
En cuanto a los pasos a seguir, Luis García-Huidobro asegura que lo primero debería apuntar a la devolución de las tierras, considerando que la Iglesia aún posee territorios usurpados a las comunidades mapuches. “Eso es lo primero, luego se verá lo demás”, concluye el ex religioso jesuita.