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Australia: Crisis humanitaria por ola de suicidios de aborígenes

Un fenómeno alarmante está ocurriendo en comunidades aborígenes por toda Australia. Adolescentes y niños se suicidan por falta de perspectivas y oportunidades. Las condiciones de pobreza y de discriminación continúan afectando a las generaciones más jóvenes sin soluciones en el corto plazo.

Adélie Pojzman-Pontay

  Domingo 20 de marzo 2016 9:50 hrs. 
austrlia

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Comunidades aborígenes de Australia han sufrido una ola de suicidios sin precedentes en los últimos 3 meses. Al inicio de marzo, una niña de 10 años se suicidó en la región de Kimberley, una zona rural al noroeste de Australia. Esta niña fue la última y la más joven de 19 personas indígenas que se suicidaron desde el mes de diciembre.

En el año 2014, el suicidio de un niño de 11 años había motivado al Estado a asignar 26 millones de dólares para establecer un programa de prevención del suicidio.

Análisis locales mostraron que la tasa de suicidios en la población indígena se ha doblado en los últimos 5 años. Para los niños de menos de 14 años es la segunda causa de muerte. Niños indígenas de menos de 14 años son 9 veces más susceptibles de suicidarse. Para los que tienen entre 15 y 30 años, un tercio de las muertes son por suicidio.

Gerry Georgatos, un especialista e investigador sobre este fenómeno, forma parte de un equipo que viaja por toda Australia para ayudar a las familias que perdieron a alguien. Nos confirmó que estaba en la zona con su équipo para aportar el apoyo mental, emocional y concreto que pudiesen. Sin embargo, para proteger a la familia, no podía darnos más detalles sobre el caso.

La zona del Kimberley está muy aislada del resto del país, a casi 4 mil kilómetros al norte de Perth, la ciudad la más grande del oeste del continente. La zona, cuyo tamaño es tres veces la de Inglaterra, es muy poco poblada y muy rural. Solo acoge una población de 50 mil personas, con 40 por ciento de habitantes aborígenes o Torres Strait Islanders (otro pueblo originario de Australia). Es una de las regiones con la tasa más alta de personas indígenas de todo el país.

A veces, cuenta Georgatos, las familias se encuentran en condiciones de precariedad y de pobreza tan altas, que lo que importa es ayudarlos con las cosas más básicas: proveer comida o ropa, cuidar a los niños. El investigador y portavoz de esa causa, recordó el caso de una familia donde un hijo se había suicidado, y otro estaba en el hospital por autolesión. La familia no tenía un auto que funcionara, y Georgatos y su equipo tuvieron que cambiar los neumáticos y la batería para visitar al segundo hijo.

El experto señaló que la desigualdad racial y económica creada por la reciente historia colonial del continente, mantiene a las familias y las generaciones hasta hoy en situaciones de desventaja. No tienen accesos a los mismos servicios e infraestructuras que poblaciones blancas. Georgatos habló de políticas de segregación y de apartheid cuyas consecuencias siguen siendo visibles hasta hoy.

Antes de la Navidad, Georgatos ayudó a una comunidad donde tres jóvenes se suicidaron en cinco días. La más joven en esta ocasión tenía 15 años. El investigador evocó el recuerdo de “tres tumbas al lado de la otra, tres tumbas en línea”.

Justo en este periodo, el Ministerio de Asuntos Indígenas había analizado con el Proyecto de Prevención de Suicidios para Aborígenes y Torres Strait Islanders que los programas de ayuda que existían no eran bien coordinados. Los programas tampoco eran adecuados y sensibles a las culturas de esas poblaciones, explicó un portavoz ministerial en una entrevista con SBS.

En diciembre, un informe del Instituto Australiano de Salud y de Bienestar, mostró que la tasa de suicidios era más alta en áreas remotas y rurales, o en áreas desfavorecidas. Para las poblaciones indígenas, el índice de suicidios era el doble y significativamente más alto entre los hombres indígenas que los no indígenas. En el período 2010-2011, por cada 16 hombres no indígenas que cometieron suicidio, 37,6 hombres indígenas lo hicieron.

Según la Agencia de Estadísticas de Australia, la tasa de suicidios de Australia es de 11 por cada 100,000 habitantes, y ha aumentado anualmente en los últimos años. Pero Georgatos explicó que si el suicidio era un problema de salud pública en Australia, en las poblaciones blancas no se hablaba de las mismas causas. Para los blancos, la primera razón invocada era un sentido de fracaso. Pero para los indígenas, era la falta de oportunidades para salir adelante y un sentido de desesperanza los que conducían al suicidio.

Georgatos sostuvo que se trata de una situación de crisis humanitaria. En la región de Australia de Oeste, 40 por ciento de las personas encarceladas son indígenas, y esta tasa se eleva hasta el 86 por ciento en los territorios del Norte. Comparativamente, en el país, la población indígena representa menos de 3 por ciento de la población.

Igualmente, 12 por ciento de la población indígena está sin hogar, o con alojamiento inestable. La extrema pobreza de esas comunidades ha creado situaciones de abuso familiar que continua este círculo vicioso.

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