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Las posibilidades que abre la telefonía comunitaria móvil

"Rhizomatica", es el nombre de la iniciativa que desde hace tres años permite dar acceso de telefonía celular e internet a bajo costo a comunidades rurales del Estado de Oaxaca, en México. En un encuentro organizado por el Programa de Libertad, Expresión y Ciudadanía del Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI), los integrantes del proyecto presentaron esta experiencia en nuestro país.

Sebastián de Santi / Extensión y Comunicaciones ICEI

  Domingo 27 de marzo 2016 9:22 hrs. 
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Oaxaca es una de las regiones con más altos índices de pobreza en México, con gran complejidad geográfica y de acceso. Además, es uno de los Estados con mayor biodiversidad, donde conviven 16 pueblos originarios. Fue justamente ahí donde se desarrolló el proyecto “Rhizomatica”, iniciativa mediante la cual los habitantes de esa zona pudieron acceder a telefonía celular e internet de manera autogestionada, servicio que hoy reciben tres mil personas.

Sobre esta experiencia fue que Peter Bloom, coordinador general del proyecto, y Loreto Bravo, parte del equipo, expusieron en la Casa Central de la Universidad de Chile la charlaTelefonía comunitaria móvil y el proyecto Rhizomatica”, en un encuentro organizado por el Programa Libertad de Expresión y Ciudadanía (PLEC) del ICEI y la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones.

Como señaló la profesora Chiara Sáez, coordinadora del PLEC, en este momento no hay ninguna experiencia similar a la de Oaxaca en Chile, como sí existe en países como Canadá y España. “En Canadá, la telefonía comunitaria móvil es una política pública que está orientada a los pueblos originarios canadienses, mientras que en España iniciativas como estas son proyectos privados, pero sin fines de lucro”.

“En Chile no hay una política pública para favorecer este tipo de iniciativas, tampoco hay un reglamento que lo prohíba, pero en nuestro país no se reconocen las concesiones sociales de comunicación”, explicó la profesora Sáez, agregando que lo que hay relacionado a esta materia “es una política pública de telecomunicaciones de los llamados puntos wifi, en la que el Estado hace convenios para las zonas donde no hay conectividad y subsidia a las empresas privadas, que no son tan grandes, para llegar a esos puntos”. A pesar de eso, este tipo de iniciativas, son políticas de “‘pan para hoy y hambre para mañana’, porque son proyectos que tienen corta duración”, indicó.

La profesora del ICEI Patricia Peña, en tanto, enfatizó en la importancia de “abrir el debate de las telecomunicaciones como un espacio de democratización”, tal como lo plantearon los integrantes de Rhizomatica, “donde nosotros debemos seguir trabajando en acceso a la información y libertad de expresión”.

Esto último, explicó la académica, quedó recientemente evidenciado en el país en el marco de la discusión del proyecto de televisión digital, que “fue una oportunidad de decir que aunque se crea que estas discusiones son sólo técnicas, también tienen que ver con derechos humanos, sociales y culturales”. 

Una experiencia de autogestión

Rhizomatica trabaja desde hace tres años para dar acceso en comunidades rurales, labor que se ha focalizado en el Estado de Oaxaca (México), donde, al igual que en otros territorios de ese país, la propiedad de la tierra es comunal; es decir, se reconoce desde la Constitución la pertenencia ancestral del territorio a los pueblos.

Fue por el alto costo e inestable servicio de las compañías de telecomunicaciones que la comunidad de Oaxaca se organizó para autogestionar la telefonía móvil e internet que llegaría a sus hogares. Esta iniciativa comenzó con experiencias de radios comunitarias en el mismo Estado, donde se plantearon la idea de que si se podía hacer radio comunitaria, también podría ser posible transmitir telefonía celular.

Tras solicitar una solución a las empresas, fue que la comunidad presentó una carta a las autoridades solicitando poder ejercer su derecho a la comunicación, motivo por el cual en una experiencia inédita, como explicó Peter Bloom, coordinador general de Rhizomatica, “se armó un marco jurídico, a través de lo que se denomina ‘una concesión social’”, mediante el cual “se reconoce que no sólo el Estado y la empresa pueden encargarse de las concesiones de radio difusión, de telecomunicaciones”.

En términos monetarios, Bloom explicó que el costo para ofrecer telefonía celular a 3000 personas es de US$7.500, valor que cubre la tecnología de transmisión, la que se complementa con el uso de software libres. La comunidad además fijó una cuota con la organización para recuperar el dinero de la instalación y los gastos operativos de funcionamiento. Dicha cuota en Oaxaca es de US$ 2 por persona.

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