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Año XVI, 19 de abril de 2024


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Investigadores proponen una “refundación popular” de Conicyt

Que la ciencia esté al servicio del país y no de las lógicas del mercado, para así superar la crisis en la que está inmersa la Conicyt, es que un grupo de académicos plantean la necesidad de refundar este organismo y que vincule a los científicos con estudiantes y trabajadores, al mismo tiempo que se revise el modelo de desarrollo político y económico del país.

Paula Correa

  Sábado 9 de abril 2016 22:25 hrs. 
Conicyt

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Problemas con los becarios, falta de espacios, fuga de cerebros, y la consecutiva renuncia de sus directores son parte de las evidencias de la crisis que vive la Ciencia y la Tecnología en Chile.

Para terminar con esta situación diversos estudiosos alzaron la voz para pedir la refundación de Conicyt, así como la creación de una nueva institucionalidad vinculada directamente con los estudiantes y la clase trabajadora. En ese sentido, llamaron a las autoridades a revisar el modelo político y económico para permitir el despegue del país.

Distintos sectores se han sumado al emplazamiento a las autoridades que la comunidad científica realizó a fines del 2015, a través de una carta abierta en la que pedían que el desarrollo se pusiera al servicio del país y no del mercado para superar así la “crisis terminal” por la que atraviesa la institucionalidad de la producción científica, tal como señaló el académico de la Universidad de Chile, Miguel Fuentes, uno de los impulsores de la iniciativa.

Hoy hablan de la necesidad de refundar Conicyt y crear una Comisión Nacional Científico-Tecnológica de los Trabajadores y el Pueblo. Así, la Academia se abre a una colaboración directa con los estudiantes y los trabajadores, para crear un frente que permita aterrizar el mundo de la Ciencia y la Tecnología a la realidad de nuestro país, tal como indicó la socióloga e investigadora, Andrea Araya.

“Esta declaración es un primer paso para construir de cara una alianza intersectorial, que tiene que ver con estudiantes, académicos y trabajadores, para hacer frente a la crisis institucional en la que estamos sumergidos y que destruye todo el sistema educacional desde sus distintas aristas. La idea es que los distintos sectores puedan intervenir de manera directa la realidad, donde claramente la producción del conocimiento esté en consonancia con los verdaderos problemas sociales de hoy en día”, sostuvo.

La académica afirmó que se busca terminar con la carencia crónica de financiamiento público en el ámbito de la investigación y al volver a conectarla con las reales necesidades de la ciudadanía y no con las orientaciones del mercado.

En ese sentido, Ana López, historiadora de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, sostuvo que la crítica apunta al centro de la lógica individualista del proceso de producción del saber: “Lo que hay es una crítica a una lógica primero a una lógica neoliberal que hay en la educación y también a una lógica de mercado, o sea es un conocimiento tremendamente individual, donde uno postula a proyectos, ya sea como becario, o a Conicyt o los Fondep u otros. Es esta misma lógica de competir con otros investigadores es la forma de hacer las cosas desde el modelo, donde valen los títulos, valen las publicaciones, pero ¿cuál es el sentido de ese conocimiento?, ¿a quién le sirve?”, se preguntó la investigadora.

Por lo mismo los intelectuales, académicos, investigadores y becarios apuntan a una “refundación popular”, que pasa por la necesidad de democratizar los planteles universitarios a través de un co-gobierno de trabajadores, estudiantes y académicos.

En ese sentido, llamaron a incorporar estos lineamientos al debate sobre la creación de un nuevo ministerio. Así lo hizo la estudiante de medicina y ex presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Melissa Sepúlveda: “La declaración es bastante amplia en el sentido de generar este emplazamiento a generar un nuevo tipo de ciencia, una ciencia que vaya a mejorar las condiciones de vida del pueblo de Chile y no que esté basada en el mercado y que responda a las necesidades de las industrias. La discusión es más de fondo, se trata de cuáles son los objetivos del nuevo Ministerio de Ciencia y Tecnología, cuáles serían los criterios de destinación de recursos que deben ser revisados más que si se crea una nueva institución o no”.

Para los firmantes de la carta, “mientras los cambios no se propongan cuestionar el modelo económico y político de privatizaciones en el modelo científico y reglar la producción comercial del conocimiento, cualquier solución serán cortinas de humo”.

A la declaración se sumaron los presidentes de las Federaciones de la Universidad Tecnológica Metropolitana y Central, en los próximos días se espera la adhesión de nuevas federaciones universitarias y sindicatos, en un movimiento que continúa creciendo.

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