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Gabriel Boric y nueva Constitución: “Hay contradicciones en la NM que nos hacen ser escépticos”

El parlamentario por la región de Magallanes afirmó además que lo único que garantizará la participación ciudadana en el proceso “es la ciudadanía misma. Respecto del futuro de la reforma a la educación superior criticó la falta de coordinación entre el Mineduc el área político – económica del Palacio de La Moneda.

Claudio Medrano

  Domingo 17 de abril 2016 9:57 hrs. 
gabriel boric

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En conversación con Radio Universidad de Chile, el diputado de Izquierda Autónoma por la región de Magallanes, Gabriel Boric, se refirió al futuro del Proceso Constituyente y la capacidad que tenga para reflejar el sentir de la ciudadanía respecto de una nueva Carta Magna.

En ese sentido Boric expresó que debe ser la ciudadanía la que garantice esa participación, lo cual dependerá del nivel de organización que tengan “quienes hemos estado permanentemente excluidos de los poderes fácticos de nuestro país”.

A juicio del parlamentario el Proceso Constituyente no solo radica en el debate respecto del mecanismo de participación o del contenido mismo, sino que también “en las reformas que se están discutiendo actualmente en el Congreso”.

El ex presidente de la FECH aborda además lo que se viene en materia de Reforma a la Educación Superior y cómo se ha definido uno de los “pilares” del gobierno de Michelle Bachelet como es la Reforma Laboral.

 ¿Qué impresión le deja el inicio de este Proceso Constituyente con críticas que han surgido incluso desde la Nueva Mayoría?

Hay que partir por señalar que es necesaria una nueva Constitución en Chile, no como una suerte de bola mágica que nos resolverá todos los problemas, sino que como la concreción de un nuevo pacto social que actualice nuestras reglas de convivencia hacia un Chile democrático que todavía no tenemos, soy de quienes creen, además,  que la manera de hacerlo es a través de una Asamblea Constituyente, dicho esto, me parece que el Proceso Constituyente se juega no solo en el procedimiento, sino que también, en las reformas que están siendo discutidas en el Congreso, por lo tanto, debe haber una coherencia entre los actores políticos que plantean una revisión de las estructuras fundamentales de nuestro país, con la posición que tengan respecto de las reformas que hoy se está tramitando, como la educacional, laboral, tributaria o lo que ocurre en materia de salud y pensiones, por lo tanto, creo que son cosas vinculadas. Es necesaria una nueva Constitución, pero no podemos estar pensando solo en las instituciones, sino cómo se juega eso con la reformas que están actualmente en curso.

De acuerdo a la estructura del proceso anunciada por el gobierno, ¿se garantiza una participación ciudadana efectiva?

Lo único que garantiza la participación de la ciudadanía es la ciudadanía misma y, por lo tanto, va a depender del nivel de organización que exista entre quienes hemos estado permanentemente excluidos de los circuitos del poder fáctico en Chile. Dicho esto, hay evidentes contradicciones dentro de la Nueva Mayoría que nos invitan a tener un sano escepticismo respecto del futuro del proceso, sin perjuicio del por cual es necesario disputar todos los espacios que tengamos.

Hay quienes aseguran que este proceso está diseñado para que fracase, ¿está el escenario para una postura tan pesimista o crees que se puede concretar una nueva Constitución diseñada y redactada desde la ciudadanía?

Para eso me remito a la famosa frase del filósofo italiano Antonio Gramsci que decía con gran sabiduría, “pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad”.

Respecto de la Reforma Laboral, ¿qué le parece que uno de los “pilares” de este gobierno se termine definiendo en el Tribunal Constitucional?

Hay dos dimensiones para abordar esa pregunta, una es el contenido de la Reforma, que desde mi punto de vista es insuficiente y no toca, finalmente, la estructura del plan laboral de José Piñera. La principal visión de este tema, que es la de los trabajadores, quedó excluida, en ese sentido manifestamos nuestros reparos con el contenido de la Reforma, en particular, con aquellos puntos como lo que terminó con un reemplazo encubierto, el aumento del quórum para los sindicatos y  que no se haya tocado la principal demanda que han impulsado los trabajadores que es avanzar en la negociación por rama, entonces, creo que es una Reforma insuficiente. Que termine definiendo este tema el Tribunal Constitucional habla de los visos autoritarios que todavía existen en la democracia chilena.

Vemos que los proyectos del gobierno sin en su génesis insuficientes en varios aspecto y éstos, además, son maquillados en el Congreso y resueltos en el Tribunal Constitucional. ¿Cuál es el real alcance de las reformas al pasar por tantas cortapisas?

La Reforma Laboral, en sí misma, es un ajuste dentro del marco o dentro de la cancha planteada por el plan laboral de la dictadura y, por lo tanto, no es una transformación estructural de la relación capital trabajo que es lo que Chile necesita, dicho esto, los temas de procedimiento hablan de los visos, finalmente, de la democracia chilena.

¿Puede pasar esto con la Reforma a la Educación Superior que se debate este año?

Sin lugar a dudas es un riesgo y ahí el principal activo que tenemos para defender una Reforma que fortalezca la educación pública es el movimiento social y, por lo tanto, ahí es donde tendremos que trabajar más, por eso aprovecho de hacer un llamado explícito y esperanzado para que el 21 de abril todos participemos de la marcha convocada por la Confech.

Los estudiantes acusan que los temas de la Reforma los está definiendo Nicolás Eyzaguirre, en conjunto con Hacienda, dejando de lado a la ministra Adriana Delpiano, ¿comparte esa impresión?

Las contradicciones al interior del Mineduc han sido elemento común de todo este proceso, pero yo sería cauto y no “tiraría la cadena” de inmediato, porque como bien dijo la presidenta de la FECH, Camila Rojas, de fracasar la Reforma es un fracaso también para el movimiento estudiantil.

¿Cree que este gobierno está en condiciones de afirmar que la “obra gruesa” de su trabajo ya terminó?

Esa frase es muy propia de la desconexión con la realidad que impera en Nicolás Eyzaguirre.

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