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Donde termina la tierra firme

Gomáriz Moraga decidió escribir lo que alguna vez le habría gustado leer: la historia vívida y diaria de aquellos adelantados españoles que salieron de la vieja Europa en la búsqueda de nuevas rutas comerciales. Así surgió una novela histórica que muestra a través de la vida de Vasco de Núñez de Balboa, un fresco coral de la época de la que poco sabemos y solo rescatamos para la memoria ciertas fechas importantes.

Vivian Lavín

  Miércoles 20 de abril 2016 12:34 hrs. 
gomariz

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Cuenta Enrique Gomáriz Moraga que a las embarcaciones de la expedición marítima en la que viajaba Vasco Núñez de Balboa hacia 1510 se les adhirió, mientras viajaban por las costas americanas, un molusco que se alimentaba de los maderos de los barcos. Las naves no resistirían el viaje de regreso a España, de modo que había que había llegar lo antes posible a La Española, la isla que hoy comparten Haití y República Dominicana. Fueron solo siete días, en los que la tripulación debió contener a una carabela y un par de naos que eran carcomidas por este molusco que en la lengua cuévana, tribu que los observaba desde las costas, era conocido como Broma. Un mal chiste para un hidalgo como Vasco Núñez de Balboa y a quien la historia le había reservado un lugar para ser el primer europeo en avistar el Océano Pacífico o Mar del Sur, como lo bautizó en 1513. Sin embargo, esos siete días de penurias prácticamente no existen en los libros de historia. En ninguno, porque el autor de esta historia leyó todo lo que se había escrito al respecto y no encontró nada, o solo un par de líneas,  sobre este tema tan esencial como dramático. ¿Cómo era posible que una parte de la travesía tan determinante fuera desechada por los historiadores? Esto es lo que lo llevó a hacerlo él mismo. Así es cómo Gomáriz Moraga decidió escribir lo que alguna vez le habría gustado leer: la historia vívida y diaria de aquellos adelantados españoles que salieron de la vieja Europa en la búsqueda de nuevas rutas comerciales. Así surgió una novela histórica que muestra a través de la vida de Vasco de Núñez de Balboa, un fresco coral de la época de la que poco sabemos y solo rescatamos para la memoria ciertas fechas importantes cuyo título es Donde la tierra firme termina.

Injusto que casi nada sepamos de ese joven que siendo escudero de don Pedro Portocarrero en Moguer, España, había sido recomendado frente a los representantes del Alcalde Mayor en el Concejo de Sevilla para integrar la dotación de la flota de Rodrigo de Bastidas como hombre de armas y que luego se convertiría en una figura inmortal. Como también es injusto que todos nosotros hayamos sido sometidos a leer la historia de nuestra América a través de fechas y nombres de batallas y casi nada haya quedado de lo que realmente se vivía a pocos años de que Cristóbal Colón hubiera pisado por primera vez nuestro continente.

Y esta es la empresa justiciera que se autoimpuso el sociólogo español Enrique Gomáriz Moraga, dándole voz a esos personajes de los que escasamente se sabe, como puede ser Núñez de Balboa y resucitando a otros como Cemaco, el cacique de la tribu cueva, la etnia protagonista, que había quedado enterrado en las desmemoriadas páginas de la historia americana. Es a través de este personaje perteneciente a una tribu rápidamente extinguida de lo que hoy es Panamá que podemos imaginar a aquellas “extrañas casas flotantes, con enormes tejidos blancos, como grandes alas, que, al parecer, albergaban amenazantes seres barbados y con ropas de metal”. El encuentro entre Cemaco y Núñez de Balboa es el que permite retratar el verdadero encuentro entre dos mundos y del que nos hemos quedado con la voz de los vencedores. Hoy, sin embargo, los vencidos, pueden hablar y contarnos que la idea de comerciar con ellos, como era el objetivo de la expedición de Bastidas fue recibida con alegría, la que luego cambió a la ira cuando las casas flotantes recalaron en sus costas, y los seres barbudos se adueñaron de lo que desde siempre había sido de ellos.

Este libro de historia novelada supera las 930 páginas que, sin embargo, son de fácil lectura cuando se trata de una obra escrita con lucidez y ritmo, haciendo que la titánica investigación que subyace a estas páginas asombre a un lector exigente con la historia y con el goce literario.

Dividido en cuatro grandes libros, Donde la Tierra firme termina es un libro que permite entender muchas más herencias que aún persisten de aquellos adelantados españoles, como también de otra que se han perdido demasiado rápido. Están aquí presentes las clave del honor y cómo un joven caballero, como Núñez de Balboa, debía conocer muy bien sobre los conceptos de nobleza y caballería que lo obligaban a mantenerse con “un comportamiento digno y honorable”. Libros como Espejo de Verdadera nobleza de Diego de Valera o Espejo de la vida humana de Boccaccio, como Rimado de Palacio de López de Ayala son los libros que formaron a caballeros y cuya lectura bien le haría a tantos que insisten en ser llamados así hoy.

En el Mes del Libro y cuando debiéramos celebrar la lectura en todos sus géneros, vaya esta recomendación de lectura donde la historia es la protagonista a través de un personaje que la merecía, como una forma de prepararse a lo que viene luego cuando Enrique Gomáriz nos presente otro fresco a través de la vida de Juan Valiente, el primer africano que pisó tierras chilenas y fiel compañero de Pedro de Valdivia.

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