Señor Director:

“Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti”. Mis condolencias con su familia y su partido.

La grandeza de un hombre no se mide por la cantidad de años que vive sino por la huella y consistencia de sus ideas y a veces queda atrapado en lo que no puede hacer, “justicia en la medida de lo posible” como si el tiempo fuera infinito.

Estamos donde estamos gracias a Patricio Aylwin y otros que eluden convocar al pueblo, se mantienen los supermercados llenos, las Isapres, AFP, bancos, rebosantes de ganancias, la desigualdad y su lacra la delincuencia, la de cuello y corbata junto a la otra, campean en este país.

Las FFAA. se han constituido en ciudadanos de primera categoría viven en barrios exclusivos, cuentan con moderna salud y gozan de excelente previsión, nadie les pide que aumenten su edad de jubilación, ni menos que se paguen su jubilación, han sido apartados del resto de los chilenos.

Para qué decir de la justicia, cada día se acumula más mugre bajo la alfombra, hasta se insinúa que el magnicidio de Jaime Guzmán no fue abortado por el dictador para disminuir los efectos del informe Rettig.

Hoy cuando ya debe estar con Frei Montalva, le debe resultar imposible explicar porque no se alcanza la verdad y sus criminales gozan de impunidad; a veces es necesario el valor y este debe afianzarse en el pueblo, más cuando no se le convoca, solo queda escapar y no se puede hacer en forma eterna, ni menos en el cielo.

El Partido Democratacristiano, sus militantes, le deben una explicación al pueblo de Chile, éste ungió con la primera mayoría a Eduardo Frei Montalva, entonces es preciso encontrar las reales causas de su deceso, solo entonces se podrá decir que se avanza en construir futuro y que para hacer nación se hace lo imposible.