Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 28 de marzo de 2024


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Prensa y DDHH en dictadura


Miércoles 25 de mayo 2016 10:04 hrs.


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A las facultades absolutas de la dictadura cívico- militar, se alzaron voces de protesta; voces disímiles, provenientes de diferentes sectores de la sociedad.

En los medios de comunicación, surgieron con el tiempo importantes publicaciones críticas a la dictadura, tales como: el Boletín de la Vicaría de la Solidaridad y luego el Boletín del CODEPU; las revistas Análisis, Hoy, Apsi, Mensaje, Cauce, Página Abierta, Pluma y pincel, La Bicicleta; los diarios El Fortín Mapocho y La Época; las radios Balmaceda, Cooperativa y Radio Chilena.

En este contexto de coacción política, y poniendo en riesgo su propia vida y la de sus seres queridos, estas personas se volcaron al ejercicio de un periodismo que hoy se echa de menos: consecuente, intrépido, comprometido. Una misión admirable, que sin duda alguna contribuyó no sólo a denunciar la dictadura, sino también a ponerle fin. En este camino, algunos no sobrevivieron. Así ocurrió  con José Carrasco Tapia, el Pepone, asesinado en represalia por el magnicidio frustrado del tirano.

Estos comunicadores supieron sobreponerse a las condiciones más adversas. Sortearon con gran creatividad la clausura de sus medios disidentes, la prisión, la persecución política. Burlaron la censura con una sonrisa ancha, tragándose el miedo. En una oportunidad, las autoridades prohibieron la circulación de fotografías, para que no quedara registro alguno de esas imágenes de disconformidad social y represión que, de todas maneras, circulaban por el mundo entero. Como respuesta, donde iban fotografías se dejaron espacios en blanco y sobre estos extraños huecos vacíos se colocaron lecturas de grabado que hicieron más absurda la restricción y, además,  despertaron la curiosidad de los lectores[1].

Llegada la transición a la democracia, varios de estos medios, “demasiado rebeldes para los gestores del modelo económico impuesto por la dictadura[2]”, fueron desapareciendo. Los gerentes y garantes de la herencia de Pinochet utilizaron sus influencias para ahogarlos, y lo que se impuso fue una insólita libertad de expresión, que sacrifica el valor de la verdad y del pensamiento crítico en favor del mercado[3].

El caso es que, por acción u omisión, la Concertación contribuyó al término de los medios de prensa democráticos, opositores a la dictadura. Así, en el caso de Análisis y otras revistas, la embajada de Holanda ofreció una ayuda fundamental para que se consolidaran; sin embargo, esto no se concretó, pues representantes gubernamentales chilenos exigieron que esta ayuda no se materializara. Obstáculos similares a este siguieron presentándose, por lo que no resulta increíble pensar que estaba en los planes del gobierno la desaparición de los medios que habían sido opositores a Pinochet[4].

Manejando estos antecedentes, cabe preguntarse por la labor actual de los medios de prensa en la promoción y defensa de los derechos humanos, por las dificultades que en este contexto deben esquivar, por la necesidad de su existencia y su importancia a nivel social.

[1] Cárdenas, Juan Pablo. (2009). Un peligro para la sociedad. Santiago de Chile: Random House Mondadori.

[2] Esta columna fue escrita por Luis Sepúlveda en diciembre de 2007 para la edición especial de Revista Análisis 30 años.

[3] Ibíd.

[4] Portales, Felipe. La inexistencia de la democracia en Chile. Disponible en https://polis.revues.org/7493#ftn10