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Camila Moreno celebra “Mala madre”: “No quería hacer algo que no fuera excitante”

La cantautora prepara un compilado con versiones de Blops, Aterciopelados y Soda Stereo y se presenta el próximo 25 de junio en el Teatro La Cúpula para festejar el éxito de su último disco: “La recepción que tuvo fue sorprendente”, dice.

Rodrigo Alarcón

  Jueves 2 de junio 2016 18:33 hrs. 
CMM

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Este sábado 4 de junio se cumplirá exactamente un año desde la publicación de Mala madre, el cuarto disco de larga duración de Camila Moreno. Ese día, el álbum fue liberado en formato digital para ser descargado de manera gratuita y la demanda superó las expectativas. Superó, literalmente, también la capacidad del sitio en que estaba alojado: en 24 horas alcanzó más de 70 mil descargas, iniciando un recorrido que luego anotó otro hito con un recordado lanzamiento, ante un colmado Teatro Cariola.

Mala madre es un disco que ha sido escuchado, premiado y bien criticado y al que Camila Moreno le pondrá “un sello” el próximo sábado 25 de junio, con un concierto programado en el Teatro La Cúpula del Parque O’Higgins.

Paralelamente, la autora de Panal (2012) prepara un compilado con versiones que ha hecho en años anteriores para canciones de Los Blops, Aterciopelados, Soda Stereo y Fernando Ubiergo, entre otros autores, y cuyas ganancias irán para los afectados por la catástrofe ambiental en Chiloé.

“Lo de La Cúpula será una celebración de Mala madre, de lo que ha sido este año y lo que ha alcanzado el disco a nivel conceptual. Mi sensación es que logré llegar a un lugar, logré instaurar un espacio donde se logró conectar el arte, las letras, la música, el concepto global: se generó un imaginario con el disco y ese era mi objetivo”, dijo Camila Moreno en el programa Radiópolis de Radio Universidad de Chile.

“Será una celebración y un sello, más que un cierre, de un proceso de tocatas, porque después me voy a un receso de los escenarios por mi embarazo y eso es bastante indefinido, no tengo un plan a futuro sobre lo que pueda llegar a pasar. Igual Mala madre seguirá existiendo, porque tenemos planes de hacer más videoclips e incluso he llegado a pensar que puede ser un disco en que todas las canciones tengan video, es algo que me gustaría”, añadió.

“Vamos a celebrar con amigos, vamos a pasarlo bien, obviamente vamos a tocar Mala madre entero, pero también vamos a hacer canciones que están guardadas en baúles hace años. Va a ser un show más largo que el que hicimos en el Cariola, un poco más complejo y más denso. Vamos a tocar las canciones más conocidas, pero también algunos lados B. Vamos a indagar en esas cosas que a mí, al menos, me parecen más entretenidas”.

– ¿Por qué quisiste compilar estas versiones y donar las ganancias a Chiloé?

Desde ahí nació todo, desde la necesidad personal de ayudar y sin saber realmente cómo hacerlo. Se nos ocurrió compilar estos covers que estaban dando vuelta, que ya eran un número bastante considerable como para hacer un EP y no estaban en ningún lado, sonaban como canciones sueltas. Hacía sentido hacer un EP y poner el dinero que las personas paguen por él a disposición de la gente de Chiloé. Se va a distribuir en formato digital durante 30 días.

– ¿Qué relación tienes con Chiloé?

Es un lugar que he visitado muchas veces. En algún momento mi madre pensó vivir ahí, estuvimos largas temporadas con mi padre, que tiene un pedacito de tierra allá. Es un lugar que siento muy familiar y me parece que está súper desamparado. Chiloé es una isla y las autoridades no han estado presentes. Mucha gente está haciendo cosas, autogestionando ayuda, y pensé que a través de la música podíamos ayudar un poquito.

– Desde que salió Mala madre han pasado muchas cosas: miles de descargas, buenas críticas, conciertos, premios. ¿Todo eso ha cambiado tu imagen del disco?

En su concepción y producción, el disco fue un proceso súper caótico y eso ha sido un contraste con la promoción, que ha sido mucho más ordenada, pero desde que se puso para descarga y hubo 75 mil en 24 horas fue muy raro, muy inesperado, esperábamos mucho menos. De ahí en adelante todo fue así, a nivel de críticas y de premios.

La recepción que tuvo la gente fue súper sorprendente por todo este proceso caótico. La concepción fue de un disco oscuro, reflexivo, denso, crítico en el sentido de una crisis. Era un disco que vertía una crisis que yo tenía en distinto ámbitos, a nivel filosófico e íntimo. Yo soy como acumulativa, me pasa algo en mi vida de pareja, por ejemplo, y eso lo llevo a lo filosófico, a lo cultural, a lo histórico. Todas esa investigación, entender cómo la sociedad se ha articulado, entender de dónde vienen las lógicas de relaciones, incluso económicas y políticas, me llevó a investigar sobre la Inquisición, me metí en el rollo de la quema de brujas y cómo el ser humano sigue intentando aplacar un lado de su naturaleza, que tiene que ver con lo salvaje, lo incontrolable, lo subconsciente, lo que la ciencia no puede tocar. Nos basamos en una sociedad sumamente lógica y racional, nos relacionamos de ese modo, con protocolos y límites que instauró alguien que no somos nosotros, pero que nosotros seguimos…

– ¿Y te sorprendió entonces que un disco con esa carga tuviera esa recepción?

Sí, aunque cuando estaba haciendo el disco, me daba cuenta que era bueno a nivel musical y de contenidos. Hubo muchas búsquedas sonoras, fui muy porfiada en algunas cosas, como querer que algo sonara de una cierta manera aunque técnicamente no se debía hacer así.

También recibí mucha ayuda, produje el disco con Cristóbal Carvajal, Tomás Preuss y Cristián Heyne. Por ejemplo, me costó mucho cerrar la estructura de “Libres y estúpidos” y ellos se involucraron para ir probando y usar la canción como un rompecabezas. También hubo mucho ensayo y error. “Julia”, por ejemplo, podría ser una canción como “Te quise”, una balada más convencional, y yo no quería hacer esa posibilidad, todo el tiempo forzaba las cosas. No quería repetirme ni hacer algo que aludiera a una moda ni algo que no fuera excitante, que no fuera desafiante para mí, que no fuera insolente. Quería algo que me extrañara también como espectadora.

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