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Año XVI, 25 de abril de 2024


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¿Quién de nosotros levantará su voz?


Lunes 20 de junio 2016 10:05 hrs.


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El proyecto “Pedagogía para la diversidad cultural” expresa su máximo rechazo frente a los graves hechos ocurridos en la comunidad de Temucuicui la noche de 14 de junio de 2016, ocasión en  se llevó a cabo un nuevo allanamiento, con la violencia que este tipo de acciones conlleva, resultando con asfixiaun bebé de 3 meses como consecuencia del disparo de bombas lacrimógenas; también hubo personas heridasy el arresto con características de desaparición y secuestro del Lonko Victor Queipul.

Considerando que formamos parte de una institución que promueve la búsqueda de nuevos planteamientos para la educación chilena, como proyecto, nos impulsa la necesidad de pensar un paradigma que promueva la transformación de la presente  pedagogía monocultural y hegemónica por una para de la diversidad cultural en el aula y en la sociedad en su conjunto, donde coexisten mestizos, pueblos originarios e inmigrantes extranjeros. Nos declaramos sujetos emocionales y reflexivos que nos alegramos frente a los hechos de justicia y nos entristecemos profundamente frente a los atropellos de la dignidad humana, de la vulneración al derecho de protección física y emocional. Estamos atentos a lafalta de acción preventiva para la salud psicológica y física. Investigamos desde la pedagogía y día a día trabajamos por instalar una sociedad más humana, más hermanable, justa y acogedora.

Desde esta apuesta, considerando la construcción de subjetividad en la intersubjetividad de niñas y niños de comunidades de la región de La Araucanía, que crecen y se desarrollan en el miedo, nos resulta inaceptable mantenernos en silencio frente a lo que observamos. Entiéndase bien, imaginamos el pánico de escuchar gritos, disparos, bombas lacrimógenas, rotura de vidrios, patadas en las puertas, madres, padres, hermanos y hermanas heridos, llantos desesperados, corazones apretados,desesperación asfixiante. Nos parece un cuadro de horror. Pareciera ser que nos caracterizamos por ausencias de resguardos de los derechos de la infancia en cada territorio del país.

Los tiempos actuales nos instan a desechar lo que se nos enseñó (y tan bien aprendimos)en la época de la dictadura militar: el miedo y el silencio, el no opinar, porque opinar es peligroso. Sabemos que la lógica de la CNI y sus ideólogos no jubiló cuando llegó la democracia ¿dónde está? ¿en qué lugar instaló su casa para seguir viviendo en la impunidad? Preguntamos, porque aún no hemos visto un reportaje al respecto. ¿Está entre nosotros?, ¿en las comunidades de La Araucanía? Estas y otras preguntas surgen cuando nos enteramos de la existencia de grupos, a la luz de los hechos, que organizan y ejecutan secuestros, acciones de los cuales no se habla en los medios de comunicación masivos ¿debiésemos pensar en grupos paramilitares?

Sostenemos que la responsabilidad social debe ser un valor que emane de la empatía para la experiencia cotidiana de  cada ciudadano que construye en conciencia su propia sociedad día a día.  Por ello, hacemos un llamado a los responsables de la información que emerge desde los medios de comunicación masivos, a que dejen de abordar desde lo delictual el problema entre el Estado de Chile y el Pueblo Mapuche, que se elimine la estrechez de argumentos que sólo instalan la penalización de delitos, obviando el análisis del problema desde una visión más amplia, histórica y real. Esto conlleva no solo la desinformación en la ciudadanía chilena, sino también resulta ser la semilla de la decisión en ignorancia tan propia de los países que son incapaces de comprender su propia historia.

En consecuencia, expresamos nuestro rechazo absoluto a las situaciones de violencia que vienen ocurriendo desde hace mucho en el sur de Chile, hechos particularmente violentos desde hace más de una década en la zona de Ercilla.

Desde la posición de académica, estudiantes e investigadores pedagogos, y desde este pequeño rincón de la Universidad de Chile, alzamos la voz para expresar nuestra absoluta solidaridad con nuestros hermanos de la Comunidad de Temucuicui. Exigimos con fuerza y decisión a las autoridades políticas que resguarden los derechos de las niñas y niños de Chile; los hijos de Temucuicui son también nuestros hijos. En esta patria debemos caber todos, en esta patria debemos vivir todos y todas en paz, en esta patria no pueden existir los invisibilizados, los olvidados, los marginados, de manera contraria, queda al descubierto la incapacidad de la política pública de velar por el resguardo de la protección de la ciudadanía en su conjunto, y lo que es tan grave como aquello, la incapacidad de comprender que las lógicas del terror siguen presentes en el Chile actual; una nueva educación debe estar consciente de esto, sólo así la sociedad chilena trabajará por su erradicación y los males que entraña.