La cancillería chilena ha juzgado mal que ustedes no hayan coordinado la agenda con el Ministerio de Relaciones Exteriores chileno y que no se haya tratado de una visita oficial. ¿Qué respuesta puede dar frente a estas declaraciones?

– Nosotros tenemos varios tipos de visitas, con todos los países, no solo con Chile. Visita oficial, de trabajo… a veces acompañamos al Presidente en una visita de Estado. Pero nosotros no estamos privados de hacer una visita a cualquier país, solo que tenemos que comunicarlo oportunamente y nosotros hemos hecho una comunicación tal como lo establecen los protocolos internacionales. Yo podía comunicar de esta visita faltando 48 horas, pero yo no podía viajar sin comunicar a las autoridades del país, en este caso a la Cancillería, no puedo venir a Arica sin comunicar. Conocemos esto, nosotros comunicamos con cinco días de anticipación a la Cancillería de Chile. Ellos tenían conocimiento y por ello me extrañan las declaraciones de algunas autoridades. Nosotros venimos en son de amistad, de hermandad, para atender algunas quejas que nosotros hemos escuchado, tenemos la obligación de atender estos problemas que surgen a veces en el camino.

El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, el senador Jorge Pizarro, ha dicho que su visita es un show. ¿Qué podría decir respecto de esa afirmación?

– Yo no sé a qué se refiere. Venimos atendiendo una demanda de nuestros transportistas, tenemos la obligación de atender cualquier demanda que viene de nuestros movimientos sociales, nuestras organizaciones, de nuestros compatriotas. Ayer empezamos esta visita que no es privada, es pública, porque hay medios de comunicación tanto bolivianos como chilenos, hoy vamos a estar en los puertos. Ni siquiera se nos ha pasado a nosotros por la mente el hacer show. No lo necesitamos, no tenemos tiempo para hacerlo. Necesitamos trabajar junto a nuestros pueblos.

¿Qué es lo que pretenden con la visita a los puertos del norte?

– Nos vamos a reunir con los de la SPB, que son los que administran los puertos que están bajo la jurisdicción de Bolivia. Necesitamos reunirnos con ellos, cómo están funcionando; el 80 por ciento del comercio aquí es utilizado por los bolivianos. No todo está bien, hay algunos problemas queremos percatarnos personalmente de estos problemas para tomar acciones. Ese es el objetivo de la visita.

Esto se realiza en el contexto de las crecientes dificultades que ha habido en las relaciones entre Bolivia y Chile. Si uno vuelve hacia atrás, hay más frentes abiertos que hace diez años. ¿A qué atribuye que ambos Estados no hayan podido avanzar en mejorar sus relaciones?

– Posiblemente hace diez años había silencio. Incluso, complicidad. No se quería afrontar. Bolivia hoy día es otra y nosotros reclamamos, queremos respeto, queremos hermandad. Y en este marco han salido a la luz pública problemas que posiblemente antes no estaban. Ha habido silencio en muchos temas. Ha habido silencio en el Lauca, ha habido silencio en el Silala, ha habido silencio en el libre tránsito, nos hemos callado. Pero eso tiene límites. Hoy día cuando Chile cierra las puertas del diálogo bilateral, Bolivia se ve obligada a acudir a los tribunales internacionales para construir una buena vecindad. No queremos pelea, queremos integración. Ese mensaje recogí yo ayer en Arica, lo hemos recogido en Putre, lo hemos recogido del pueblo chileno. También es ese el mensaje que traemos del pueblo boliviano.

Las fuerzas políticas chilenas en general han apoyado plenamente los pasos que ha seguido nuestra Cancillería, dando a entender que esta es una posición unánime de Chile como país. ¿Cuál es la recepción que ha tenido usted como dignatario, entre la ciudadanía chilena?

– Yo he sentido amistad, no rechazo. Yo he sentido un reclamo de diálogo de nuestros pueblos. Podemos estar mejor complementados. Si nosotros pudiéramos resolver estos problemas, pienso que podríamos tener las mejores relaciones de hermandad como pueblos hermanos.