Analistas y cuenta pública del Congreso: “Que no sean sólo palabras”

Haciendo énfasis en que la cuenta pública del Congreso Nacional no sea sólo un discurso carente de contenido, expertos analizaron el informe anual del Parlamento sobre el estado de los proyectos de ley así como los ya despachados. “Lo peor que podría pasar es que haya una cuenta pública en la cual no se hiciera referencia al problema más importante que es la desconfianza de la ciudadanía”, aseguran.

Haciendo énfasis en que la cuenta pública del Congreso Nacional no sea sólo un discurso carente de contenido, expertos analizaron el informe anual del Parlamento sobre el estado de los proyectos de ley así como los ya despachados. “Lo peor que podría pasar es que haya una cuenta pública en la cual no se hiciera referencia al problema más importante que es la desconfianza de la ciudadanía”, aseguran.

En la jornada de ayer, el Congreso Nacional realizó la Cuenta Pública anual, instancia en que los presidentes de ambas cámaras realizaron un balance de la gestión parlamentaria y también centraron sus discursos en la probidad.

Tanto Ricardo Lagos Weber, presidente del Senado, como Osvaldo Andrade, presidente de la Cámara, recalcaron la necesidad de recuperar la confianza en la ciudadanía.

En este sentido, la cientista política Marcela Ríos valoró el reconocimiento de responsabilidades que hacen ambas autoridades en sus discursos, informando propuestas con el fin de revertir la percepción ciudadana sobre desconfianza y distancia de los parlamentarios.

“Hay una mirada y una actitud de receptividad respecto de la necesidad de promover cambios. Se dieron cuenta, por ejemplo, de todos los proyectos de ley en materia de probidad y transparencia que se han aprobado el último año. En general, me parece que es un ejercicio positivo que intenta acercar más al Poder Legislativo a la ciudadanía”.

La también Oficial de Programa de Gobernabilidad del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en Chile recalcó que la crisis de confianza se inicia a principios de los 90, no por el tema de la corrupción, si no que obedece a múltiples factores como es el rol de los partidos y su representatividad, además del funcionamiento del sistema democrático durante las elecciones.

Un poco más crítico de la cuenta pública parlamentaria fue el Director Ejecutivo de Ciudadano Inteligente, Pablo Collada, quien argumentó que el peligro de “autoaplaudirse” y reconocer faltas a la probidad, es que estas palabras se queden sólo en discursos y no en hechos concretos que superen la crisis de representatividad que afecta a los parlamentarios.

“Que van a haber acciones enlazadas a estas palabras de transparencia, probidad y apertura está bien sigamos trabajando en esa línea, mientras esas palabras forman parte del discurso, pero vengan acompañadas de acciones concretas de transformación, de mayor apertura, de mayor transparencia, de espacios más participativos en el Congreso yo voy a seguir estando optimista, y voy a seguir aplaudiendo ejercicios buenos. Cuando no los haya, y creo que ahí somos varias organizaciones las que vamos a estar de defender que estos términos no solamente sean palabras bonitas”.

En este sentido, la cientista política del Instituto de Asuntos Públicos (INAP) de la Universidad de Chile María Cristina Escudero indicó que el discurso tiene que dar paso a hechos concretos, tendientes a recuperar la confianza de la gente.

Sin embargo, agregó que esto no es tarea fácil, ni se logrará en un corto plazo: “Este es un problema del sistema político, no solamente del Congreso, es de los partidos, de la oposición, del Gobierno y eso tiene que ir con un cambio más profundo en el sistema político y en la forma cómo se ha estado actuando en política. Ahora, eso no pasa de un día para otro, es un proceso, es un compromiso, y en ese contexto lo peor que podría pasar es que haya una cuenta pública en la cual no se hiciera referencia al problema más importante que tiene a las instituciones políticas en plena desconfianza de la ciudadanía”.

La doctora en Ciencia Política agregó que una de las claves para superar la crisis de confianza en la política es volver a las bases programáticas de los partidos políticos, una correspondencia de lo que se dice y se hace en términos programáticos, donde la gente pueda identificarse y optar por distintas opciones.

A su juicio esto se logra “además de mejorar las relaciones entre el dinero y política, donde los mismos parlamentarios están involucrados, lo que se soluciona en parte con una renovación de los congresistas. Pero que no es a corto plazo”, advirtió.





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