Un reciente informe de Techo Chile revela que durante los últimos cinco años aumentó el número de campamentos a nivel nacional con 88 nuevos sitios. Asimismo, el número de familias que vive en estos asentamientos creció sobre el 40 por ciento durante el mismo periodo, alcanzando a las 38 mil 770 familias.
Mientras en el Ministerio de la Vivienda trabajan basados en el Mapa Social de Campamentos, la directora social de Techo Chile, Valentina Latorre, llamó a las autoridades a darle prioridad a las condiciones en las que viven estas familias puesto que, a su juicio, por factores como un empleo precario, es fácil caer en este escenario.
“38 mil familias pueden no significar tanto en una estadística, pero no tienen servicios básicos, ven sus derechos vulnerados y al final del día se ven obligadas a vivir esa situación. Apostamos a que este tema pueda estar en la agenda prioritaria del Estado. Ahora estamos con las elecciones municipales y desde los gobiernos locales también se puede hacer mucho”.
Para Valentina Latorre el problema es multidimensional, y aunque la política de cobertura de viviendas es agresiva en cuanto a cantidad de construcciones, hay que considerar otros factores que generan pobreza en una familia.
En tanto, el presidente ejecutivo de América Solidaria, Benito Baranda, afirmó que hay que identificar con claridad en qué lugares han crecido la cantidad de familias en campamentos y las razones de esta realidad.
En ese sentido, precisó que en el norte, específicamente en Antofagasta donde el número de familias que habitan en estas precarias condiciones hoy sobrepasan las 6 mil, cuando en 2011 figuraba con solo mil personas, se evidencia la baja disponibilidad de suelo para construir proyectos habitacionales, además de problemas con el otorgamiento de recursos estatales.
“Tenemos una dificultad en el sistema de postulación que tuvo el gobierno pasado, donde los subsidios que se entregaron no estaban vinculados a proyectos ya aprobados. Entonces se entregaron muchos subsidios sin tener la posibilidad de construir esas viviendas”.
Baranda añadió que las condiciones de pobreza también han variado desde inicios de los años 90. Según el psicólogo, muchas personas pueden llevar alimento a sus familias y también son parte de la red de atención de salud y educacional, pero su derecho a la vivienda está al debe.
En definitiva, el representante de América Solidaria apostó por la creación de una política de vivienda adaptada a los territorios y con un enfoque de radicación más que de erradicación.
El presidente de la Comisión de Vivienda de la Cámara de Diputados, (PR) Carlos Abel Jarpa, explicó el fenómeno con el ingreso de población migrante y la disminución de personas por casa.
“El promedio de personas era de cuatro por casa y hoy es tres por casa, esto ha hecho que mayor cantidad de familias estén postulando a viviendas. De 17 millones de habitantes, si tenemos cuatro por habitante serán 4 millones 250 mil viviendas pero si tenemos tres, se aumenta a 5 millones 600 mil. Esto explica en parte el aumento que hay en los campamentos”.
El parlamentario concluyó que el problema de los campamentos no se terminará debido a las mayores necesidades de viviendas, por lo que para él la solución al conflicto habitacional está en la mejor coordinación entre el Ministerio de Vivienda, Bienes Nacionales y la Subsecretaria de Desarrollo Regional y Administrativo.