Fernando Pairican: “La propuesta del mundo indígena es de un nuevo tipo de sociedad”
El historiador, autor del libro “Malon, la rebelión del pueblo Mapuche” se refirió a la conmemoración del 12 de octubre y destacó las propuestas que han levantado los pueblos originarios desde la década del 90 a la fecha. Agregó que la demanda de reconocimiento por parte del Estado y aseguró que se trata de un “punto de llegada, pero no de término”.
Miércoles 12 de octubre 2016 13:26 hrs.
“Para la memoria histórica es bueno no invisibilizar la historia de desgarro y de propuestas políticas que tienen los movimientos indígenas en la actualidad”, afirmó en conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, el historiador Fernando Pairican acerca de la conmemoración de un nuevo 12 de octubre.
Esta fecha recibe diferentes acepciones en los países de Latinoamérica, mientras en algunos es llamado “Día de la raza” o “Encuentro de dos mundos”, en otros es conocido como el “Día de la resistencia indígena”, recordando la oposición que hubo por parte de los pueblos originarios de América a la expansión imperialista del reino de España.
Pairican agregó que “el año 1992 fue un hito en cuanto a que propició un proceso de reflexión del mundo indígena respecto de su pasado, presente y futuro, el cual permitió establecer las bases de los diferentes procesos reivindicativos que se han dado en América”.
Respecto de la decisión de algunos gobiernos Latinoamericanos de retirar cualquier alusión festiva de esta fecha, algo que no se ha visto en Chile, Pairican afirmó que eso se debe “a que buena parte de la población chilena se siente heredera de la cultura hispana”
En ese sentido apuntó a que debe existir una política de Estado respecto de terminar con la segregación de los pueblos originarios “esto no pasa por sacar estatuas o cambiar nombres de calles, pasa por políticas públicas que permitan cambiar la realidad de los pueblos originarios”.
Respecto de que exista un reconocimiento constitucional del Estado a los Pueblos Indígenas, el historiador afirmó que “es un punto de llegada de algo que todavía se está esperando pero para nada es un punto final” y agregó que “hoy los pueblos están planteando la autodeterminación y la autonomía, otros tipos de derechos universales”.
Pairican se refirió además al cambio que han experimentado los pueblos originarios respecto de su identidad como indígenas “películas como Pocahontas son un ejemplo de la mirada que se intentó imponer desde el norte, como el romance del encuentro de dos mundos, pero la realidad no es así, hay una sociedad de desgarro, racismo y que a pesar de vivir eso, las sociedades indígenas resistieron y comenzaron a presentar propuestas”.
El autor del libro “Malon, la rebelión del movimiento Mapuche”, finalizó señalando que el mensaje que entregan los pueblos indígenas es que “saquear los recursos naturales, como se ha hecho hasta hoy, es inviable y si bien no hay un consenso respecto del equilibrio entre desarrollo y extractivismo, si hay unanimidad respecto de la noción del buen vivir y de la necesidad de decrecer el consumo”.
“Para la memoria histórica es bueno no invisibilizar la historia de desgarro y de propuestas políticas que tienen los movimientos indígenas en la actualidad”, afirmó en conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, el historiador Fernando Pairican acerca de la conmemoración de un nuevo 12 de octubre.
Esta fecha recibe diferentes acepciones en los países de Latinoamérica, mientras en algunos es llamado “Día de la raza” o “Encuentro de dos mundos”, en otros es conocido como el “Día de la resistencia indígena”, recordando la oposición que hubo por parte de los pueblos originarios de América a la expansión imperialista del reino de España.
Pairican agregó que “el año 1992 fue un hito en cuanto a que propició un proceso de reflexión del mundo indígena respecto de su pasado, presente y futuro, el cual permitió establecer las bases de los diferentes procesos reivindicativos que se han dado en América”.
Respecto de la decisión de algunos gobiernos Latinoamericanos de retirar cualquier alusión festiva de esta fecha, algo que no se ha visto en Chile, Pairican afirmó que eso se debe “a que buena parte de la población chilena se siente heredera de la cultura hispana”
En ese sentido apuntó a que debe existir una política de Estado respecto de terminar con la segregación de los pueblos originarios “esto no pasa por sacar estatuas o cambiar nombres de calles, pasa por políticas públicas que permitan cambiar la realidad de los pueblos originarios”.
Respecto de que exista un reconocimiento constitucional del Estado a los Pueblos Indígenas, el historiador afirmó que “es un punto de llegada de algo que todavía se está esperando pero para nada es un punto final” y agregó que “hoy los pueblos están planteando la autodeterminación y la autonomía, otros tipos de derechos universales”.
Pairican se refirió además al cambio que han experimentado los pueblos originarios respecto de su identidad como indígenas “películas como Pocahontas son un ejemplo de la mirada que se intentó imponer desde el norte, como el romance del encuentro de dos mundos, pero la realidad no es así, hay una sociedad de desgarro, racismo y que a pesar de vivir eso, las sociedades indígenas resistieron y comenzaron a presentar propuestas”.
El autor del libro “Malon, la rebelión del movimiento Mapuche”, finalizó señalando que el mensaje que entregan los pueblos indígenas es que “saquear los recursos naturales, como se ha hecho hasta hoy, es inviable y si bien no hay un consenso respecto del equilibrio entre desarrollo y extractivismo, si hay unanimidad respecto de la noción del buen vivir y de la necesidad de decrecer el consumo”.
“Para la memoria histórica es bueno no invisibilizar la historia de desgarro y de propuestas políticas que tienen los movimientos indígenas en la actualidad”, afirmó en conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, el historiador Fernando Pairican acerca de la conmemoración de un nuevo 12 de octubre.
Esta fecha recibe diferentes acepciones en los países de Latinoamérica, mientras en algunos es llamado “Día de la raza” o “Encuentro de dos mundos”, en otros es conocido como el “Día de la resistencia indígena”, recordando la oposición que hubo por parte de los pueblos originarios de América a la expansión imperialista del reino de España.
Pairican agregó que “el año 1992 fue un hito en cuanto a que propició un proceso de reflexión del mundo indígena respecto de su pasado, presente y futuro, el cual permitió establecer las bases de los diferentes procesos reivindicativos que se han dado en América”.
Respecto de la decisión de algunos gobiernos Latinoamericanos de retirar cualquier alusión festiva de esta fecha, algo que no se ha visto en Chile, Pairican afirmó que eso se debe “a que buena parte de la población chilena se siente heredera de la cultura hispana”
En ese sentido apuntó a que debe existir una política de Estado respecto de terminar con la segregación de los pueblos originarios “esto no pasa por sacar estatuas o cambiar nombres de calles, pasa por políticas públicas que permitan cambiar la realidad de los pueblos originarios”.
Respecto de que exista un reconocimiento constitucional del Estado a los Pueblos Indígenas, el historiador afirmó que “es un punto de llegada de algo que todavía se está esperando pero para nada es un punto final” y agregó que “hoy los pueblos están planteando la autodeterminación y la autonomía, otros tipos de derechos universales”.
Pairican se refirió además al cambio que han experimentado los pueblos originarios respecto de su identidad como indígenas “películas como Pocahontas son un ejemplo de la mirada que se intentó imponer desde el norte, como el romance del encuentro de dos mundos, pero la realidad no es así, hay una sociedad de desgarro, racismo y que a pesar de vivir eso, las sociedades indígenas resistieron y comenzaron a presentar propuestas”.
El autor del libro “Malon, la rebelión del movimiento Mapuche”, finalizó señalando que el mensaje que entregan los pueblos indígenas es que “saquear los recursos naturales, como se ha hecho hasta hoy, es inviable y si bien no hay un consenso respecto del equilibrio entre desarrollo y extractivismo, si hay unanimidad respecto de la noción del buen vivir y de la necesidad de decrecer el consumo”.
