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Año XVI, 24 de abril de 2024


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Tarea para la casa al Senado


Jueves 13 de octubre 2016 16:48 hrs.


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Señor Director:

Durante la jornada de hoy, el Senado ha aprobado en general el proyecto que busca limitar el envío de tareas escolares, es decir; los/as profesores/as verán limitadas sus opciones de enviar experiencias de aprendizajes a sus estudiantes para el hogar.

El argumento principal con que se podría defender esta medida es que los niños y niñas pasan gran parte del día en sus escuelas y que por lo tanto, deberían realizar todas las actividades en el colegio y no llevar más para la casa.

Viéndolo desde esa perspectiva, quienes somos apoderados deberíamos estar felices: Menos maquetas, carpetas, preparar papelógrafos o estudiar una materia para después enseñarla tras la jornada laboral o los fines de semana.

Sin embargo, no solo soy apoderado: Soy profesor, y trabajo con muchos/as.

En primer lugar, y desde el mí rol como profesor, creo que esta ley es una bofetada más a nuestro gremio: Nos están viendo como meros repetidores de contenido que lo recitan frente a una audiencia y, por lo mismo, debemos hacerlo bien sólo en horario de clases. Olvidaron los legisladores que en el siglo XXI, es imprescindible que nuestros estudiantes desarrollen la autonomía en sus aprendizajes, es decir; que nuestros/as estudiantes se comprometan con querer aprender ¿Cómo se logra esto? Ahí cambia la figura del/la profesor/a: Simplemente debe mediar, motivar, incluir a todos/as sus estudiantes para que aprendan y principalmente desafiarlos. Existiendo esto, se logra el compromiso y habiendo compromiso todo espacio contextual que rodee a nuestros estudiantes es propicio para el aprendizaje y ellos lo verán así: Escuela, barrio, hogar, comuna, etc. Y lo va a querer conocer (con todo lo que implica conocer) y transformar. Reducir el espacio de aprendizaje solo a la escuela es negar que todo lo que nos rodea nos educa (con o sin intención).

En segundo lugar, la discusión nos desafía a qué tipo de tareas debemos consensuar con nuestros/as estudiantes: Claramente estas deben ser motivantes, pertinentes al contexto y que generen aprendizajes significativos. Este punto no está en cuestión ¿Quién se agobia con lo que le motiva? Desde lo más profundo, no creo en la flojera de mis estudiantes, sí en la desmotivación, y motivarlos pasa primeramente por el cariño y en segundo lugar por planificar experiencias de aprendizaje con rigor técnico, inclusivas y que se conecten con sus experiencias de vida de manera íntegra.

Los argumentos de los Senadores es que nuestros/as estudiantes están agobiados y que esto implicaría más agobio:

Lo que agobia a los niños y niñas es la mala alimentación que dan los colegios (privatizadas, por lo demás), los agobia ser sometidos a un currículum descontextualizado, los agobia la concepción de evaluación para la calificación, los agobia tantas horas de asignaturas en las que si se obtienen malos resultados en el colegio, éste queda desprestigiado frente a la sociedad. Una tarea significativa no agobia, al contrario: Compromete con el aprendizaje.

Pero para el Senado, aprender es agobiante. Tarea para la casa: Recapaciten.

Leonardo Aguiló Acevedo.

Profesor de Historia y Geografía.

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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