Los caminos hacia La Moneda comienzan a trazarse para la Democracia Cristiana (DC). Un partido que desde fines del siglo pasado no ha logrado instalar a un militante en el sillón presidencial, hoy se introduce en una discusión que busca cerrar esta sequía.
Desde la colectividad han manifestado que será en enero cuando se conozca el nombre que la Falange apoyará para la próxima contienda presidencial, además de la decisión de participar en las primarias de la Nueva Mayoría.
Pero para la Democracia Cristiana, el caso no pasa sólo por instalar un nombre. Existe consenso dentro del partido que no es posible aspirar a nada sin una visión de país que permita posicionarlos nuevamente en una arena caliente, donde no ha sido fácil, incluso para el actual Gobierno, moverse.
Al menos, eso es lo que plantea el Jefe de Bancada de la DC y diputado Fuad Chahín, quien mencionó que el partido tomó la decisión política de, en primer lugar, formular una propuesta de Gobierno de aquí a diciembre. “Luego vamos a elegir un candidato que esté con la convicción de poder respaldar esas ideas y defenderlas con mucha claridad”, agregó el parlamentario.
Una tarea que resulta crucial para los destinos de la Falange y su objetivo de mantenerse en el Gobierno después de 2017, ojalá con posesión de la banda presidencial. Al menos, así lo estima el histórico demócrata cristiano, ex parlamentario y expresidente de la colectividad, Ricardo Hormazábal.
El ex senador planteó que no es posible hablar todavía de nombres, porque la prioridad debe estar puesta en recomponer las confianzas con la ciudadanía mediante el programa que plantee el partido.
“Lo que el país requiere son propuestas. Hace mucho tiempo que ya que sólo se conocen nombres de personas que no son capaces de entregar una propuesta específica para el desarrollo del país. La DC ha planteado una tesis que a mi juicio es correcta”.
Ricardo Hormazábal planteó que “Lo que necesitamos es tener una propuesta de país concreta para las aspiraciones de la gente, luego establecer las alianzas indispensables que se requieren (…) y en tercer lugar, los nombres”. Hizo hincapié que no servía de nada pensar en nombres si no se logra una mayoría parlamentaria que dé un impulso a las ideas de Gobierno, ni tampoco que no exista cohesión entre los congresistas y el Ejecutivo, como lo que se ha visto últimamente.
El ex parlamentario expresó que son estas cosas, las que precisamente hacen que las personas pierdan la confianza en la labor gubernamental y que es menester por parte de la DC enfrentar en una nueva contienda presidencial.
“Cuando el 70 por ciento más de los chilenos no vota ni por los partidos tradicionales de la izquierda o la derecha, y no apoya incluso a los partidos emergentes, quiere decir que todos esos líderes políticos que andan promoviendo nombres están equivocados, no están en sintonía”. Apuntó a la débil definición de los políticos con temas contingentes como muestra fehaciente de la poca empatía entre la clase política y los ciudadanos, como las elecciones municipales, o el desacuerdo en el debate sobre el reajuste al sector público.
Un desapego que, sin embargo, no golpearía de forma directa a algunos rostros de la Falange. Si bien, la carrera presidencial interna ya cuenta con voluntarios, como Ignacio Walker, o nombres que se erigen como alternativas dado su rol o su historia, como Carolina Goic, Ximena Rincón o Claudio Orrego, se suma a este grupo una opción latente desde su salida de la Intendencia de la Araucanía: Francisco Huenchumilla.
El momento de Huenchumilla
Para el ex alcalde de Temuco, la idea no le parece descabellada. Mantiene un discurso disciplinado, expresando que es una determinación que tomará el partido en su momento y coincide con la idea de que es necesario en primer término aclarar cuál es el país que la DC quiere construir en el corto plazo.
“Lo lógico es que le ofrezcan a la ciudadanía un conjunto de ideas respecto a qué es lo que quieren hacer en la conducción del Estado. Y eso solamente se va a traducir en un conjunto de objetivos políticos y un programa a desarrollar. Y de esa manera la gente formarse una opinión de cuál es la visión de la DC respecto a los problemas del país y qué solución ofrece y cuál es la idea de país que tiene la DC”.
Sin embargo, consciente del trabajo previo necesario, Francisco Huenchumilla confirmó que se encuentra a la disposición del partido, si le es ofrecido el desafío. Aunque se pronuncia como enemigo de las autoproclamaciones, lo cierto es que el respaldo que fue objeto una vez que fue removido del Gobierno ha devenido en ánimos de apoyo para una aventura presidencial.
“Ha habido dirigentes políticos, parlamentarios de distintos ámbitos que me han hablado de esta posibilidad y que me han dicho ‘por qué no eres candidato’. Yo les he señalado que una candidatura presidencial es una tremenda responsabilidad, que debe tener un diseño institucional, un apoyo partidario. Por lo tanto no creo en las autoproclamaciones o los saltos al vacío”.
Sin ir más lejos, el ex intendente también maneja la posibilidad de postular al Senado, si no es considerado para la carrera presidencial. Aunque asegura que no es todavía una decisión tomada.
La disponibilidad de Huenchumilla remite inmediatamente al sello de su desempeño en la Intendencia de la Araucanía, donde marcó diferencias respecto a las políticas de Gobierno y que le generó diversos impasses que terminaron con una “renuncia” forzada.
Una línea diferenciadora que podría desmarcarse del estilo de los DC de la primera línea o quienes aún continúan en el Gobierno. Por lo pronto, no sería una persona que despierte de inmediato las pasiones de sus camaradas. Sin embargo, le reconocen su trayectoria, como por ejemplo, lo hizo el diputado Fuad Chahín.
“Me parece bien que existan figuras disponibles para asumir una candidatura presidencial, Francisco Huenchumilla ha tenido bastante experiencia, ha ocupado muchos cargos importantes en el Estado”, dice el jefe de bancada DC.
Fuad Chahín asegura que el escenario aún está abierto y que no hay que descartar a nadie, pero que primero hay que participar del proceso de elaboración de las ideas.
La carta de Huenchumilla podría ser la opción cercana a la ciudadanía si se considera el contexto de desencantamiento por el que pasa la clase política. Una opción que podría ponerse en riesgo en cualquier caso, si no se repara la legitimidad del partido, o de su coalición; elemento importante que estiman el mismo ex intendente y sus camaradas para instalarse en la disputa.
Ricardo Hormazábal graficó el perfil al que es necesario apuntar.
“Tenemos que buscar una figura con todos los elementos negativos del pasado. Un corresponsable de esta falta de ética, de respaldo de este modelo económico neoliberal no puede ser la alternativa para Chile. Segundo, esa figura tiene que concitar apoyo más allá de los partidos. A mí me gustaría que fuera una figura de la DC, pero con el 12 por ciento de los votos no le puede imponer un candidato a nadie. Y ningún partido en Chile está en condiciones de hacer lo propio”.
Así las cosas, en esta nueva irrupción se vuelve protagonista una vez más la “indisciplina” de Huenchumilla que en un instante marcó su salida del Gobierno. Pero que esta vez, se convirtió en un capital político que podría dar paso a un nombre que desconcierta a los tradicionales y que se erige como una nueva carta que podría cambiar los destinos de una alicaída Democracia Cristiana.