Según el último informe de la encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional, Casen, en Chile viven 465 mil extranjeros, lo que equivale al 2,7 por ciento de la población nacional. Un 33 por ciento de ellos, vive en situación de pobreza.
En el norte se encuentra el mayor porcentaje de inmigrantes, ahí también habitan los más pobres: un 15, 7 por ciento es vulnerable económicamente. Estos índices vienen a ratificar estudios como el la Fundación Techo Chile, respecto del crecimiento sustantivo que han tenido los campamentos al interior de ciudades como Arica, Iquique y Antofagasta.
Según la fundación durante los últimos cinco años aumentó en un 41,6 por ciento el número de familias que vive en campamentos. En el periodo surgieron 88 nuevos asentamientos, especialmente en las regiones del norte del país, y que hoy unas 38.770 familias no poseen acceso a una vivienda ni servicios básicos.
El ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza, informó que en cooperación con el sector privado se trabaja en dar una solución al problema. Una de las principales urgencias es mejorar la habitabilidad y la adscripción a un sistema de salud. En ese sentido, reconoció que “se deben establecer mecanismos para que el país pueda acoger y dar oportunidades a los más vulnerables”.
Previo a la información de Casen, no existían cifras oficiales sobre población extranjera, por eso la Académica del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Arturo Prat de la ciudad de Iquique, Nanette Liberona, criticó al Gobierno por no tener un catastro de la cantidad de familias extranjeras que viven actualmente en campamentos.
La experta en temas migratorios trabaja en asentamientos del sector Alto Hospicio, por lo que conoce cuáles son las principales dificultades para las cerca de 1600 personas que allí habitan: hacinamiento y las precarias condiciones sanitarias son las urgencias de los inmigrantes del norte.
“Es muy preocupante, especialmente en el ámbito sanitario, constatando niños con problemas estomacales e infecciones a la piel, además de depresión por lo apartado de los lugares, ellos residen en lugares donde se emplazan basurales. Hace falta que el Estado se haga cargo del tema de vivienda y por ejemplo, yo me he estado comunicando con la Seremi de Salud y por más que están informados de la situación, no han hecho nada”.
Más educados que los chilenos
Según Casen, los migrantes que llegan a Chile tienen, en promedio, un año y medio más de escolaridad que los nacionales. Incluso, quienes habitan en campamentos, poseen estudios completos. Así lo confirmó Nanette Liberona
Sin embargo, y pese a que un 57 por ciento de los inmigrantes residentes en el país tiene un grado de instrucción mayor, su trabajo actual no corresponde a lo que realizan laboralmente en Chile.
Al respecto, Eduardo Cardoza, secretario Ejecutivo del Movimiento Acción Migrante puntualizó que la actual legislación genera elementos de irregularidad e informalidad. Por ello, añadió que se debe avanzar en facilitar el acceso a la formalidad y, de esa manera, accedan a trabajos regulares, en labores que ellos tiene conocimiento.
Según la información oficial e independiente de su formación previa, los extranjeros principalmente trabajan en el sector del comercio.