Economistas de diferentes instituciones se refirieron a las proyecciones económicas del año 2017 dadas a conocer preliminarmente por el Banco Central y las repercusiones que tendrán en el bolsillo de los chilenos.
El sobreendeudamiento de las grandes empresas, el alza en el precio del petróleo, los índices de desempleo y las presiones inflacionarias son algunos de los factores que analizan los expertos y que indudablemente afectarán a la población.
Una de las proyecciones más alarmantes es la que hace el economista del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo, Cenda, Manuel Riesco, quien indicó que al existir una contracción en la actividad productiva, la precariedad del empleo y los bajos ingresos serán uno de los problemas que más perjudicará al ciudadano común, además de la volatilidad de los mercados internacionales donde no se descarta que los fondos de pensiones sigan cayendo en rentabilidad.
“En resumen en todo esto es que el Fondo E es el más seguro, pero no se garantiza que no vuelva a bajar. Ninguna de las inversiones financieras es una garantía de crecimiento, el fondo total de pensiones no ha crecido prácticamente nada desde el año 2007 cuando detonó la crisis, y tampoco que pueda evitar pérdidas. Por eso hay que cambiar el sistema de pensiones en uno que no esté basado en esta ruleta de los mercados financieros, sino que en el reparto”, destacó.
No muy distante de esta apreciación, fue la que expresó el académico de la Facultad de Economía de la Universidad de Santiago, Víctor Salas.
Para el docente, las expectativas en el mercado doméstico son bastante negativas. En tema de empleo no habrá grandes modificaciones, salvo por el factor estacional, los salarios se estancarán y el empleo por cuenta propia seguirá incrementándose, lo que afectará el consumo y a la vez el endeudamiento aumentará notablemente.
“Si el dólar crece vamos a tener presiones inflacionarias y yo siempre hago incapié en eso que uno cree que lo que está comprando son automóviles y equipos electrónicos, pero sabe lo que estamos comprando, comida, trigo, leche, arroz, en fin, todos los productos que consumimos diariamente están en una alta proporción no producidos en Chile, sino que importados y entonces ahí podría haber un traspaso de mayor del tipo de cambio, lo que crearía presiones inflacionarias”, subrayó.
Por su parte, el académico de la Universidad de Chile Alejandro Alarcón, se refirió al incremento en el precio de las viviendas y departamentos durante este año, lo que ha provocado la contracción en la demanda de este sector de la construcción.
El efecto de sobre valor que se reflejó este año, desencadenaría el 2017 una baja en los precios, principalmente debido al aumento en el stock.
“Esto es pegarnos un tiro en los pies, porque la economía ha mantenido una tasa de desempleo razonable para la brusca desaceleración que ha tenido, no sólo este año también el 2015 donde creció cerca del 2%, porque ha crecido mucho el empleo por cuenta propia, que no tiene protección, son muy volátiles y que tiene una compensación más baja, es un tercio de los otros. Mientras el empleo por cuenta propia crece, el empleo asalariado está absolutamente estancado, por eso yo no creo que vayan a cambiar las condiciones”, detalló.
En diferentes materias que afectan a la economía doméstica, los expertos no ven mayores cambios para este próximo año. Sí en materia macroeconómica podría haber una modificación positiva, dependiendo de China y como continúa incrementando su demanda.
De todas formas, cabe esperar los efectos especialmente en países latinoamericanos debido a las anunciadas barreras arancelarias que impondrá la nueva administración de Donald Trump.