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Dirigente de población Felipe Camiroaga acusa falta de voluntad política de las autoridades

Luego de los incendios de este fin de semana que se desarrollaron en la Ruta las Palmas de Viña del Mar, Miguel Torres, dirigente del campamento Felipe Camiroaga, señaló que la geografía que les rodea dificulta las labores de bomberos y denunció falta de voluntad para conseguir una solución definitiva sobre la electrificación del lugar.

P. López y K. Palma

  Lunes 13 de marzo 2017 13:07 hrs. 
incendio

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Onemi mantiene alerta roja para la provincia de Valparaíso por los incendios que se desarrollaron durante el fin de semana en la Ruta las Palmas de Viña del Mar. Las autoridades han reportado más de seis mil evacuados, 16 casas consumidas y cerca de 400 hectáreas quemadas.

En conversación con Radio Universidad de Chile, Miguel Torres, dirigente del campamento Felipe Camiroaga, una de las zonas afectadas por los incendios, señaló que en el lugar existen siete casas destruidas completamente y que actualmente están canalizando la ayuda para las familias afectadas. “Ayer fue un día de terror. Nosotros empezamos a trabajar con alrededor de 50 vecinos desde las 14:30 horas, junto a Conaf. Lamentablemente, el fuego se disparó hacia un lado que nunca lo pensamos, se fue al fondo de una quebrada y comprometió siete casas del campamento”.

“Anoche los vecinos estuvimos en una vigilia, junto a fuerzas especiales de carabineros, por la reactivación de varios focos que hubo. Trabajamos hasta aproximadamente las cinco de la mañana, apagando estos focos. Hoy la situación amaneció mucho mejor principalmente gracias al clima. La gente está más tranquila”, agregó Torres.

El dirigente comentó que, como vecinos, ya se encuentran gestionando viviendas de emergencia para las familias afectadas. Además, explicó que el buen clima que han tenido durante la mañana ha permitido terminar de extinguir los focos que se encuentran cerca de la localidad.

Según Torres, la geografía del entorno dificulta las labores de Conaf y de bomberos, ya que existen quebradas profundas y grandes pendientes que impiden el arribo inmediato de los dispositivos de emergencia. “En un momento, cuando estábamos haciendo corta fuego, tuvimos que salir arrancando porque las llamas casi nos atrapan. Con el cambio de los vientos esto es sumamente inestable. Pudieron haber reacciones más rápidas, pero había una parte del camino del campamento que estaba obstaculizado.”

Respecto de la situación actual del campamento y las demandas que plantearon como colectividad, Torres señaló que después del 20 de este mes esperan reunirse con el Intendente, los dueños de los predios privados, Conafe y el municipio, para ver la posibilidad de generar una solución electrificación definitiva. “Como se ha sabido, se está trabajando en un proyecto con un empresario y también con Serviu.  Esperamos que esto se concrete de aquí a tres o cuatro años”.

El dirigente agregó que el retraso en la entrega de una solución definitiva sobre el tema de la electricidad pasa principalmente por falta de voluntad, tanto de las autoridades como de los privados, quienes se han negado a autorizar una aportación provisoria por temas de seguridad.

Los desafíos que plantea la reconstrucción

Un aspecto poco abordado respecto a desastres como los incendios, es la parte emotiva de las personas que pasan por estas situaciones y luego deben iniciar un proceso de reconstrucción.

Luis Campos, académico de la Universidad de Chile, trabaja en un proyecto de investigación sobre los incendios de Valparaíso ocurridos durante el 2014, que busca evidenciar la dimensión espacial de la experiencia sufrida e intenta mostrar la relación que existe entre los sentimientos de las personas y el territorio.

Campos explica que el contexto social de los siete cerros afectados durante el 2014, es principalmente precario, aunque existen algunas zonas más consolidadas, y agrega que es importante que las autoridades consideren las reflexiones de los vecinos al momento de tomar decisiones en materia de reconstrucción.

“Muchas veces se aplican recetas  que están pre establecidas  para resolver los problemas y no se considera que estas personas, por el solo hecho de vivir en el lugar, tienen un conocimiento, una forma de arraigo y un modo de apropiación del territorio que debe ser tomado en cuenta. Eso la política pública lo sabe hace mucho rato y, sin embargo, sigue operando como si los habitantes no existieran o fueran un poco limitados en sus competencias. Los residentes tienen capacidades, tienen competencias y pueden opinar e intervenir sobre lo que les afecta, de manera tan pertinente como los expertos”, señaló el académico.

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