Mientras el proyecto que crea el Sistema Nacional de Educación Pública se discute en el Congreso, los jóvenes agrupados en la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) eligieron a su nueva vocera. Se trata de Sara Robles, alumna de cuarto medio del Liceo Siete de Providencia, miembro de la ACES hace dos años y ex vicepresidenta del Centro de Estudiantes de su establecimiento.
En entrevista con Radio y Diario Universidad de Chile, la joven de 17 años criticó las reformas que se discuten en el parlamento, tomó distancia del contexto electoral y enfatizó en que lo más importante para el movimiento radica en comunicar a la ciudadanía que los cambios demandados están lejos de concretarse. Además, hizo un llamado a movilizarse este 11 de abril en la primera marcha estudiantil del año.
¿Cuál es el eje de las demandas para este año?
Nosotros como Asamblea estamos en un proceso de rearticulación de nuestra propuesta educativa, la cual se actualizó por última vez el 2013. En la última asamblea metropolitana decidimos hacer una reprogramación de todos los puntos que teníamos y ver que nos falta. Creemos que hay demandas súper importantes que hoy están fuera, como por ejemplo, la educación no sexista y algunos puntos que tienen que ver con el financiamiento.
¿Cuáles serían estos puntos sobre financiamientos?
La última actualización de nuestro petitorio plantea el fin al financiamiento vía vóucher, pero no incluye la propuesta que discutimos el año pasado, la cual busca que el aporte sea basal, regular, con el mismo monto durante todo el año y por estudiante sin contar asistencia. Nosotros creemos que es necesario especificar cómo queremos que se aplique nuestra propuesta para que no quede nada en el aire.
¿Qué expectativas tienen como ACES este año?
Una de las discusiones más importante que dimos en la Asamblea Nacional es que seguimos en el limbo: la educación se mantendrá en el mismo estado a pesar de todas las reformas, que para nosotros no responden ni a la propuesta ni las demandas que hemos levantado como Asamblea y como movimiento estudiantil en general. En ese sentido, lo que nos parece más importante este año es dejarle claro a la sociedad que esta Reforma no viene a solucionar nada. Eso parece estar un poco en la nebulosa, porque mucha gente pregunta por qué nos seguimos movilizando si hay una ley que se está tramitando. Por otro lado, estamos conscientes de que hoy la disputa se centra principalmente en los liceos emblemáticos, por lo que la idea es acercar a compañeros que pertenecen a colegios más alejados del centro.
Otra de las proyecciones que tenemos como Asamblea es ser partícipe de otros movimientos sociales, como el movimiento No+AFP o el Ni una menos. Nosotros no solo apoyamos a estas organizaciones, sino también creemos que como estudiantes secundarios tenemos que atender a esos conflictos.
¿Cómo evalúan el desempeño que ha tenido este gobierno en educación?
Una de las grandes premisas de la Nueva Mayoría era crear una nueva educación pública. Nuestra crítica se centra en eso, en el hecho que no cumplieron la expectativa por la cual se transformaron en gobierno. Da impotencia pensar que se tomaron nuestras consignas, se agarraron de los lienzos y al final no hicieron nada de lo que nosotros planteamos. Ellos no entendieron cuál era la esencia de lo que queríamos cambiar. A diferencia de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (Cones), nosotros no buscamos profundizar en esta Reforma.
¿Qué estrategias tendrán para posicionar estas problemáticas en la opinión pública?
Lo que nos interesa es mostrarle al ciudadano, a la persona que está en la casa, qué es lo que está pasando actualmente y que se entiendan nuestras propuestas. En términos de calendarización estamos retrasados como asamblea, porque estamos en un proceso de articulación. Por el momento consideramos que es importante sumarse a las marchas y dar cuenta de esta otra parte del movimiento, la que no busca incidir en la reforma porque quiere cambios reales en términos educativos.
¿Cómo esperan llevar estos cambios a La Moneda y al Congreso para que sean realmente efectivos?
Una de las cosas que nosotros hemos dicho como ACES es que esa no es la vía, no es momento de volver a pedirle por favor a los parlamentarios que legislen en defensa de las comunidades educativas. Ese no es el método, ellos ya nos defraudaron. Creemos que los procesos de cambio se deben dar dentro de las comunidades, organizándonos y articulándonos entre los distintos estamentos.
¿Cómo se hace ese trabajo de ir generando el cambio desde las comunidades?
En nuestra propuesta nosotros decimos que se debe profundizar en la democratización que existe dentro de los establecimientos. El primer cambio es ser estudiantes activos para comenzar a establecer relaciones con otros estamentos y generar espacios de confluencia, donde como comunidad no solo hagamos la crítica a la Reforma, sino al sistema en su conjunto. Todavía hay colegios que cuentan con Consejos Escolares Resolutivos y esas son instancias en las que se puede llegar a acuerdo generales. Es complicado porque esto no pasa en muchas comunidades, pero es el primer paso.
¿Cómo será la vinculación con la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) y la Cones?
Como Asamblea hemos discutido cómo nos vamos a ir articulando con los universitarios y ya hemos hablado con la Confech sobre actividades que podemos realizar en conjunto, por ejemplo recientemente participamos es una actividad que se hizo en Baquedano, donde pudimos hacer nuevamente la convocatoria a la marcha de este 11 de abril. Por otro lado, desde la Cones se plantea un discurso totalmente distante de lo que nosotros proyectamos como ACES. Lo que más nos diferencia es que ellos buscan incidir en la Reforma.
¿Qué reflexiones han tenido respecto de los paros y las tomas de establecimientos? ¿Continuarán con esa estrategia durante este año?
Es cierto que en algunos momentos como método de presión no han sido funcionales. Sin embargo, para nosotros el paro o la toma, no solo cumple este objetivo, sino también tiene un significado para la comunidad que decide organizarse. Estas instancias también permiten que las comunidades sean capaces de organizarse, conversar y solucionar sus conflictos, por eso nosotros no descartamos este tipo de movilizaciones.
Este es un año de elecciones, ¿ustedes esperan algo de este proceso o se mantendrán distantes?
Nunca hemos respaldado a un candidato porque creemos que el movimiento estudiantil no los tiene. Conocemos el diagnóstico de la crisis institucional, de representatividad y de legitimidad que existe actualmente y sabemos que los cambios que esperamos no se harán a través del Ejecutivo.
Si el candidato fuese propuesto desde un movimiento social, ¿ustedes también se restarían de esa candidatura?
No hemos tenido esa discusión dentro de la Asamblea. De todos modos, creemos que independiente del representante, el problema es que las instituciones tienen un conflicto y en Chile los organismos no han sido capaces de darle cabida a nuestro discurso. La crisis no solo pasan por los personajes, sino también por las estructuras que hoy mantienen este sistema en términos educativos.
¿Significa algo para la organización que la vocería la asuma una mujer?
Como no soy la primera mujer que ha tomado este cargo dentro de la Asamblea, la verdad es que no implica un cambio en la historia. Hoy parece una necesidad para algunos movimientos contar con una cuota de género, ya que de lo contrario se les restaría de muchas discusiones, pero no es nuestro caso. Dentro de la asamblea el rol de las mujeres siempre ha sido muy importante para el desarrollo de las reflexiones. De todos modos, tenemos desafíos como incluir una educación no sexista dentro del petitorio. En este minuto hay muchos casos de compañeras que denuncian tratos machistas de parte de profesores y eso es algo tiene que ser parte de los primeros cambios en educación.