A diez años que los pescadores y trabajadores de la caleta de San Vicente comenzaran con el juicio en contra de ENAP por el derrame de más de 700 mil litros de petróleo en las costas de Concepción, obtuvieron un fallo favorable de parte de la Corte de Apelaciones que condenó a la empresa al pago de una millonaria suma que busca compensar el daño causado.
El derrame producido en 2007 se generó por el mal estado en que se encontraban los ductos de descarga submarina por los que trasportaba el petróleo desde la embarcación “New Constellation” a la refinería de ENAP.
La investigación del derrame reflejó una serie de deficiencias de la empresa en la operación y el mantenimiento del ducto, protocolos para pruebas de hermeticidad y capacitación de los operarios que fueron causas concurrentes al derrame. Prueba de ello es que durante 47 minutos se derramó petróleo crudo a razón de 9 mil litros por minuto y la empresa ENAP sólo se enteró por denuncia de terceros que trabajaban en una pesquera del sector.
El fallo de la Corte de Apelaciones de Concepción dispuso que para los prestadores de servicios de las maestranzas, la indemnización será de 4 millones de pesos para cada uno, mientras que en el caso de los pescadores artesanales y armadores, la suma será de siete millones quinientos mil pesos. Para ambos, esto representa una reparación a los daños morales que el derrame generó.
El abogado Ignacio Poblete, quien ha representado a los 89 demandantes en esta causa, explicó que “este juicio ha tomado 10 años y el principal responsable del tiempo de espera es la empresa aseguradora, quien ha buscado por todos los medios aplazar el juicio para no indemnizar a los afectados”.
El representante legal de los pescadores, además aseguró que ellos apelarán frente a este fallo, puesto que las sumas de las indemnizaciones no logran mitigar las pérdidas que han tenido las personas que trabajan en la caleta. “Hay pescadores que tiene pequeñas empresas que funcionan con tres barcos y su inversión va desde los 30 a los 150 millones de pesos, por lo mismo el monto de la compensación debería estar acorde con lo que estos hombres dejaron de percibir por este derrame que los mantuvo sin poder pescar”.
Pelantaro Inostroza es de familia pescadora y su padre llegó a la caleta de Concepción a principios de 1900 y él ha seguido su tradición hasta hoy. El hombre de mar recuerda que cuando ocurrió el derrame, estuvieron cerca de cinco meses sin siquiera poder pescar y luego cuando lograron ingresar de nuevo al mar “la merma fue de alrededor de 100 mil toneladas por año respecto a los desembarques que históricamente se hacían en la caleta. Solo se lograba llegar al 45 por ciento de lo que normalmente sacábamos, esto fue devastador”.
Por otra parte, el dirigente de los pescadores planteó que “la mortandad que afectó a mamíferos marinos, peses y algas fue muy grande. Han pasado 10 años y hoy tenemos un fallo que nos deja satisfechos, porque de una vez se toma razón del daño que se nos hizo a nosotros y al mar”.