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El gran drama de Chile…Chico


Viernes 16 de junio 2017 10:25 hrs.


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Bajo la tierra y bajo las aguas de Laguna Verde, al borde del grandioso Lago General Carrera, en una zona que además es de rellenos donde se han depositado toneladas de sedimento, ahí debajo cerca de Chile Chico, desde el 10 de junio se encuentran atrapados Enrique Ojeda y Jorge Sánchez, dos jóvenes mineros, operarios de complejas maquinarias. En la región ha caído mucha nieve, las temperaturas se mantienen bajo cero y hasta hoy no se ha logrado ningún contacto con los jóvenes mineros. Al momento del accidente, se estima que a las 5:15 de la madrugada, cuando se produjo la entrada masiva del agua de la laguna, ambos se encontraban muy abajo, tal vez en el nivel 55, a unos mil trescientos metros de profundidad, y tal vez hayan tenido el tiempo de llegar al refugio de seguridad que está preparado en ese nivel: es la esperanza que mantienen sus familias y compañeros, toda la comunidad chilechiquense, todo Aysén, todo Chile. Nos preguntamos cómo estarán ellos, cómo será ese refugio -habrá alimento, abrigo, aire suficientes, medios para comunicarse con el exterior- y lo más apremiante, nos preguntamos cómo llegar hasta ahí y lograr la salida. Esas son las preocupaciones inmediatas y urgentes para salvarles la vida a los dos jóvenes. En esto es fundamental la coordinación de esfuerzos y recursos sumados sin mezquindades ni protagonismos. Locales y nacionales, de gobierno y la empresa involucrada, de expertos en rescate, de máquinas, cápsulas, bombas, técnicas, estrategias, precauciones. Y también se requiere la constante y oportuna comunicación de los avances a las familias y a la comunidad.

Que habrá una investigación acuciosa sobre responsabilidades han dicho las autoridades. Será muy necesaria esa investigación pues están involucradas autorizaciones para operar, fiscalización de condiciones laborales y medioambientales y también podemos suponer que el agua habrá anunciado su entrada, que de seguro hubo alguna señal previa, que pudo haberse suspendido oportunamente la faena y revisar la seguridad… la seguridad de los trabajadores, la vida segura y digna de los y las trabajadoras que debiendo ser lo prioritario, es tan descarada y frecuentemente postergada priorizando más bien el aumento de las ganancias.

Desde el 2010 la mina de oro y plata Cerro Bayo es explotada por la empresa canadiense Mandalay Resources, con un valor en la bolsa estimado en 200 millones de dólares. Tal como es la situación chilena, pues no hemos sido capaces de recuperar nuestros recursos naturales, Mandalay no paga royalty. No paga un sólo peso de royalty por tratarse de mediana minería. No paga royalty pero si debería pagar el impuesto que quedó establecido por ley en un escaso 10% de la utilidades, aunque sabemos que a veces las mineras aplican el truco de declararse con utilidades más bajas de lo real como mecanismo para disminuir esta tributación. En el caso de Mandalay, para un ciudadano cualquiera, como yo que los he buscado acuciosamente, no están fácilmente disponibles sus balances por lo que no podemos saber en este momento si ha pagado o no ha pagado impuestos. Habrá que solicitar esa información al Servicio de Impuestos Internos. Lo que si sabemos es que el año pasado la minería privada, que vendió más de 21 mil millones de dólares, tributó en Chile solamente 12 mil millones de pesos, que es la suma del royalty más los impuestos, o sea menos del 0,1% de lo que vendieron! Además, es importante precisar que Chile produce 41 toneladas de oro, en la Región de Aysén se produce el 5% del total (pero el 10% extraído de minas exclusivas de oro) y la mitad es de Cerro Bayo, equivalente a 20 millones de dólares.

La actividad minera es fuente laboral, eso es cierto, pero excesivamente pequeña comparada con las ganancias que obtiene, con las riquezas que  se apropia y se lleva sin dejar en el país lo que corresponde pues estas son riquezas naturales no renovables de todo el pueblo de Chile. Qué deja Mandalay en la Región de Aysén o en el país, o las grandes mineras del norte? Lo cierto es que mientras en el país no se puede avanzar en derechos sociales porque no se recaudan suficientes impuestos, la industria minera privada se lleva nuestra riqueza, nuestro cobre, plata, oro, y nos deja mucha contaminación y pobreza. Especialmente grave es la contaminación y uso masivo de agua que tiene a tantos poblados y valles en completa sequedad en el norte y aquí amenaza lagos y ríos.

Es el drama de Chile, porque no defendemos lo que es nuestro.

Un duro episodio de este drama ocurre ahora en Chile Chico.