Las aguas de los lagos Llanquihue y Panguipulli se caracterizan por su limpieza, aspecto que logra reflejar sus volcanes y frondosas riveras. Esta postal está en peligro, ya que las aguas servidas de los poblados que circundan están vertiéndose sin tratamiento en estos humedales.
La empresa ESSAL es la concesionaria desde el año 2000 y según el alcalde de Puerto Varas, Ramón Bahamonde, en el contrato suscrito por la empresa y el Estado se presentó un diagnóstico de la comuna y su situación sanitaria, documento que debía haber sido revisado en 2010.
El edil plantea que “el ducto que recoge todas las aguas servidas de Puerto Varas tiene un diámetro de 20 centímetros, lo que hace imposible trasportar el flujo que hoy tiene la ciudad, ya que la población ha crecido en un 30 por ciento en 17 años, lo que ha traído también una nueva urbanización que ha colapsado el plan obsoleto de la sanitaria ESSAL”.
Sumado a esto, la ciudad de Puerto Varas no tiene planta de tratamiento de aguas servidas, lo que significa que ésta debe ser transportada a Llanquihue. El Alcalde Ramón Bahamonde denunció que “cuando hay precipitaciones, el alcantarillado que no está separado de los colectores de aguas lluvias, supera su capacidad y la empresa Essal genera descargas sin tratamiento al lago Llanquihue lo que tiene a esta reserva de agua a punto de ser declarada como aguas contaminadas”.
La principal vocación territorial de la comuna es el turismo, por lo que la expansión de este sector será exponencial en el tiempo, ya que cada vez se generan más parcelaciones y complejos para recibir visitantes. Por lo mismo, el alcalde presentó una demanda al Tribunal Medioambiental de Valdivia para que sea revocada la resolución de calificación ambiental con la que cuenta la empresa sanitaria.
El escrito busca que la sanitaria presente un nuevo plan de inversión para la comuna y renueve la infraestructura que mantiene a los poblados del sector al borde del colapso. Así como también, solicita se construya una planta de tratamiento en Puerto Varas tomando en cuenta su crecimiento exponencial durante los últimos 17 años.
Esta misma situación vive el Lago Panguipulli, el cual está siendo contaminado de la misma forma por la misma empresa, por lo que el alcalde Rodrigo Valdivia, solicitó la revocación de la resolución de calificación ambiental de la sanitaria a la Superintendencia de Medio Ambiente, esto por la nula inversión que ha generado la empresa en su prestación de servicio y la contaminación que ha generado desde 1997 en el Lago.
La autoridad comunal dijo que en las próximas semanas presentarán una demanda ante el tribunal Ambiental de Valdivia, la que será acompañada de estudios que se encuentran elaborando la Armada de Chile y la Superintendencia de Servicios Sanitarios con los que se demostrará los altos niveles de contaminación de la reserva de agua.
Flavia Liberona, directora ejecutiva de Fundación Terram explicó que “los lagos son sistemas relativamente cerrados, reciben una carga de agua y la van desaguando por cursos de ríos hasta el mar, por lo tanto, cualquier carga de contaminantes que entre a un lago de forma importante puede generar cambios drásticos en el ecosistema. Una carga de contaminante aumenta el número de nutrientes y puede producir floraciones de plancton que consumen mucho oxígeno y generan la muerte de otros seres que habitan en estos”.