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Informe FAO: Obesidad y hambre son producto de la segregación en el acceso a los alimentos

La última publicación de la organización de las naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, explica que una de las vulnerabilidades que incrementa la tasa de obesidad en nuestro país es la brecha que existe en el gasto que hacen las familias en alimentos saludables y el precio de éstos, los que se encuentran fuera del alcance de quienes menos ganan.

Francisco Velásquez

  Martes 10 de octubre 2017 18:46 hrs. 
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La organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presentó este martes la publicación “Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe 2017”, la cual alerta a la región sobre el aumento en los indicadores de hambre.

En 2016,  42,5 millones de personas en América Latina y el Caribe no contaron con la cantidad suficiente de alimentos para cubrir sus necesidades calóricas diarias, lo que significa un aumento de 2.4 millones de personas, es decir, un 6 por ciento más de la población subalimentada en comparación con el año anterior.

En el caso de Chile, la prevalencia de subalimentación o proporción de la población que no cumple con los requerimientos energéticos diarios mínimos para llevar una vida saludable y activa, alcanza un 3,7 por ciento, equivalente a 700 mil personas.

Dentro de los países que más aumentaron el indicador de subalimentación se encuentran Haití y Venezuela. El primero que se ha mantenido en una inestabilidad política permanente y ha sido intervenido por las Naciones Unidas desde el año 2004 a la fecha con la operación Minustah.

Mientras que en Venezuela es producto de la inflación a la que ha llegado el país y el estancamiento económico que se vive respecto al mercado internacional. “Se registra un aumento muy importante en la medición de subalimentación en el periodo 2014-2016 comparado con el 2013-2015, en el que Venezuela registra un aumento muy significativo en sus niveles de subalimentación y hambre, aspecto que tiene directa relación con la situación política del país”, explica Julio Berdegué, Representante regional de la FAO.

Obesidad y salud en Chile

Nuestro país ya se alejó de las brechas de hambre, sin embargo, ha ingresado en un nuevo indicador que es tan perjudicial como el anterior.

La obesidad es uno de los grandes temas del siglo XXI y que ha tomado preponderancia hoy en la definición de políticas públicas, tales como la Ley de Etiquetado, que ha buscado disminuir las brechas en esta enfermedad crónica.

Generalmente la obesidad está asociada al sedentarismo y la mala alimentación, pero pocos se cuestionan el acceso a los alimentos.

Una persona que gana el salario mínimo en Chile gasta aproximadamente el 30  o el 40 por ciento de su sueldo en alimentación, algo que contrasta con el 12 por ciento que gastan quienes más ganan. Esto se trasforma en una vulnerabilidad originada por la regulación de oferta y demanda que el mercado tiene en sus manos sin ninguna restricción de parte del gobierno para priorizar alimentos mínimos básicos para una nutrición equilibrada.

Según plantea Eve Crowley, representante de la FAO en Chile, “los alimentos cuestan mucho y por eso es necesario reforzar programas de protección social, alimentación escolar y desarrollos locales donde se priorice la forma de desarrollo local”.

“Uno de los factores que genera el aumento en la obesidad en Chile es la diferencia en los costos de los alimentos, una caloría de azúcar es cuarenta veces más caro que una caloría de verdura. En la fruta es 15 veces mayor el costo”, profundiza

Por lo mismo, en nuestro país la canasta familiar debería considerar frutas y verduras, las que aún no están aseguradas, según explica Crowley, lo que no pasa con las proteínas, hidratos de carbono y lípidos.

Las mujeres lideran la tasa de obesidad con un 32,8 por ciento, mientras que los hombres alcanzan un 24 por ciento. Lo que deja a las mujeres como las primeras en latinoamerica y a los hombres en segundo lugar, superados solo por Argentina con un 26 por ciento de obesidad.

Sin embargo, esto no es lo más preocupante, ya que los niños también han ingresado en este indicador, puesto que la obesidad en los menores de cinco años llega a un 9.3 por ciento, convirtiendo a nuestro territorio en uno de los tres con mayor tasa  obesidad infantil.

Potenciar el territorio

Nuestro país tiene costa en toda su extensión, tiene sectores de altas precipitaciones y climas muy variados. Es decir, en cada territorio y según sus características geográficas, se generan cultivos y productos de diferentes tipos.

“Hay pocos países en el mundo donde el territorio es tan importante como en Chile, donde hay tanta diversidad agroecológica de norte a sur.  Los territorios deberían ser muy presentes y muy centrales en las políticas nacionales dado esta variedad extrema”, plantea Eve Crowley.

Sin embargo, el mercado agropecuario de norte a sur está administrado por grandes empresarios que generan gran cantidad de exportaciones. “En el flujo de comercio internacional agroalimentario es el segundo en la región percapita. Hay más exportación por persona que casi cualquier otro país de la región, esto asegura la mantención y la alimentación de buena parte del mundo, sin embargo, no existe una preocupación para que estos productos puedan ser consumidos a nivel local,  por lo mismo, se necesita una mayor regulación para asegurar el acceso a todos los territorios a estos productos”, explica la Representante Regional.

Otro de los puntos que se encuentran problematizados es el acceso al agua que tiene la agricultura familiar y local, esto porque los ríos son desviados y utilizados por las grandes empresas agropecuarias que dejan sin posibilidad de regadío a las partes bajas de los valles. Esto ha sido parte de las denuncias que se ha hecho en la discusión para la modificación del código de aguas que aún se encuentra en el congreso y por el que los grandes empresarios del agro han utilizado todas sus influencias para frenar.

“Las políticas de administración de aguas que tiene Chile son perjudiciales para propiciar la seguridad alimentaria, todavía existen desigualdades importantes para los agricultores familiares o de baja escala. Este no es un problema que va a desaparecer, hay una previsión de mayor escases de agua para el futuro, es algo en lo que el gobierno debe seguir trabajando”, finaliza Eve Crowley.

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